
Calificada como la Florencia del norte de Europa por sus joyas arquitectónicas, Dresde también es considerada como la capital europea de la Navidad. Esta ciudad alemana, capital de la región de Sajonia, situada en el valle del Elba, puede presumir de poseer un largo currículo navideño, que empieza en 1434, cuando por aquel entonces, el primer mercado navideño de Alemania, Dresdner Striezelmarkt, abrió un puñado de puestos para que los lugareños recogieran provisiones para sus fiestas navideñas.
Era el comienzo de un largo camino. Hoy en día, después de 588 años, este mercado se ha transformado con más de 200 puestos, carruseles centelleantes y, por supuesto, tannenbaums (uno de los villancicos alemanes más conocidos) por todas partes. Uno de los más destacados corresponde a Striezelmarkt, que atrae cada año a más de 2,5 millones visitantes.
Dentro de Striezelmarkt hay multitud de variedades o puestos que escoger. Uno de ellos es Harich's Jagerhütt'n, un pequeño y acogedor local donde gente de todas partes disfruta de un humeante vino caliente que combina bien con un Dresdner handbrot, un refrigerio de pan de jamón ahumado y queso local. Otro podría ser el Sächsisch Spezialitäten, que vende especialidades de la zona.
Visitar Striezelmarkt sin probar una salchicha Thüringer rostbratwurst (una de las más conocidas y hecha en la comarca vecina de Turingia) puede parecer un crimen. Una buena mezcla iría acompañada de una copa de gluhwein del puesto de Schloss Wackerbarth, una bodega sajona que bien vale el viaje de 30 minutos en tranvía desde Dresde a Radebeul.
Otro de los destinos preferidos por los lugareños y turistas de todo el mundo es la Schaubäckerei Ullrich, donde la cola a veces sale por la puerta. Esta es una panadería local famosa por su tradicional Dresdner Christstollen, un manjar autóctono de la ciudad muy apreciado y protegido, según informa CNN Travel.
Todo esto desde el lado gastronómico. Sin embargo, Dresde ofrece multitud de ofertas navideñas, como árboles de Navidad de madera tallados a mano con florituras en lugar de ramas y delicados adornos de encaje se venden junto con casas de porcelana en miniatura. También hay räuchermann, estatuillas de madera que a menudo representan a mineros o soldados.
No solo los mercados navideños contribuyen al encanto festivo de la ciudad. Por ejemplo, la iglesia Kruezkirche organiza actuaciones nocturnas durante toda la temporada de adviento, y para aquellos que buscan completar la noche con un concierto cuenta con una programación que va desde conjuntos vocales hasta cuartetos de saxofones.
Patrimonio de la Humanidad
La ciudad de Dresde fue catalogada como Patrimonio de la Humanidad en 2004 por su paisaje cultural de los siglos XVIII y XIX que se extiende en una distancia de 18 kilómetros a orillas del río Elba. Incluye el centro de Dresden, palacios barrocos y jardines.
Sin embargo, la UNESCO advirtió a las autoridades alemanas en 2006 que expulsaría a Dresden si no se retiraban los planes de construir el puente en medio de la zona considerada Patrimonio de la Humanidad.
Después de tres años de batalla, la UNESCO anunció que retiraba a Dresden de la lista por ignorar las objeciones a la construcción de un puente de cuatro carriles sobre el río que dañaría irreversiblemente las vistas.