
Llegan las lluvias y con ellas se da comienzo a la temporada de setas. Recolectarlas es una tarea sencilla para quienes están habituados, pero compleja para quienes viven alejados del campo. Con más de 7.000 especies en nuestro país, muchas no son comestibles, con algunas especialmente tóxicas, como la Amanita.
Sin embargo, esto no impide que año tras año más personas se sumen a la realización de rutas micológicas. En lo que va de año, en Valladolid se han tramitado ya casi la mitad de las licencias para la recogida de setas en comparación con las que se tramitaron en 2021.
Por ello, desde la Delegación en Castilla y León de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) creen conveniente recordar los riesgos que entraña su recolección. "Porque si bien la mayoría de las setas son comestibles, no siempre resulta fácil distinguirlas de las tóxicas", indica la organización.
Consejos para recoger setas
Y para ello, consideran "vital" que las personas que desconozcan la materia lleven su recolecta a analizar a algún centro especializado que confirme su inocuidad.
Junto con esta recomendación, la organización lanza una serie de consejos, sobre todo destinados a aquellos que quieran iniciarse o que no cuenten con demasiada experiencia.
En primer lugar, recuerdan que la mayoría de las setas crecen durante el otoño, y el resto en primavera. Salen cuando el sol vuelve a calentar el suelo tras un periodo de lluvias.
"Evite recolectarlas en los bordes de las carreteras o en zonas de cultivo donde puedan haber sido fumigadas, puesto que pueden acumular metales pesados y sustancias tóxicas", aconseja la organización.
Para que el hongo pueda seguir viviendo y dar nuevos frutos, se recomienda no arrancar nunca la seta del suelo, sino que se debe cortar con un cuchillo por la base del pie para sacarla entera.
Y una vez extraídas, es aconsejable llevar consigo un pequeño pincel o brocha para limpiarlas en el momento. "Así evitará que la suciedad penetre en la seta", explica.
A la hora de transportarlas, se recomienda meterlas en una cesta de mimbre, para que así las esporas se vayan esparciendo por el suelo durante el paseo, favoreciendo la germinación de futuras setas. "Además, dentro de una bolsa cerrada podrían estropearse, incluso pudrirse", añade la organización.
"Extreme las precauciones, y ante la duda, ni la toque. Si es aficionado a la recolección de setas, puede acudir a alguna de las sociedades micológicas españolas donde pueden asesorarle", señala.
Y ante cualquier síntoma extraño tras haber comido setas, se debe acudir rápido al médico. "Tenga en cuenta, además, que las setas son poco digestivas y susceptibles de acumular metales pesados y radioactividad, así como de causar reacciones de intolerancia o alergia en personas sensibles. Por ello conviene no abusar de su consumo: en general, es mejor tomarlas como guarnición que como plato principal", concluye la organización.