
Su nombre es Ash Juberg y tiene el privilegio de haber visitado 105 países en el mundo. Pero no fue hasta los 21 años cuando decidió salir de su país natal, Australia, en busca de aventura. A partir de ahí, este hombre no ha parado de viajar.
Su punto de partida fue Hawái. A partir de ahí, Ash Juberg se propuso visitar 100 países antes de cumplir los 50 años. Para ello, evidentemente, tuvo que ahorrar suficiente dinero. "Me gustó mucho explorar un nuevo país y conocer una cultura diferente", confesó a Business Insider tras su visita a Hawái.
Su paso por la Universidad le dio la oportunidad de adelantarse a este objetivo gracias a un trabajo de marketing en una empresa de viajes con sede en Australia. "Pronto pasé de viajar mínimamente al extranjero a realizar regularmente viajes de negocios internacionales", cuenta.
Además, sus contactos le permitieron acceder a descuentos en billetes de avión y alojamiento para viajes. "Mientras mis amigos gastaban dinero en coches y casas, yo me centraba en viajar".
Con 45 años logró su objetivo de haber visitado 100 países en el mundo. Ese privilegio se lo llevó Ucrania en un viaje que hizo en septiembre de 2018. "Cuando llegué allí, uno de mis amigos me esperaba en el aeropuerto de Kiev con una pancarta y un trofeo para celebrar el hito", recalca. Ahora, con 49 años, ha sumado cinco países más a su lista.
Su pasión por viajar se lo ha transmitido a sus hijos, que han tenido la fortuna de visitar países a una edad más temprana que su padre. "Seguimos viviendo en Melbourne, Australia, y no quería que la distancia les impidiera viajar desde una edad temprana, como me ocurrió a mí. Así que siempre he reservado un presupuesto cada año para que nuestra familia haga un viaje al extranjero", señala.
"Tengo amigos que elaboran detalladas hojas de cálculo de Excel en las que planifican cada minuto de sus vacaciones. En mi opinión, este tipo de rutina puede funcionar en la vida diaria, pero cuando se trata de viajar, dejar espacio para la espontaneidad es donde se crean los recuerdos más fuertes", cuenta.
La espontaneidad, clave
Después de varias experiencias, Ash Juberg prioriza dejarse llevar por las experiencias a planificar con detalle cada viaje. "Ahora, me gusta tener una idea aproximada de lo que quiero ver o hacer en un lugar nuevo, pero permitirme flexibilidad para hacer cambios improvisados", declara.
Relacionarse, fundamental
Este australiano es un apasionado del fútbol australiano, y siempre se lleva su balón, de forma ovalada y con un cierto parecido al del fútbol americano, por todo el mundo. "Creo que es una forma estupenda de conocer gente y relacionarse con los lugareños", aclara.
"Si estoy en un parque mientras viajo, saco mi balón y pregunto a la gente si quiere aprender un nuevo juego. Así, he jugado al fútbol australiano con niños y adultos en países como Rusia, Colombia y China. El mes pasado llevé mi balón a un partido de fútbol americano de los Texas Longhorns y conseguí que se desarrollara una partida entre los universitarios que esperaban para ver el partido", indica.
Evitar las recomendaciones
Juberg evita a toda costa seguir el refrán de ¿Dónde va Vicente? Donde va la gente. Para este australiano, es fundamental evitar recomendaciones tipo TripAdvisor. En su lugar, Juberg prefiere preguntar a un local dónde se come bien o también trata de encontrar pequeñas excursiones personalizadas dirigidas por lugareños en lugar de unirme a las grandes excursiones en autobús.
"Me parece que a muchos viajeros les gusta seguir el mismo camino y dirigirse a los mismos restaurantes. Creo que estos lugares tienden a ser demasiado caros y a estar llenos de turistas. Así que una cosa que siempre hago cuando viajo es buscar dónde comen los locales", puntualiza.