Si hay una crisis de deuda que ponga en juego a toda Europa, Francia es el destino más probable. Con una verdadera montaña de 113% sobre su PIB, el país que era una de las anclas financieras del Viejo Continente ahora está en una situación crítica. Su elevado déficit y la falta de reformas profundas han convertido a París en la gran alerta de la región . El déficit público del país está en el 5,8% actualmente y si bien está por debajo del 6% que superó en 2024, la situación sigue siendo crítica.
Esta alerta se ha concretado en eventos históricos en el mercado, como que ya se paga más por los títulos franceses a diez años (3,395%) que por sus pares españoles y portugueses. Además también se paga a unos niveles muy similares a los de la deuda griega a diez años (3,42%). Un giro impensable hace unos pocos años y muy preocupante, dado que Francia representa cerca de un 18% de la economía de la UE.
Es por ello que el país galo ha querido dar la vuelta a la tortilla con una 'motosierra' que limite el gasto público. El primer ministro, François Bayrou, ha puesto encima de la mesa unos nuevos presupuestos agresivos con importantes sacrificios. Sin embargo, los expertos están advirtiendo de que estos no son los suficientemente ambiciosos, corren peligro constante de quedar frustrados por la política y, especialmente, llegan tarde. La gran mecha de la deuda ya se ha encendido, ahora es cuando empezará a emerger su peor parte.
Aunque Francia reduzca el déficit primario todo lo que pueda, los intereses de la deuda empezarán a emerger como nunca antes creando un bucle del que va a ser muy difícil salir. Estos tres motivos, en particular este último, es el que ha llevado a que los mercados respondan con poco entusiasmo al anuncio de los presupuestos y Bayrou. Si bien la rentabilidad de la deuda gala ha caído estos dos días con las noticias de París, lo ha hecho muy poco pasando de un 3,4% a 3,396%.
Así es el presupuesto
Pero, empezando por el principio, ¿cuáles son las medidas que se han puesto encima de la mesa? El conjunto del plan busca recortar 44.000 euros del gasto del estado para 2026, es decir, que reduciría su déficit al 4,6%, entre las medidas destaca una congelación de las pensiones, prestaciones sociales y salarios de los funcionarios, recortes de empleo con 5.000 puestos de trabajo en sanidad y 3.000 en otros frentes, nuevo impuesto de solidaridad a los ricos, supresión de agencias públicas redundantes y un sistema de reemplazo por el que solo contratarán dos funcionarios por cada tres que se jubilen.
Por su parte una de las partes más importantes del plan se basan en los ingresos de 9.900 millones de euros a través de la lucha contra el fraude, lagunas fiscales que se irán resolviendo y reestructuración deducciones fiscales. Todo esto sumado a ese nuevo impuesto de solidaridad. Sin embargo, estos ingresos podrían ser demasiado optimistas para ser la partida más importante del nuevo plan contra el déficit.
El muro político en París
Desde Commerzbank comentan que el primer factor que está diluyendo el mensaje positivo por estos presupuestos es que el mercado no cree que puedan ponerse en práctica. "Es muy improbable que Bayrou obtenga la aprobación parlamentaria para sus planes. No cuenta con una mayoría propia, y los socialistas y el Partido Nacional (RN) de Le Pen parecen rechazar sus planes. Podría invocar de nuevo el artículo 49.3 de la Constitución francesa, que permite al gobierno aprobar una ley de presupuestos sin aprobación parlamentaria. Sin embargo, esto probablemente daría lugar a una moción de censura y la posibilidad de que sobreviva a esta ha aumentado significativamente".
Coinciden desde LFDE, pues defienden que "en Francia, los mercados apenas han reaccionado a los anuncios del primer ministro". Si bien "el plan de austeridad de casi un 1,5 % del PIB es necesario, pesará sobre el crecimiento el año que viene. El riesgo principal es que haga resurgir las tensiones políticas este verano al aproximarse la fecha de negociación de los datos presupuestarios en el Parlamento, en septiembre. Pese a un desfase de los rendimientos de la deuda soberana francesa y alemana a 10 años de casi 70 puntos básicos, mantenemos la prudencia sobre la deuda francesa y nos inclinamos por la de los países del sur de Europa".
Bayrou ha expresado la importancia de dar este paso alegando que la deuda crece en 5.000 euros por segundo en una rueda de prensa este martes histórica en la que comparó su situación a la de Grecia en 2008. "Esta es la última estación antes del precipicio. Nos hemos vuelto adictos al gasto público".
Ni con estas reformas... el drama de los intereses
El banco alemán comenta que incluso si se pusieran en práctica estos planes, estos serían insuficientes para evitar la situación crítica de Francia. "Estos presupuestos distan mucho de ser suficientes para detener el aumento del ratio de deuda, ni plantearse reducirla". El motivo es que el pago de los intereses de la deuda están aumentando de forma clave y si no se han recortes superiores a los 80.000 euros para 2029.
"Según el plan presupuestario de Bayrou y nuestras previsiones económicas, es probable que el ratio de deuda de Francia se estabilice en torno al 122% al final de la década", comentan desde Commerzbank. Eso teniendo en cuenta que todo saliera bien y las medidas entrasen con un éxito total, pero, los cálculos de la firma alemana apuntan a que si se produjese un éxito parcial, las previsiones apuntarían a una deuda del 130% o más para finales de 2029.
La clave son los intereses de deuda. Según la Comisión Europea se calcula un aumento de los mismos sostenido para que representen cerca del 2,9% del PIB total del país (solo en el pago de intereses) de cara a 2026. No solo por la montaña de crédito que ha amasado el país y que seguirá creciendo con cada nuevo déficit, sino por la mayor retribución que le exige el mercado y los tipos de interés que, pese a que estén cayendo se proyectan como estructuralmente más altos que la pasada década.

Desde BNP Paribas, antes del anuncio de ayer, hablaban de que el ratio de intereses de deuda/PIB se eleve 0,4 puntos porcentuales en 2026 y 0,3 puntos cada año hasta 2029, llevando su contribución en el déficit hasta los 3,6 puntos porcentuales.
Según el auditor de los últimos presupuestos aprobados, la "Agencia de la Deuda Pública" hablaba de que ya se pagan entre 51.000 millones de euros y 54.900 millones solo en 2025. Actualmente la deuda del país en su conjunto ya roza los 3,346 billones de euros. En los últimos tres meses ya ha aumentado cerca de 40.500 millones, en una espiral que es difícilmente asumible sin cambios muchos más drásticos.
Bayrou afirmó semanas antes a la decisión que si no se tomaban medidas pronto que al final estos recortes iban a llegar, pero con un rescate del BCE y del FMI que les obligue a tomar estas medidas. "Si no tomamos estas medidas ahora existe el riesgo de que nuestro país quede bajo la supervisión de instituciones internacionales, europeas o de nuestros acreedores".
"Prevemos que la carga financiera de Francia aumentará gradualmente hasta el 4,8% de los ingresos para 2026"
Al margen de la política, desde Fitch creen que lograr una consolidación fiscal suficiente es limitada. "El presupuesto aprobado mostraba un esfuerzo modesto y prevemos que se mantengan déficits considerables del 5,6% en 2026 y del 5,4% en 2027". Pues además, lamentan que las medidas de ahorro se mezclen con un aumento del gasto militar "que intensificará las presiones fiscales. En resumen, "prevemos que la carga financiera de Francia aumentará gradualmente hasta el 4,8% de los ingresos para 2026, por encima de la mediana prevista para la categoría «AA» del 3,4%".
Francia tiene un enorme gasto en seguridad social, con el tercer mayor gasto en pensiones de toda Europa (13,1% del PIB). Esta es la clave de un gasto que, además, se encuentra con un crecimiento muy leve del PIB (se espera que solo sea del 0,6% en 2025 por parte de la Comisión Europea). Por lo tanto, no puede salvar el abismo de la deuda con un gran crecimiento. Esto mezclado con el mayor gasto en defensa