
El mercado decidió este martes que el descanso que se había producido en las ventas de bonos estadounidenses había sido suficiente: regresaron las caídas en los precios de la deuda del gigante norteamericano, impulsando la rentabilidad del título con vencimiento a 10 años (T-Note) hasta nuevos máximos del año, en el 2,926%, un nivel no visto desde hace más de cuatro años. Eso sí, las ventas se suavizaron tras alcanzar ese nivel, y al cierre de la sesión de Wall Street el título se mantenía en el entorno del 2,90%.
Este movimiento no es sino la continuación de lo que se inició a mediados de diciembre, cuando el bono cotizaba en el entorno del 2,35%, momento en el que arrancaron las fuertes ventas de renta fija. En menos de dos meses, desde que empezó el año 2018, el inversor ya pierde más del 4,2% con el T-Note.
El temor por el regreso de la inflación en Estados Unidos, donde los salarios están empezando a repuntar, y el dato de inflación de enero sorprendió positivamente a los analistas, sigue pesando en los mercados, que parecen descontar más subidas de tipos de la Reserva Federal este año. Las últimas semanas son buena prueba de ello, si se tiene en cuenta las fuertes ventas que ha habido en fondos de renta fija por parte de los inversores.
Según los datos recopilados por Bank of America Merrill Lynch, entre el miércoles 7 de febrero y el miércoles 14 de febrero salieron 14.100 millones de dólares (más de 11.400 millones de euros) de fondos de bonos, la quinta mayor desbandada de la serie histórica.
Y la huida no se detuvo en la deuda soberana: en el crédito hubo salidas de dinero simultáneas en grado de inversión, en bonos basura y en emergentes por primera vez desde la elección de Donald Trump en noviembre de 2016. En total, volaron 15.700 millones de dólares (12.700 millones de euros), la segunda mayor huida de la historia.
No se debe olvidar que el mercado cada vez está aumentando sus estimaciones de subida de tipos en la región: entre el día 2 y el 7 de febrero Bloomberg lanzó una encuesta a expertos y la opinión generalizada era que la Fed aumentaría el precio del dinero en 3 ocasiones en 2018 -una subida ya se había acometido-. Sólo una semana después, entre los días 12 y 14, los analistas habían cambiado de opinión y ya estiman 4 aumentos durante este año. Hoy mismo se publican las actas de la reunión de enero de la Fed, la última que presidió Yellen.
Gran emisión en EEUU
Esta semana, la emisión de deuda pública americana pondrá a prueba la confianza del mercado en la agenda económica del presidente Donald Trump. El Departamento del Tesoro subastará una variedad de letras y bonos por un valor aproximado de 250.000 millones de dólares a lo largo de 72 horas. Durante la jornada del martes se emitieron títulos a 2 años por un total de 28.000 millones de dólares. La demanda servirá de termómetro para medir el apetito de los inversores por la deuda estadounidense en un momento en que la rentabilidad aumenta y las cuentas del Gobierno dejan boquiabierto a aquellos que piden disciplina fiscal.
Recordemos que el plan de reforma tributaria costará 1,5 billones de dólares durante la próxima década mientras que el acuerdo de presupuesto para el año fiscal en curso así como para 2019 incrementa el gasto en 300.000 millones de dólares. Está previsto que el próximo año el déficit estadounidense supere el billón de dólares y alcance el 5,2% del PIB. Una trayectoria que continuará en ascenso si no se implementan recortes o no se cumple con las proyecciones de un crecimiento sostenido por encima del 3% durante los próximos años.