
Tras un año 2017 completamente anómalo en el que la volatilidad se situó en niveles históricamente bajos y el mercado parecía ignorar cualquier amenaza, febrero supuso un cambio con la vuelta de una volatilidad que no ha abandonado las bolsas desde entonces. Si el viernes los índices de EEUU se desplomaban más de un 2%, el lunes ha arrancado con optimismo después de que el asesor económico del presidente estadounidense Donald Trump, Larry Kudlow, asegurase que no se iba a producir una guerra comercial.
Así las cosas, el hecho de que la volatilidad haya vuelto no implica que el mercado no pueda continuar ofreciendo retornos, pero lo hará en medio de fuertes vaivenes. "La volatilidad de las bolsas ha vuelto y eso lo cambia todo. Quizás la pregunta más urgente para los inversores es si la fuerte volatilidad entre las grandes compañías de EEUU es una anomalía o el nuevo normal", reflexionan desde Société Générale.
Para los expertos de la entidad francesa "hay muchas señales que apuntan a que el régimen de baja volatilidad es algo de pasado. Como un buceador que hasta ahora estaba atascado bajo la superficie de un río helado, la volatilidad ha encontrado la manera de salir fuera. Y no hay manera de volver bajo la superficie otra vez".
Desde que en el mes de febrero el Vix norteamericano se disparase hasta situarse por encima de una lectura de 37, en las últimas semanas se ha relajado hasta fluctuar entre los 20 y los 25, una zona muy inferior a su pico máximo pero muy elevada en comparación con lo vivido en los últimos años. En concreto, el índice de volatilidad no se situaba durante un periodo tan prolongado en esos niveles desde el crash que se produjo en el mercado en el arranque de 2016 por los temores sobre la economía china y la devaluación del yuan.
Con este telón de fondo, los analistas de la entidad francesa defienden que los motivos que llevaron a que la volatilidad fuese sumamente baja durante el pasado ejercicio han desaparecido y que "una volatilidad más alta se ve en cualquier punto al que se mire". Con todo, los expertos no creen que esta vuelta de la volatilidad implique que las bolsas no puedan continuar escalando y, de hecho, genera oportunidades, si bien será necesario que el inversor esté atento. "Nuestra visión sobre la volatilidad es bastante agnóstica sobre la dirección que llevarán los mercados, pero todo podría ser peor si resulta que los inversores se vuelven bajistas", señalan. Pero ¿cuáles son los motivos funadmentales que llevan a pensar en que la volatilidad seguirá disparada?
1.- Tipos más altos en EEUU
Más allá de la preocupación por la guerra comercial, todos los ojos están puestos en el bono norteamericano, con la barrera del 3% suponiendo el nivel clave que podría desencadenar una debacle en las bolsas. "La volatilidad en EEUU está muy ligada a los tipos reales de la economía", explican en Société Générale, al tiempo que advierten de que "dado que los tipos de la Fed están en territorio positivo por primera vez en casi 10 años y que probablemente sigan subiendo al tiempo que la Reserva Federal sube tipos, pensamos que la volatilidad continuará".
En medio de los temores a una guerra comercial, el nuevo presidente de la Fed, Jerome Powell, ha apuntado a un mayor aumento de los tipos de interés, siempre y cuando la economía no descarrile, para mantener la inflación -que ya se acerca a su objetivo del 2%- bajo control.
2.- Los bancos centrales paran
Tras muchos años en los que los bancos centrales cada vez inyectaban más liquidez en el mercado, con la retirada de estímulos de la Fed y el fin previsto de las compras del BCE, el apoyo de los bancos centrales desarrollados se reducirá, lo que también presionará la volatilidad.
"Las facilidades de las condiciones financieras de los bancos centrales globales han ayudado a controlar la incertidumbre. Con la Fed en medio de su proceso de disminuir su balance al tiempo que el BCE ralentiza el suyo, debería haber menos liquidez, lo que al final debería llevar a más volatilidad", resaltan.
3.- El fin del goldilocks
En el arranque del año se popularizó la expresión goldilocks (ricitos de oro) para hablar de un escenario idílico para el mercado con un crecimiento sincronizado y sostenido de la economía con una inflación baja. Sin embargo, este ha desaparecido y ya son muchos los expertos que han advertido que este ha llegado a su fin, lo que, inevitablemente, llevará a un aumento de la volatilidad.
4.- Volatilidad en las estimaciones
2017 supuso un cambio de tendencia, especialmente en Europa, al ser el primer año en mucho tiempo en el que las estimaciones de beneficio para la región no se deterioraron. Sin embargo, 2018 ha arrancado con pequeñas caídas en las previsiones para la eurozona y con fuertes subidas en EEUU debido a la reforma fiscal.
"La incertidumbre sobre las ganancias ha sido elevada después de las grandes ventas del mercado en febrero a pesar de que las estimaciones hayan subido un 10% de media. Dado el fuerte lazo entre la incertidumbre en las previsiones de beneficios y la volatilidad de mercado, esperamos que este sea otro factor fundamental que apoye mayor volatilidad en la bolsa", señalan.
¿Qué pasa con la guerra comercial?
Más allá de estos motivos fundamentales, lo que ha movido a los mercado durante las últimas semanas ha sido la amenaza de una guerra comercial. De momento, se trata de cifras pequeñas en relación al tamaño de la economía y ha generado más ruido que una guerra comercial real, pero mientras esta amenaza siga latente los mercados seguirán intranquilos.
"Los inversores seguirán estando sensibles a la retórica sobre comercio hasta que haya signos claros de que las tensiones no está escalando. Pero hay que tener en mente que los aranceles anunciados hasta ahora son muy pequeños", explican en Credit Suisse.