Actualidad

Las cintas de casete viven una segunda primavera: sus ventas se disparan en Reino Unido y EEUU

  • En la primera mitad de 2020, sus ventas aumentaron un 103% en Reino Unido
El ancho de la cinta era de 3,81 mm, ocupando cada pista estéreo 0,79 mm. Foto: iStock

Las cintas de casete no han muerto. Quizá se fueron durante un tiempo, pero la pandemia y la nostalgia las han traído de vuelta. Entre 2019 y 2020, sus ventas se incrementaron un 33% en Estados Unidos. Al otro lado del charco, el furor por estas joyas del pasado es aún más sorprendente: solo en la primera mitad de 2020, las ventas de cintas de casete aumentaron un 103% en Reino Unido.

Inventadas por Philips en 1963, las cintas de casete vinieron a sustituir a las cintas de bobina abierta, mucho más grandes y aparatosas. En esencia, las nuevas cintas eran tiras de celofán cargadas magnéticamente en las que se guardaban los datos orientando los polos con un cabezal electromagnético. Éste, a su vez, enviaba las ondas sonoras a los altavoces. El ancho de la cinta era de 3,81 mm, ocupando cada pista estéreo 0,79 mm, y la velocidad de reproducción era de 47,6 milímetros por segundo, de derecha a izquierda.

Pese a su característico sonido distorsionado, las cintas de casete se hicieron sumamente populares. Sobre todo, con la llegada del Walkman, el primer reproductor de música portátil. A finales de la década de los 90, el reinado de las cintas de casete llegó a su fin con la entrada en escena de los CDs. Tras ellos, llegaron los mp3 y posteriormente las plataformas de streaming.

Ahora, tras años condenadas al olvido, las cintas de casete viven una segunda primavera. Por sorprendente que parezca, los principales compradores tienen menos de 35 años, asegura Steve Stepp, presidente de National Audio Company, a Smithsonian Magazine. Según él, el atractivo de las cintas de casete reside en que permiten escuchar de manera analógica, que es a lo que está acostumbrado el oído humano. Es decir, se oye la música, al artista, la banda o la orquesta, mientras que en una grabación digital solo se distingue la frecuencia dominante en cada milisegundo. Además, la música digital tiene un sonido inferior debido a que los archivos están muy comprimidos y los auriculares no son los mejores altavoces.

La pandemia y la cancelación de conciertos hizo que muchos artistas que contaban con el apoyo de una firma discográfica recurrieran a este formato con el objetivo de producir música a bajo coste. A diferencia de los CDs que requieren una tirada mínima bastante elevada o los vinilos, cuyo precio está fuera del alcance de muchos, las cintas de casete se pueden producir en pequeñas cantidades y cuestan cerca de 2,50 dólares cada una.

Artistas como Lady Gaga, Dua Lipa, Billie Eilish o Taylor Swift también se han sumado a esta tendencia. Tal es el furor por las cintas de casete que incluso se están editando bandas sonoras de película en este formato.

Cuando el declive de las cintas de casete parecía inevitable, National Audio apostó por ellas y ahora es el único productor de cinta magnética para casete en Estados Unidos y el mayor fabricante de este formato en el mundo. Al año, la empresa fabrica entre 25 y 30 millones de casetes para las discográficas. El retorno de las cintas de casete ha disparado las ventas de National Audio, alcanzando las mayores cotas desde los inicios de la empresa, y sin signos de desaceleración.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky