
Los ánimos de los alcistas languidecen en la eurozona. El menor optimismo tras el susto de febrero es evidente ya en distintos indicadores, como la volatilidad o los índices de confianza empresarial, y es especialmente preocupante en las estimaciones de beneficios de las compañías.
El crecimiento de las ganancias esperado en 2018, respecto a 2017, se ha contraído en los principales índices de la Zona Euro desde que empezó el año y particularmente desde el mes pasado. Este tijeretazo es especialmente pronunciado en el Ibex 35 –para el que se preveía un incremento del beneficio por acción del 7,1% en enero y para el que ahora se estima una mejora del 3,4%– y en el Dax alemán –para el que el crecimiento se ha reducido en 3,6 puntos porcentuales, del 10,9% al 7,3%, en el mismo periodo–. También son menores las previsiones, según FactSet, para el Cac 40 francés –1,3 enteros– y para el EuroStoxx 50 –2 puntos–.
En estos recortes está incluido el 0,26% en el que las compañías del Ibex 35 batieron las estimaciones en conjunto con sus resultados de 2017, lo que estrecha el crecimiento. Así como el 8% que lo hicieron las alemanas o el 5% de las francesas. Aunque lo relevante es que, "mientras en Wall Street siguen incrementándose las previsiones", según recalcan desde la gestora de JP Morgan, dos factores concretos y palpables están enfriando el crecimiento de las ganancias de las empresas de la eurozona: la fortaleza de la divisa y el enfriamiento de las cifras macro. Y otras amenazas asoman en el horizonte: el estallido de una guerra comercial con Estados Unidos y el encarecimiento de la financiación.
El euro y las cifras macro
"La razón principal es muy clara: el euro", afirma Javier Niederleytner, profesor del IEB, quien incide en que "si se mira hacia atrás, hace tan solo un año, la moneda común cotizaba a 1,05 dólares, y, desde entonces, ha repuntado cerca de un 20%, y eso no hay quien lo aguante".
"El efecto divisa sigue siendo una losa para las empresas cotizadas españolas y europeas, principalmente para las exportadoras o aquellas que tienen operaciones financieras en mercados no europeos, lo que lastra negativamente las cuentas", explica Roberto Berzal, analista de Orey iTrade. "2018 empieza con euro/dólar muy desfavorable para las empresas de la eurozona y un ejemplo claro es Inditex, para la que el tipo de cambio es muy desfavorable y ya se están notando los efectos", continúa Javier Niederleytner, quien considera que "si esto sigue así, veremos el impacto en más compañías en los resultados del primer trimestre".
Más allá del grupo textil de Arteixo, los mayores recortes en las previsiones de las ganancias por acción desde que arrancó 2018 en el Ibex 35 se observan en Dia, con problemas para sostener los márgenes por la presión de los competidores; en Siemens Gamesa, que se encuentra en plena digestión de la transformación del sector eólico; y en Telefónica o en Iberdrola, muy expuestas al dólar.
La otra razón manifiesta que está frenando las estimaciones es el menor optimismo respecto al crecimiento económico. "Estamos viviendo una pequeña desaceleración, lo que repercute directa y negativamente en el beneficio de las compañías", destaca Roberto Berzal. "El crecimiento de la eurozona ha sido el elemento principal que ha venido apoyando a los mercados de renta variable en los últimos trimestres", admite, por su parte, Felipe López-Gálvez, analista de Self Bank.
Un indicador relevante ya está alertando de un contexto macro más complicado, en comparación con 2017: el índice de sorpresas económicas que elabora Citi, que refleja en qué medida los datos –PIB, inflación o empleo– han superado o no las previsiones de los analistas. Por encima de cero, el selectivo indica que se están batiendo las estimaciones, mientras que si se sitúa por debajo quiere decir que no se está llegando a cumplir con las expectativas. Pues bien, desde que el índice superó los 90 puntos, a finales de noviembre del año pasado, ha descendido verticalmente hasta pisar terreno negativo, en el que se encuentra actualmente.
También dejó un sabor agridulce la última lectura del Ifo alemán, la encuesta a 7.000 compañías que mide mensualmente la confianza empresarial en la principal economía de la eurozona. Este indicador cayó más de lo esperado en febrero, respecto a enero, aunque, eso sí, se mantuvo en un nivel alto, en torno a los 115 puntos, en zona de máximos que no se alcanzaba desde 1991.
Las amenazas que vienen
El estallido de una guerra comercial a escala global por los aranceles que pretende imponer a las importaciones de distintos productos y materias primas el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, es una de las principales amenazas que ya resuena en los mercados y que podría impactar en los beneficios de las compañías de la eurozona. "No hay que perderla de vista, como entremos en guerra comercial muchos sectores se verán afectados", alerta Sara Carbonell, experta de CMC Markets.
El otro riesgo que ya se atisba en el horizonte es el incremento de la financiación que supondrá la normalización de la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) y las subidas de los tipos de interés, que afectará especialmente a sectores que necesitan acudir al mercado de deuda para desarrollar su actividad, como el de las infraestructuras, el de la construcción, el energético o el de las telecos.