
Al contrario que en las dos anteriores primarias, en las que había un candidato obvio que todo el mundo esperaba que triunfara, las primarias para suceder a Boris Johnson al frente del Partido Conservador británico y, en consecuencia, como primer ministro, están bastante abiertas. Tres aspirantes han tomado la delantera y todo indica que la batalla para llegar a la ronda final, en la que solo dos se enfrentarán por la corona, está servida entre Rishi Sunak, Penny Mordaunt y Liz Truss.
Tras la segunda ronda de votaciones entre los diputados del partido, celebradas este jueves, los tres están en cabeza con claridad. Sunak, con 101 votos, está a 19 de garantizarse los 120 necesarios para ir a la ronda final. Mordaunt (83) y Truss (64) tendrán que batallar por llevarse la mayor parte de los 110 votos restantes a otros candidatos que, salvo sorpresa, irán quedando eliminados en las próximas rondas (el menos apoyado cae en cada votación). Los dos que consigan los ansiados 120 votos por parte de los diputados irán a una votación de la militancia, que decidirá al ganador.
Sunak es el exministro de Finanzas de Johnson, la 'mano derecha' que se volvió contra él y le ahogó con su dimisión hace poco más de una semana. Su portazo precipitó el fin del político que le llevó al segundo escalón del Gobierno y le abrió ahora la posibilidad de mudarse del Número 11 de Downing Street -Finanzas- directamente al Número 10 -presidencia-.
El exministro, de familia india, trabajó en Goldman Sachs y está casado con una de las multimillonarias herederas de Infosys, una de las mayores firmas del país asiático. Un escándalo de elusión de impuestos ya ha situado el foco sobre un político que, hasta hace poco, tenía su residencia permanente en EEUU pese a ser un ministro británico. Y su cercanía a Johnson, que le llevó a ser multado también por el 'Partygate' tras ser cazado en una de las fiestas en Downing Street, le hacen el candidato preferido de la oposición.
Sunak ha tratado de utilizar su imagen de millonario para reforzar su 'pedigrí' en Finanzas. Su argumento es simple: para navegar una crisis como la que sacude a Europa en estos momentos, y especialmente al Reino Unido tras el 'Brexit', nadie mejor que la persona que ha estado gestionando las cuentas públicas en los últimos dos años. Su campaña, al contrario que los demás, no promete bajadas de impuestos sin justificar, sino que garantiza "seriedad y estabilidad" en los ingresos y los gastos. La popularidad de las ayudas que firmó durante lo peor de la pandemia, o las de estas semanas para compensar la subida de la energía, pueden granjearle apoyos entre los votantes conservadores.

Mordaunt, secretaria de Estado de Comercio Internacional, tiene a sus espaldas una imagen de "mujer de hierro" por su carrera como reservista naval y su breve etapa al frente de Defensa durante el Gobierno de Theresa May. Su campaña la presenta como "la mujer que más teme el Partido Laborista" y propone "patriotismo e inspiración Thatcheriana". Por lo demás, un agujero negro es la mejor forma de describir sus propuestas: no ha presentado ningún plan económico ni de ningún otro tipo, más que "frenar a los inmigrantes que cruzan el Canal de la Mancha dejando sus botes sin gasolina".
Aun así, una encuesta reciente indica que sería la favorita de la militancia, pese a ser una de las menos conocidas entre el público (y ser confundida con la cantante Adele por algunos votantes). No se descarta que Sunak, si le acaban sobrando votos, intente maniobrar contra ella para negarle la segunda posición entre los diputados. Por si acaso, la derecha del partido ha salido en tromba contra ella: David Frost, el que fuera negociador británico del Brexit, la acusó públicamente esta mañana de "no hacer ni entender nada" en las conversaciones con Bruselas durante lo más duro de las negociaciones.

Y la líder del 'ala derecha' del partido no es otra que Liz Truss, ministra de Exteriores, y la actual negociadora -y batalladora- en jefe del Reino Unido contra Bruselas. El plan de Johnson para romper el acuerdo del 'Brexit', que lleva su firma, la ha catapultado al frente de los euroescépticos conservadores, y su cargo le ha permitido compartir el fuerte y popular respaldo de Johnson a Ucrania durante la invasión rusa.
Truss promete bajadas de impuestos, deshaciendo varias de las subidas aprobadas por Sunak en los últimos meses, pero manteniendo los planes de Johnson para aumentar la inversión en las zonas más empobrecidas del norte rural y obrero de Inglaterra, la zona post-industrial que, al estilo de la 'Inglaterra Vaciada', ha ido quedándose atrás respecto a las grandes ciudades y al rico sur del país. Un apoyo explícito con el que espera granjearse el favor de las decenas de diputados que ganaron sus escaños en esas zonas en 2019, gracias al empuje del plan de Johnson.
Los otros candidatos son el centrista Tom Tughendhat y la rival de Truss por el ala derecha, Kemi Badenoch, pero ambos están lejos de la cabeza y, salvo sorpresa, probablemente caerán en las próximas dos rondas, que se celebrarán el lunes y el martes de la semana que viene. El miércoles, así, será la ronda final, con todo apuntando a una batalla a tres de la que saldrán los dos aspirantes finales a ser el cuatro primer ministro conservador desde el referéndum del Brexit.