
Elon Musk ha anunciado que pretende rescindir su acuerdo de compra de Twitter. Un movimiento que puede poner el punto y final a un culebrón que, no obstante, nunca asegura que llegue a su fin.
El cofundador de Tesla lleva desde abril, cuando adquirió por sorpresa algo más de 9% de las acciones de la compañía tras la red social, en un juego de tira y afloja con la junta directiva para consumar su oferta de compra por valor de 44.000 millones de dólares.
Ahora, él y sus abogados aseguran que rescindirán el acuerdo porque, a su entender, Twitter les engañó con respecto a la salud de la red social en cuanto a la presencia de bots.
Está por ver si legalmente puede ahora rescindir ese contrato o si el asunto se judicializará, pero lo que sí que parece cierto es que, a día de hoy, nadie puede asegurar al 100% si Musk ha estado este tiempo jugando al despiste o yendo en serio. Existen también opiniones que creen que todo ha sido una artimaña para poder desprenderse de acciones de Tesla.
30 millones más de seguidores y un conocimiento global
Musk inició su asalto a Twitter en abril, tras un 2021 que ya había hecho del sudafricano mucho por su popularidad. Tras ser nombrado 'Personaje del año' por la revista Time, Musk había trascendido de la figura empresarial para pasar a ser una personalidad global. Su intento por comprar Twitter, su red social favorita, elevó aún más su figura y su influencia.
Prueba de ello es que desde que inició el proceso su número de seguidores en la red social ha pasado de 80 a 100 millones, 30 más en total si ponemos el punto de comparación a comienzos de año.
En Google Trends, herramienta que permite conocer los niveles de búsqueda de algo en el buscador, su nombre también se ha disparado en este tiempo. En pocas palabras, Musk ha sacado al menso de su intento de compra de Twitter una mayor relevancia.
Musk siempre se ha usado a sí mismo como herramienta de marketing
Es conocido que Musk nunca ha invertido en publicidad para sus empresas, con Tesla haciendo marketing directamente gracias a su figura, sus polémicas y sus decisiones empresariales directamente.
Esa estrategia podría haber sido la misma que Musk haya seguido con su intento fallido por comprar Twitter. Ahora mismo su cuenta es la sexta más seguida del mundo tras superar los 100 millones a finales de junio.
Musk además es un caso excepcional entre otros grandes directivos por mostrarse aparentemente sin filtro en la red social, a diferencia de por ejemplo Mark Zuckerberg, cuyo perfil en Facebook es mucho más contenido.