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Este es el gigante estadounidense al que Warren Buffett salvó de correr la misma suerte que Lehman Brothers

  • Aceptó invertir 3.000 millones de dólares en esa compañía
El CEO de Berkshire Hathaway, Warren Buffett. Foto: Reuters

En septiembre de 2008, Lehman Brothers se derrumbó y fue el catalizador de la peor crisis financiera desde la Gran Depresión. Un año después, General Electric se declaró en bancarrota. En aquel momento, era la segunda empresa pública estadounidense más valiosa sólo por detrás de la petrolera Exxon, pero se vio arrastrada por la crisis de liquidez en la que estaba inmersa GE Capital, su división de servicios financieros. Finalmente, el gigante energético no corrió la misma suerte y fue todo gracias a Warren Buffett.

Así lo cuenta Bill Cohan en su libro Power Failure: The Rise and Fall of an American Icon, en el que también detalla cómo esta división consiguió préstamos baratos en los mercados de papel comercial -donde se negocian promesas de pago a una fecha futura- aprovechándose de la calificación crediticia AAA de General Electric para luego prestarlos con intereses más elevados. De esta manera, GE Capital se convirtió en una de las mayores instituciones financieras del país, con 650.000 millones de dólares en activos, una deuda de 550.000 millones y la mitad de los beneficios que generaba el fabricante de coches.

Sin embargo, todo se vino abajo cuando estalló la crisis financiera. Al no estar calificada como entidad bancaria, no estaba regulada por la Reserva Federal de EEUU, lo que en la práctica supuso que, cuando se congelaron los mercados de crédito, GE Capital no pudo acceder al capital de emergencia del banco central ni a los rescates bancarios del gobierno de EEUU. Ante esta situación, la única solución posible parecía el impago y la quiebra.

Es entonces cuando entró en escena Warren Buffett. En un intento por evitar ese destino, Jeff Immelt, CEO de la compañía, lanzó una oferta de acciones para recaudar 15.000 millones de dólares. Dado el escenario de miedo e incertidumbre económica imperante en aquel momento, Immelt decidió invitar al multimillonario como ancla para atraer a otros inversores.

El CEO de Berkshire Hathaway aceptó la invitación e invirtió 3.000 millones de dólares. A cambio, Buffett recibió acciones preferentes con un dividendo anual del 10% y una opción de comprar de títulos ordinarios a un precio fijo hasta 2014. Otra de las condiciones que impuso el multimillonario fue que tanto Immelt y Keith Sherin, el director financiero de la compañía,  conservasen el 90% de sus participaciones hasta que se amortizasen sus acciones preferentes. Con esta operación, el multimillonario se embolsó cerca de 1.500 millones de dólares. Por su parte, General Electric se salvó de la quiera.

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