
La Super Bowl es uno de los eventos sociales más importantes de Estados Unidos. Las cifras económicas que maneja este evento son astronómicas. A este desembolso de las empresas hay que añadir los costes de la producción del clip, que se presupone elevado dado que la calidad debe a estar a la altura del acontecimiento. Este domingo se enfrentarán los Philadelphia Eagles contra los Kansas City Chiefs. El año pasado se alcanzaron los 208 millones de espectadores y este año se prevé que supere los 190 millones.
Las empresas pagan unos 7 millones por anuncios de 30 segundos en el descanso entre el primer y el segundo tiempo. Por ello, la pregunta que surge es si esta inversión sale rentable para las organizaciones. En el caso de la final de 2022, las empresas de criptomonedas FTX, eToro, Crypto.com y Coinbase no han salido muy bien paradas. Pese a que aquella noche pareció que había sido todo un éxito ante el gran tráfico de usuarios que recibieron en sus plataformas, un año después, los hechos muestran un escenario totalmente opuesto. Coinbase se ha devaluado en bolsa un 64%. Esto, sumado a la bancarrota de FTX, ha provocado que en 2023 se minimice la publicidad de este tipo de negocios.
Pero las empresas de criptomonedas no fueron las peor paradas. El peor resultado fue para dos empresas de coches de segunda mano, Carvana y Vroom. Su valor ha caído un 90% y un 93%, respectivamente, tras un año de la emisión de sus anuncios. Ninguna de ellas ha vuelto a comprar un espacio publicitario para este año.
En la otra cara de la moneda está Hologic, dedicada a la tecnología sanitaria, que ha aumentado su valor cerca de un 22%; también es el caso de la compañía telefónica T-Mobile, que se ha revalorizado un 15%. Walmart o Pepsi son algunos de los anunciantes clásicos de la final de fútbol americano. Mientras la cadena de tiendas ha aumentado su valor bursátil un 4,7% desde su anuncio en la Super Bowl del pasado año, Pepsi lo ha hecho en un 2,7%.
El miniconcierto que todos esperan
Otra de las actividades por las que se conoce este evento, además de por el deporte, es la actuación en el intermedio de artistas muy populares. Este año será la cantante Rihanna la responsable del espectáculo. En este caso ya no hablamos de cifras tan elevadas, ya que la NFL (la liga nacional de fútbol americano) no paga a los grupos o cantantes musicales.
La organización solo se hace cargo de la producción del show. En 2020, cuando actuaron Shakira y Jennifer López, los costes fueron de 13 millones de dólares, según Esquire. Aunque si se compara con otros años, la escenografía fue mucho más sencilla que cuando participaron artistas como Lady Gaga o Katy Perry.
Entonces, ¿qué es lo que obtienen a cambio? Exposición. Según datos del mismo medio, Justin Timberlake registró un aumento de ventas de su música un 534% el mismo día y Gaga, un 1.000%.