
Muchas personas se proponían en enero, como cada año, una serie de nuevos propósitos a cumplir en 2023. Buena parte de estas metas consistían en adquirir (o abandonar) ciertos hábitos, y es probable que bastantes de esos objetivos no se cumplan. La psicoterapeuta y autora Morgan Schafler asegura que crear un hábito es algo complejo, y cuando no se logra puede hacer que uno lo vea como un fallo personal.
La experta comenta que lo anterior hace que sea normal abandonar los propósitos, y añade que la gente se predispone mentalmente para no poder cumplirlo. "La mayoría de las personas operan bajo la conjetura disfuncional de que el cambio es un proceso de un único paso, y que se logra simplemente parando de hacer algo o asimilando algo nuevo", argumenta.
La misma asegura que esta concepción puede facilitar el cambio a corto plazo, pero a su vez complica mantener esos nuevos hábitos en el largo plazo. Es por esto que la misma pide ver los cambios como procesos de pasos múltiples, como alternativa que cimente sólidamente estos propósitos. Y para lograrlo, Schafler ofrece el modelo en 5 etapas que desarrollaron los investigadores James Prochaska y Carlo DiClemente.
Los 5 pasos para el cambio
1. Precontemplación:
Esta etapa inicial implica que la persona no es consciente de querer cambiar un hábito, por lo que ni siquiera se plantea realizando dicha transformación en un futuro. La persona se centra más en experimentar que en tomar consciencia de cómo sus actuaciones impactan en su vida. Entonces, para quienes ya piensen de alguna manera que deben cambiar algo, ya habrán dejado esta primera etapa atrás.
2. Contemplación:
Este momento viene representado por ciertos pensamientos repetitivos sobre qué funciona y qué no funciona en la vida de uno. Es probable que uno se de cuenta de lo positivo y lo negativo de ciertos hábitos específicos, pero todavía no se siente el impulso por cambiarlos.
3. Preparación:
Por fin, la persona decide acometer un cambio en su vida, por lo que de dispone a reunir información y recursos que le ayuden a hacer esa transición. Un ejemplo sería adquirir el hábito de salir a correr. Parte de la preparación es adquirir el material deportivo adecuado, o consultar a un amigo que hace lo propio desde hace tiempo (ha asimilado el hábito) para preguntarle cómo empezó.
4. Acción:
La cuarta fase implica comenzar con cambios en el comportamiento. Muchas personas la asociarán con el cambio en sí, pues es la más visible y notoria de las cinco. Schafler, por su parte, argumenta: "Si has llegado hasta aquí, entonces te habrá conllevado una gran cantidad de energía mental, tiempo, reflexión, trabajo y riesgo emocional. Sin importar lo que pase después, tienes mucho de lo que estar orgulloso".
5. Mantenimiento:
La misma dice que este último paso "es crucial y se suele pasar por alto". Y es que hacer el cambio solo implica el comienzo del camino, pues llega el momento de sostener el potencial hábito que surgirá de ello. Se debe admitir que habrá retrocesos, pero esto es algo totalmente normal, según Schafler.
La misma dice que uno debe recordarse siempre que dar un paso atrás no es fracasar, y que es crucial rodearse de un sistema de apoyo que ayude a la persona a mantenerse en el camino cuando meta la pata.