
El reto es mayúsculo: abordar de forma simultánea múltiples crisis sin precedentes, como lo son el cambio climático, las crecientes desigualdades, la crisis de la industria y las secuelas que ha dejado en lo sanitario y en lo económico la Covid-19. Todo ello en un contexto de inestabilidad económica y política creciente. No obstante, existe la posibilidad de abordar todos estos desafíos a la vez, a través de una transición justa hacia una economía más verde y digital.
En este periodo de transición hacia una economía descarbonizada y tecnológicamente avanzada, en la que la sociedad debe adoptar nuevos hábitos y formas de vivir y consumir, de moverse y de trabajar, contar con empresas comprometidas es una garantía para cumplir los objetivos marcados. El uso eficiente y responsable de los recursos naturales y una gestión energética óptima son elementos clave para estas organizaciones en el paso hacia el futuro que afronta la economía global.
En este sentido, Ence - Energía y Celulosa, como compañía que apuesta decididamente por una economía basada en el modelo circular, se encuentra comprometida y participa activamente de la Transición Ecológica, que ha de ser, igualmente, justa e inclusiva. Sus líneas de actividad, mediante las que suministra bioproductos procedentes de la madera y energía renovable con biomasa, la convierten en un modelo de este proceso hacia una nueva bioeconomía, basada en materias de origen natural, renovables, reciclables y biodegradables.
A través del suministro de celulosa, Ence proporciona una materia prima de origen natural, renovable, biodegradable y reciclable, que en multitud de casos sustituye a otros materiales como el plástico y sus derivados. Además, sus biofábricas de celulosa, en Pontevedra y Navia (Asturias) son autosuficientes energéticamente, al aprovechar el calor excedentario del proceso y valorizar energéticamente la lignina, material natural presente en la madera, y la biomasa. Además, las compras de madera en el medio rural del Noroeste de la península, por más de 200 millones de euros al año, inyectan riqueza en la "España Vaciada", generando actividad y valor en la cadena forestal y logística de estos territorios.
El compromiso de la compañía es proporcionar aquellos bioproductos necesarios para un desarrollo sostenible y responsable. En este sentido, la compañía apuesta decididamente por la celulosa como una alternativa sostenible en multitud de aplicaciones en artículos presentes en la sociedad actual. Para ofrecer soluciones cada vez más adaptadas y avanzadas, la compañía lleva trabajando desde hace años en la línea de productos "Ence Advanced", que para este año 2022 ya supondrá un 20 por ciento del total de las ventas de celulosa de la compañía.
Desde esta plataforma, la compañía suministra a sus clientes productos como Naturcell, una pasta de papel no blanqueada desarrollada en base a los criterios altamente exigentes e innovadores en materia de sostenibilidad. Como sus características principales se encuentran una menor huella de carbono, un mejor aprovechamiento de la energía y la reducción del consumo de agua y de madera en su producción. El resultado es una pasta de papel con un alto estándar en sostenibilidad, que es demandada para elaborar aquellos productos que el consumidor más exigente demanda. También se encuentra en este conjunto Powercell, una celulosa de fibra corta de gran resistencia, que constituye en múltiples casos una alternativa sostenible al uso de plásticos, como en bolsas y embalajes o envases flexibles para alimentos.
La compañía extrapola a su negocio de energía renovable toda su experiencia y el modelo de economía circular de sus biofábricas de celulosa. Así, la filial de energía renovable de Ence busca, en todas sus instalaciones, la máxima eficiencia energética y el desarrollo pleno de tecnologías para la generación de energía verde, con la que en 2021 fue capaz de cubrir las necesidades domésticas de más de 1,2 millones de personas.

La generación con biomasa es la única tecnología renovable gestionable sin dependencias meteorológicas y con un fuerte carácter generador de empleo, lo que la convierte en un factor clave para la necesaria transición justa hacia un modelo energético descarbonizado, tal y como promueven los Objetivos de Desarrollo Sostenible, así como las políticas europeas y nacionales, como el caso del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030.
Para la compañía es prioritario garantizar la sostenibilidad de la biomasa que valoriza en sus instalaciones. De este modo, en 2021 se ha llevado a cabo un exitoso proceso de certificación mediante el esquema de verificación SURE, que ha permitido a la compañía ser pionera en Europa en su adaptación a las más exigentes normativas ambientales. Todas las instalaciones de Ence han obtenido previamente esta certificación, convirtiendo a Ence en la primera empresa de Europa en iniciar la verificación de la sostenibilidad de su proceso productivo de energía con biomasa mediante este estándar.
Ence ha hecho de la sostenibilidad el eje de la empresa, una apuesta estratégica que también aporta competitividad y garantía de futuro a la compañía. En sus actividades forestales, productivas y de generación de energía con biomasa agroforestal y de celulosa, así como en el modelo de gestión, están fuertemente integrados los criterios de sostenibilidad económica, social y ambiental, que garantizan la orientación a resultados, el beneficio mutuo en las relaciones con proveedores, propietarios forestales, agricultores y clientes, así como la gestión de los impactos sobre el entorno.
De hecho, para Ence, sostenibilidad y competitividad son conceptos que van de la mano. Una compañía sostenible en todas sus facetas es asimismo competitiva en un mercado en cada vez más centrado en valores ambientales y sociales. Así, aspectos como el cuidado de las personas, basado en la igualdad, y la seguridad, son valores de competitividad para Ence. Lo es, asimismo, el cuidado del medio ambiente y la gestión sostenible de los recursos, que se basa en operaciones más eficientes y que utilizan la cantidad justa de energía, agua y otros recursos. El compromiso con el entorno y la buena relación con las comunidades vecinas garantizan la sostenibilidad en el tiempo de los diferentes centros de producción.
El buen hacer de Ence ha sido destacado en el panorama internacional, obteniendo diversos reconocimientos que avalan su excelencia medioambiental. Tanto la biofábrica de Ence en Navia como la de Pontevedra cuentan con diversas certificaciones en materia de medioambiente, calidad y prevención de riesgos laborales. Su papel de referente en la economía circular está avalado por el sello Residuo Cero de AENOR, que garantiza una correcta valorización de los subproductos generados en el ciclo productivo de las plantas. Del mismo modo, ambas factorías están también adheridas al Sistema Europeo de Ecogestión y Ecoauditoría (EMAS) y han sido reconocidas con la etiqueta ecológica Nordic Swan, sello ecológico oficial de los gobiernos escandinavos. La biofábrica de Pontevedra, además, ha sido reconocida por su desempeño medioambiental con la Distinción Oro de la Comisión Europea.
REALIZADO POR ECOBRANDS
Este contenido ha sido elaborado por EcoBrands, unidad Branded Content de elEconomista