Los teléfonos móviles actuales gozan de una gran versatilidad, brindando amplias posibilidades para el trabajo, el ocio, la vida social o la información diaria, entre otras. Estas capacidades los han convertido en herramientas que para mucha gente son indispensables en el día a día.
Sin embargo, algunas personas deberán plantearse su relación con su teléfono, para saber si realmente mantienen hábitos sanos con respecto a este o si, por su parte, lo que puede parecer un apego cultural propio del Siglo XXI esconde una adicción.
Síntomas para reconocer la adicción
1. Acudir al teléfono siempre ante el aburrimiento o la soledad.
2. Despertarse por la noche para revisar el dispositivo.
3. Sentir molestias, irritación o ansiedad cuando no se puede utilizar el 'smartphone'.
4. Haber sufrido una lesión o accidente por la distracción que este causa.
5. Notar que cada vez aumenta más el uso diario del móvil.
6. El uso del teléfono perjudica el desempeño escolar, laboral o social.
7. La gente cercana cree que la persona lo utiliza demasiado.
8. Rápidas recaídas al intentar utilizarlo menos.
Los problemas de esta adicción
El Informe Mobile en España y en el Mundo 2020 ya mostraba que 7,6 millones de españoles (un 6,24% de la población total) dicen ser "adictos a su dispositivo móvil". Cabe señalar, aunque obvio, que no toda la población española cuenta con un teléfono propio, lo que da mayor importancia a ese porcentaje. Un 61% de los encuestados por ditrendia asegura que "mirar el teléfono es lo primero y lo último" que hace a diario. Por su parte, más de 3,7 millones de españoles afirma que no es capaz de estar más de una hora sin consultarlo.
Google Trends también ha mostrado que durante los últimos 5 años han crecido las búsquedas de "adicción al teléfono móvil". Nuevos términos han aparecido para intentar medir el alcance y el impacto de estas adicciones: nomofobia (miedo a quedarse sin teléfono), textaphrenia (figuración de que ha llegado un mensaje, sin ser el caso) o las llamadas 'vibraciones fantasma' (las sensaciones falsas de haber notado que el teléfono ha emitido una alerta).
De acuerdo con el texto publicado por el Instituto Europeo, se da un debate entre expertos médicos y en salud mental, en torno a si el uso excesivo del móvil se debe realmente a una adicción, o si por el contrario implica falta de control sobre los impulsos.
El debate en torno al problema
Según el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, una adicción se basa en un comportamiento. Es por ejemplo el caso de la adicción al juego y las apuestas, problemática que no involucra el uso de drogas en el organismo. Así, el uso excesivo del dispositivo móvil y el juego compulsivo incluyen varias similitudes resaltables:
-Pérdida de control sobre el comportamiento.
-Necesidad de aumentar la frecuencia del comportamiento para mantener el mismo sentimiento con respecto a este.
-Dificultad para limitarlo, debido a la extrema persistencia.
-Consecuencias negativas derivadas del abuso de dicho comportamiento: pérdida de productividad, de dinero...
-Sentir ansiedad o irritabilidad cuando no se lleva a cabo el hábito.
-Recaída tras períodos de evitación.
Además, resalta otro importante parecido con las adicciones conductuales, y es la activación de la dopamina, sustancia química que actúa en el cerebro y que impulsa la conducta compulsiva. El órgano puede liberarla en el cuerpo a través de varias vías y ante situaciones gratificantes.
Para mucha gente, el contacto social implica la gratificación con la que obsequia la dopamina, y el teléfono móvil ofrece esas interacciones tan buscadas por muchos. Cuando las aplicaciones móviles (diseñadas para influir en esta sustancia química) ofrecen un patrón de recompensa basado en interacciones del contenido, se puede alcanzar el punto de inflexión: el dispositivo pasa de ser un disfrute a una necesidad, pues el usuario considera necesario estar pendiente de ese patrón.
Las personas con mayor riesgo de ser adictas
De acuerdo con el Instituto Europeo, hay una concordancia generalizada de que los adolescentes son el grupo de edad que más probablemente desarrollará este comportamiento. De acuerdo con un estudio elaborado por la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, el uso del 'smartphone' alcanza su cénit durante la adolescencia, y progresivamente disminuye tras superar esta etapa.
El mismo informe indica que las personas que obtienen su primer dispositivo más jóvenes son aquellas que más probablemente desarrollarán su adicción. De hecho, el 33% de los jóvenes de 13 años ha afirmado que nunca apaga su teléfono, sin importar el momento.
Otro trabajo de la BNM indica que varios rasgos concretos de personalidad son también asociables al uso abusivo del 'smartphone'. Sin embargo, los expertos indican que no es del todo seguro si esas condiciones les hacen realmente vulnerables, o si por el contrario estos rasgos se desarrollan como consecuencia de la adicción:
-Falta de capacidad para controlar los impulsos.
-Falta de autoestima.
-Ansiedad o depresión.
-Carácter altamente extrovertido.