Aprender y memorizar es una de las trabas más grandes de la sociedad. Muy pocas personas cuentan con un sistema de aprendizaje, por lo que normalmente recurren a la repetición. No obstante, existen muchas formas de simplificar este proceso. De hecho, Richard Feynman, ganador del Premio Nobel en 1965 por su trabajo en electrodinámica cuántica, contaba con un truco realmente fácil.
Este físico creía que en la sencillez. Para él, en la simplicidad se hallaba la clave del aprendizaje. Feynman sostenía que las cosas eran más fáciles de retener cuando más simples se mantenían.
Cabe destacar que todo parece más sencillo para una persona que trabajó en el Proyecto Manhattan cuando solo tenía 20 años. No obstante, Feynman cuenta con el suficiente peso en sus palabras como para considerarlas un argumento de autoridad.
"No te engañes a ti mismo"
De poco sirve tener la cabeza llena de verborrea extraída de libros de texto, conocimientos banales retenidos a través de largas frases memorizadas. De hecho, eso no es aprender. "No trates de engañarte a ti mismo, eres la persona más fácil de engañar", dijo el físico.
Con estas palabras, Feynman trataba de explicar que uno mismo tiene que darse cuenta de que memorizar no es aprender, y que no es lo mismo retener un conocimiento que retener un conjunto de palabras en serie colocadas de tal manera que construyan una oración.
El aprendizaje debe servir para comprender mejor el mundo. Para ello, el físico confiaba en cuatro simples pasos, tal y como recoge Insider:
1. Elegir un tema y empezar a estudiarlo
Este es el primer paso. Siempre tiene que haber un punto de partida y, en este caso, es elegir el campo en el que uno quiere aprender. Cabe destacar que esta técnica sirve para cualquier tema, no se limita a las matemáticas y a la física.
2. Explicar el tema a un niño
No se trata de seguir este paso al pie de la letra, no hace falta aburrir a un niño pequeño para retener un conocimiento. La idea es que el estudiante repita lo aprendido como si se lo estuviese enseñando a un menor.
De tal manera que cree un discurso utilizando palabras sencillas y oraciones básicas. Así, la persona dividirá el tema en ideas simples y tendrá mayor capacidad para darse cuenta de los aspectos en los que presenta mayores lagunas.
3. Vuelve al material de estudio cuando estés atascado
Si al llevar a cabo el paso número dos, el estudiante ha identificado varias lagunas, será el momento de recurrir de nuevo al material de estudio y volver a echarle un ojo.
Este paso se repetirá hasta que sea posible llevar a cabo la fase dos sin problema. Es decir, siempre habrá que recurrir a los apuntes o a los libros de los que se esté estudiando hasta que uno sea capaz de explicar el tema con sus propias palabras sin presentar dificultades.
Esta técnica permitirá que los conocimientos se retengan mejor que cuando simplemente se tratan de memorizar, que por lo general suelen desaparecer una vez cumplen su propósito lectivo.
4. Organizar y revisar
Este es el paso final, una fase de reconocimiento. Se trata de comprobar que el estudiante ha retenido toda la información necesaria. ¿Eres capaz de hablar fluidamente sobre el tema?, ¿puedes explicar con palabras simples todos los aspectos relevantes?, ¿podrías mantener una conversación hablando sobre este campo?
Estas son las preguntas que se tiene que hacer el estudiante. De no poder responder afirmativamente a todas ellas, deberá volver al paso dos y tres hasta que la respuesta sea un sí rotundo.