
Drew Binsky, el joven que con tan solo 30 años ya ha visitado todos los países del mundo. Para este viajero, han sido necesarios 1.458 vuelos y 1.117 autobuses y trenes para conocer los 197 territorios en los que ha estado. No obstante, la pregunta que todo el mundo se hace es "¿cómo una persona tan joven se ha podido permitir tal aventura?".
El primer pensamiento que viene a la cabeza es la alta probabilidad de que se trate de una persona rica por nacimiento, que pueda permitirse pasar su vida sin trabajar y de viaje en viaje. Nada más lejos de la realidad, Binsky es la perfecta definición de joven emprendedor.
Este aventurero estadounidense viajó por primera vez cuando estudió en Praga, durante su tercer año de universidad. Posteriormente, se ganó su primer sueldo enseñando inglés en Corea del Sur durante dos años. Allí fue donde lanzó el blog de viajes que le haría famoso y donde tuvo la idea de visitar todos los países.
¿Cómo una persona tan joven puede financiar su viaje por todo el mundo?
Nueve horas después de aterrizar en su país 197, Arabia Saudí, Binsky habló con CNBC sobre su viaje de diez años. "Puede ser impactante escuchar esto, pero mi plan es no tener ningún plan. Me gusta mucho ser espontáneo. Los mejores momentos de la vida ocurren cuando sales de tu zona de confort y no sabes qué va a pasar a continuación", dijo.
Binsky confía en la hospitalidad de sus seguidores en las redes sociales, donde cuenta con más de ocho millones de fans, para encontrar un techo bajo el que dormir durante su estancia en un país. Las veces que no podía contar con esta ayuda, sobrevivía hospedándose en albergues y utilizando aerolíneas de bajo coste.
Sin embargo, pronto empezó a subir videos a YouTube, que al principio no supusieron ningún ingreso. Sin embargo, un video sobre una hamburguesería de Bangkok le supuso siete millones de visitas, lo que le reportó cerca de 10.000 dólares.
A partir de aquí, la popularidad de Binsky fue en aumento y, hoy en día, recibe entre 20.000 y 40.000 euros mensuales gracias a YouTube. Algo que podría parecer mucho. Sin embargo, Binsky, poco a poco, fue haciendo crecer la familia que le apoyaba en su emprendimiento, hasta crear una plantilla de 23 personas, lo que reduce bastante los beneficios.
No obstante, las membresías de las redes sociales no son su única fuente de ingresos. Este emprendedor cobra a las marcas con las que trabaja entre 15.000 y 30.000 dólares por video, vende su propio merchandising y ofrece cursos de e-learning a través de su página web. Además, Binsky carga a sus espaldas con la publicación de su propio libro y una docuserie de seis capítulos.
A pesar de ello, este creador de contenido es consciente de lo que le ha llevado a la fama, por lo que cambiar su forma de vida no es una opción. "No voy a gastar dinero en billetes de primera clase, todavía como comida callejera y todavía duermo en hoteles modestos. Incluso si ganase 10 veces más de lo que gano ahora lo seguiría haciendo", dijo Binsky a CNBC.
A lo largo de su viaje, Binsky ha contraído el Covid-19, ha enfermado un sinfín de veces, ha tenido problemas severos por culpa de comida contaminada, se ha visto obligado a caminar durante horas por caminos inhóspitos y se ha visto en grandes dificultades en países tensionados políticamente. Sin embargo, todo ello es lo que le ha permitido que millones de personas quieran seguir su historia.