
"Soy Giorgia, soy una mujer, soy una madre, soy cristiana". Así, Giorgia Meloni, presidenta del partido post-fascista Hermanos de Italia y probable futura presidenta del Consejo de Ministros del país transalpino se presentaba así en un mitin en 2019, cuyo vídeo se volvió viral en las redes sociales. A un paso de la victoria electoral en las elecciones del próximo 25 de septiembre, Meloni no cambia de idea y sigue defendiendo que "patria, familia e identidad religiosa son valores fundamentales". Matiza en cambio su posición con respecto a Europa en un juego a dos bandas que se propone, por un lado, tranquilizar a Bruselas y, por el otro, galvanizar su base electoral.
En un mitin celebrado en Milán, dijo que si Europa está preocupada por su posible victoria es porque "se acabó la fiesta", ya que "Italia empezará a defender sus intereses nacionales". "¿Que la UE tiene miedo a que vayamos al Gobierno? Lo creo bien, somos un partido de patriotas. No vamos a malvender las piezas de nuestra economía, como hizo la izquierda con Francia y Alemania" declaró en otra ocasión. La postura eurófoba de Hermanos de Italia no es una novedad, aunque Meloni ha trabajado mucho durante las últimas semanas para dar seguridades al mundo de los negocios y a los demás líderes europeos. La puesta en juego son los 150.000 millones del plan de recuperación europeo que Italia tiene todavía que ganarse.
La presidenta de Hermanos de Italia ya no quiere renegociar el plan como había declarado, sino "ponerlo al día" con tal de utilizar más recursos para hacer frente a la crisis energética. Sobre este tema, según los rumores filtrados por la prensa italiana, Meloni tiene contactos telefónicos frecuentes con el primer ministro saliente, el expresidente del BCE Mario Draghi. Además, la líder de ultraderecha, ha tomado distancia del aliado filo-ruso Matteo Salvini, que propone quitar las sanciones a Moscú, reafirmando que en caso de victoria de Hermanos de Italia, Roma seguirá apoyando a Kiev y la OTAN. De hecho Meloni, más que como populista, se propone como renovadora de la experiencia de los Gobiernos de centroderecha que, bajo el liderazgo de Silvio Berlusconi, marcaron dos décadas de la vida política italiana.
Del post-fascismo al Gobierno
Giorgia Meloni es una política experimentada: su militancia en la derecha post-fascista juvenil empieza cuando apenas tiene 15 años. En poco tiempo, Meloni se convierte en la líder de la formación Acción Estudiantil, ligada a la post-fascista Alianza Nacional. A los 21 años es elegida consejera de la Diputación de Roma y en 1998, a los 29, entra en el Congreso. De 2006 a 2008 es vicepresidenta del Congreso y luego se estrena en el Gobierno de Silvio Berlusconi como ministra de la Juventud (2008-2011). Meloni no comparte, sin embargo, el apoyo de su partido al gabinete tecnócrata de Mario Monti y en 2012 funda, con otros tránsfugas de la derecha, su propio movimiento: Hermanos de Italia. La fuerza política presenta en su símbolo la antorcha tricolor del MSI, el Movimiento Social Italiano que fue desde la posguerra y hasta los noventa el heredero oficial del Fascismo.
Mientras tanto, el ocaso del anciano líder Berlusconi deja mucho más espacio, en la coalición conservadora, a la derecha radical. Si en 2018 la nueva estrella de la derecha populista parecía ser Matteo Salvini de la Liga, ahora es el turno de Meloni. Según las últimas encuestas que se realizaron dos semanas antes de las generales, tal y como prescribe la ley italiana, Hermanos de Italia superaría el 25%, coronándose como primera fuerza del próximo parlamento italiano, mientras la Liga de Matteo Salvini rozaría el 12% y Forza Italia de Silvio Berlusconi no llegaría al 8%. El retraso de la coalición de centroizquierda, que no despega del 30%, otorgaría a la derecha, y a su líder Meloni, una amplísima mayoría.
La búsqueda de un perfil bajo
Durante los últimos años, Meloni ha conseguido convertirse en un punto de referencia internacional para la derecha. Es presidenta del grupo de los Conservadores europeos, en el que participa también la española Vox. "No hay mediaciones posibles, o se dice sí o se dice no" dijo.
Meloni estuvo en junio en un acto de apoyo a Macarena Olona, candidata de Vox en Andalucía, enumerando sus posiciones sobre familia, derechos civiles e inmigración. Sobre la política europea la líder ultra italiana gritó entre los aplausos de los presentes: "Sí al trabajo para nuestros ciudadanos, no a las grandes finanzas internacionales, sí a la soberanía de los pueblos, no a los burócratas de Bruselas".
Sin embargo Meloni, si ganase las generales, deberá intentar todas las mediaciones posibles para poder gobernar durante un otoño que se espera muy crítico para la economía italiana. Por esto la líder ultra, según la prensa italiana, está preparando un gabinete integrado por tecnócratas en puestos clave, empezando por la cartera de Economía, en la que podría ser nombrado Fabio Panetta, antiguo director general del Banco de Italia y actual miembro del comité ejecutivo del BCE. Mientras tanto, sus asesores le han aconsejado tener un perfil bajo durante la campaña electoral. Meloni lo ha intentado, aunque no siempre con éxito: "Intento estar tranquila, ser apacible - ha explicado- Pero vengo de Garbatella (un barrio popular de Roma) y de vez en cuando mi alma sale".