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Así es el primer 'ataúd viviente' : la apuesta ecológica y funeraria de la startup Loop

  • El féretro tarda una semana en crecer y se descompone entre 2 y 3 años
Foto: web Living Cocoon.

En la portada de la página web Living Cocoon, de la startup holandesa Loop, se aprecia un ataúd en medio de un bosque. Le acompaña un texto que dice: "conviértete en naturaleza y deja que tu cuerpo sea una fuente de nueva vida". Así es, nos encontramos dentro de un emprendimiento innovador, ecológico y funerario que tiene como principal proyecto el primer 'ataúd viviente'.

El poder de la imaginación llega lejos, incluso más allá de la muerte. De esta forma Bob Hendrikx, fundador de Loop, ha diseñado el primer ataúd llamado Living Cocoon que está hecho con micelio, con el fin de que los humanos cierren el ciclo de la vida enriqueciendo el suelo en el que están enterrados en lugar de contaminarlo.

Para ello, Hendrikx ha basado la construcción de este 'ataúd viviente' en el conjunto de hifas o raíces que forman la parte subterránea de una seta, los cuales son vitales para la salud de los ecosistemas en todo el mundo.

Resulta raro pensar que lo último que hacemos en la vida sea contaminar. Pero, es verdad. Un ataúd convencional está hecho con productos químicos y material no reciclable, y en caso de la cremación, también se necesita una gran cantidad de combustible.

"Las personas no solo están parasitando durante la vida, sino que incluso después de la muerte dejan una cicatriz en este hermoso planeta. Para ser enterrados talamos un árbol, lo trabajamos intensamente y tratamos de aislarnos. Y para aquellos que no quieren ser enterrados, desperdiciamos nuestro cuerpo rico en nutrientes quemándolo con cremación, contaminando el aire e ignorando el potencial de nuestro cuerpo humano", explica Hendrikx

Crecimiento y descomposición

Con esta innovación funeraria, y según explica el CEO de la startup Loop, cada 'ataúd viviente' tarda solo una semana en crecer, sin necesidad de calor, electricidad o luz y tarda de dos a tres años en descomponerse junto con el cuerpo de la persona. "El agua subterránea reactiva el micelio, mientras que el interior del ataúd se llena con un lecho blando de musgo, que contribuye al proceso de compostaje", señala.

Primer funeral del 'ataúd viviente'

El primer funeral con este 'ataúd viviente' se llevó a cabo en 2020. Desde entonces se ha incrementado el uso de estos ataúdes ecológicos para funerales al punto de que Loop ya abrió su propia fábrica y tiene un acuerdo con la empresa funeraria más grande de los Países Bajos.

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