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Cuatro vendedores indios de coches de segunda mano alcanzan el status de unicornio gracias a los millennials y la pandemia

  • Cars24, Droom, Spinny y CarDekho recaudaron más de 1.500 millones de dólares cada uno
Foto: Dreamstime

La crisis económica provocada por el Covid-19 ha provocado un cambio en los hábitos de consumo de los jóvenes, un sector de la población que ha convertido a los vendedores de coches de segunda mano de la India en los reyes de la industria. Tanto es así, que cuatro empresas dedicadas a esta actividad han alcanzado el status de unicornio.

Cars24, Droom, Spinny y CarDekho recaudaron más de 1.500 millones de dólares cada uno de grandes inversores globales. Una cifra que supera a la recaudación total de estas cuatro compañías en los últimos cinco años.

La valoración de Cars24, empresa líder del sector indio, prácticamente dobló su valoración en tan solo tres meses. Mientras que la compañía tan solo alcanzaba un valor de 1.840 millones en septiembre de 2021, la última ronda de financiación de diciembre posicionó a la firma en una tasación de 3.300 millones de dólares.

Entre las firmas que hicieron posible esta recaudación, aparecen nombres de la talla de Nueva York Tiger Global, Sequoia Capital o LeapFrog Investments, atendiendo al capital proveniente de EEUU. Mientras que desde Asía, ADQ, con sede en Abu Dhabi, y China DST Global fueron los protagonistas de este hecho.

Esta tendencia hacia los coches usados se hace más vigente cuando se atiende a que por cada automóvil nuevo vendido en India durante 2021, se vendieron alrededor de 1,4 vehículos de segunda mano.

Esta proporción tan solo llegaba a los 1,2 coches durante la época pre-Covid. Cabe destacar que la India no brilla por ser uno de los mayores mercados automovilísticos, ya que tan solo el 4% de la población goza de un coche.

Además, el sector indio se caracteriza por tener un alto grado de concentración donde la mayor parte de la facturación se reparte entre unos pocos, dado que la gran mayoría de los cerca de 30.000 concesionarios que se reparten por el país responden al status de empresa familiar, lo que aquí sería el negocio de un autónomo.

Para entender este cambio en el consumo del país asiático hay que atender a una serie de factores.

La pandemia cambió los hábitos de transporte

Durante la pandemia, la crisis económica provocó una caída en la adquisición de nuevos vehículos. Sin embargo, este no fue el hecho más reseñable a la hora de entender el increíble aumento de las ventas de coches de segunda mano.

El miedo al contacto humano provocado por el coronavirus derivó en un declive del consumo de transporte público, donde era más probable el contagio. Del mismo modo, la demanda de servicios de taxi y compañías VTC también disminuyó.

Esto provocó un vacío en la movilidad de la población que tan solo se podía llenar con el transporte privado. Sin embargo, la capacidad financiera de los consumidores en ese momento no permitía la compra de vehículos nuevos.

Escasez de chips semiconductores

La escasez mundial de chips semiconductores ha afectado a toda la industria tecnológica y, como no podía ser de otra forma, también impactó gravemente sobre los fabricantes de automóviles.

Estas empresas requieren una media de entre 5.000 y 8.000 chips para fabricar un solo vehículo, por lo que una crisis de semiconductores a nivel global impide la fabricación de nuevos automóviles.

Millennials de clase media

Por otro lado, el CEO de Droom, Sandeep Aggarwal, también achaca esta tendencia a la propia demografía de India, donde el aumento de los jóvenes de clase media ha generado un target enorme al que se pueden dirigir estas empresas.

De hecho, de cada 16 millones mensuales de usuario que recibe esta compañía, el 75% corresponde al segmento poblacional de los millennials, tal y como ha explicado el CEO ha Insider. Un porcentaje que asciende al 80% cuando se atiende al total del sector.

Estos jóvenes han vivido un proceso de ahorro involuntario provocado por la falta de oportunidades de consumo durante las restricciones. Del mismo modo, este problema ha derivado en una creciente intención de gasto.

Atendiendo a estos dos motivos, las compañías de venta de coches de segunda mano se han encontrado con un público objetivo con ganas de consumir y con el capital suficiente para hacerlo. A esto hay que sumar que la caída en la fabricación de coches nuevos y la imposibilidad de acceder a ellos económicamente por este enorme segmento de la población.

La combinación de todas estas situaciones ha generado un ecosistema perfecto para que los compradores de vehículos usados proliferen, dando como resultado a cuatro nuevos unicornios en el sector.

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