
Santander UK ha anunciado este viernes el nombramiento de Thomas Scholar como nuevo presidente del banco, que asumirá el cargo el 1 de agosto, sucediendo a William Vereker.
Ana Botín, Presidenta Ejecutiva del Grupo Santander, elogió la amplia experiencia de Scholar en el gobierno y las finanzas internacionales, citando sus roles anteriores en el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial. Botín también reconoció las importantes contribuciones de Vereker durante su mandato, que estuvo al mando de la entidad en tiempos desafiantes para el sector financiero.
Scholar expresó su entusiasmo por unirse al banco y apoyar su transformación en curso. Su carrera incluye posiciones notables como Segundo Secretario Permanente durante la Crisis Financiera y, más recientemente, Secretario Permanente durante seis años hasta 2022. Scholar también aporta experiencia del FMI y el Banco Mundial, así como de etapa como Jefe de Gabinete del Primer Ministro. Además de su nuevo rol en Santander UK, Scholar actualmente preside Nomura International, Nomura Bank International y Nomura (Europe) Holdings.
Santander UK atiende aproximadamente a 14 millones de clientes y está supervisado por la Autoridad de Conducta Financiera (FCA) y la Autoridad de Regulación Prudencial (PRA) en el Reino Unido.
Vereker dimitió a finales de enero y su salida se produjo en un momento en el que el banco se encontraba en aguas turbulentas en el mercado británico. Financial Times publicó en aquel momento que el banco estaba explorando varias opciones estratégicas para su filial británica, incluyendo la posibilidad de salir del mercado. Preguntada al respecto durante el Foro de Davos, Ana Botín afirmó que Reino Unido seguirá siendo "un mercado clave" para Santander.
Además, el banco recibió un varapalo de la justicia británica con respecto a una contienda sobre la financiación de automóviles. El pasado octubre, el Tribunal de Apelación dictaminó que era ilegal que los concesionarios de automóviles recibieran una comisión de los bancos que financian automóviles sin obtener el consentimiento informado del cliente. Un fallo que a la filial británica del Santander costó provisiones por 350 millones de euros y un impacto de 19 puntos básicos en la ratio de capital CET1, según los resultados del tercer trimestre, publicados con retraso.