
Endesa, a través de su filial Redes e-distribución, ha invertido más de 9 millones de euros en 2022 en los barrios sevillanos afectados por sobrecargas de la red. Zonas como Torreblanca, Palmete, Padre Pío, La Plata, Polígono Sur, Su Eminencia y el Polígono Industrial El Pino. La compañía explica que se trata de barrios afectados por fraude eléctrico, un fenómeno en auge principalmente por los enganches ilegales para alimentar plantaciones de marihuana. No se trata de un problema exclusivo de Sevilla. En Almería las inversiones necesarias para asegurar el suministro a los clientes en zonas afectadas por los enganches ilegales supera el millón de euros. Y en Granada, la capital del Sur de Europa en plantaciones de hierba bajo techo, la cifra de inversiones necesarias ronda los ocho millones. La provincia granadina concentra casi la mitad de las plantaciones detectadas en 2021 en toda Andalucía. Pero en prácticamente todas las capitales andaluzas hay barrios afectados por este problema.
En realidad el fraude vinculado al cultivo de marihuana supone el 20% del total de los robos de energía detectados. Pero los técnicos están detectando que es la modalidad de defraudación que más crece, multiplicando ya por cuatro las cifras hace cuatro años, según datos de Endesa. Y con registros que hacen que ya no sea un problema menor.
A nivel nacional se estima que el fraude asciende a 1,5 TWh, tanto como consumen ciudades como Córdoba o Málaga en un año.
Endesa cerró el pasado año 1.636 expedientes de fraude ligados a las plantaciones de marihuana localizadas en el interior de viviendas o edificios. Son 4,5 enganches ilegales para cultivar droga detectados al día. Algunos, domésticos. Otros, prácticamente industriales.
Repercute en las facturas
El fraude eléctrico acaba repercutiendo en la factura de todos los consumidores. Para los clientes de compañías eléctricas en barrios especialmente afectados supone además convivir con continuos cortes de suministro por las sobrecargas. Y son frecuentes incendios e incidentes provocados por los enganches ilegales. La manipulación de las redes por parte de personal no autorizado representa además un peligro de electrocuciones.
Una plantación ilegal de marihuana media consume el equivalente a 80 viviendas. Endesa ha detectado zonas residenciales con consumos similares a polígonos industriales. Bloques que demandan la misma electricidad que un hospital.
En Granada es tristemente famoso el llamado 'hotel de la luz', un bloque de nueve plantas con plantaciones en 32 pisos y en el que sólo una de las viviendas tenía un contrato legal. Las redadas son constantes allí. Pero el negocio se mantiene.
Tecnología en ambos bandos
Los enganches detectados son cada vez más sofisticados. Trabajos realizados por profesionales de la electricidad que han encontrado un nuevo tipo de clientes que paga mucho y en efectivo. Al mismo tiempo, se siguen encontrando otras instalaciones mucho más artesanales y precarias para puentear los contadores.
La lucha contra el fraude también va evolucionando. Endesa aplica técnicas de machine learning (aprendizaje automático) y deep learning (aprendizaje profundo) para detectar los agujeros de energía en la red, apoyándose en la digitalización de los sistemas y los nuevos contadores inteligentes que proporcionan datos en tiempo real.