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IAG, ocho años después de la fusión de British e Iberia, volverá a tener caja

  • Tiene 7.200 millones en alquileres que podrían pasar a ser deuda
  • Su beneficio debe crecer un 18% respecto a 2015 para no defraudar
Foto: Archivo

IAG conseguirá en un par de años deshacerse de una deuda que viene arrastrando desde su nacimiento, en 2011. En 2019, el grupo aéreo volverá a tener caja -de 42 millones de euros- tras años reduciendo progresivamente su apalancamiento, según las previsiones del consenso de mercado que recoge FactSet.

El dato es simbólico porque supone un regreso del conglomerado al equilibrio. IAG nació de la fusión de una compañía con caja -la tesorería de Iberia rondó los 1.400 millones en 2010-, con otra que tenía una abultada deuda -British Airways, con unos 3.000 millones- y el aspecto contable fue un factor de peso a la hora de decidir la operación. Desde 2012, cuando la relación entre la deuda y el resultado bruto de explotación (ebitda) de la compañía era de 1,8 veces, la ratio ha ido reduciéndose.

"IAG está mermando el capex [inversión en activos productivos] a buen ritmo, desde los 2.000 a los 1.300 millones", explica Sonia Ruiz de Garibay, analista de GVC Gaesco Beka. Felipe López-Gálvez, de Self Bank, apunta a otros factores que habrían contribuido a su desapalancamiento: "La aportación de Aer Lingus y el crecimiento orgánico de Vueling; la rebaja de las tarifas aeroportuarias por parte de Aena y la estabilización de la libra tras el varapalo propinado por el Brexit". Dado que esa es la divisa de referencia del conglomerado, su depreciación encarece todos sus costes, desde el combustible hasta las tasas aeroportuarias y los pedidos de nuevos aviones.

López-Gálvez también hace alusión al pacto con los sindicatos para resolver los problemas relacionados con los planes de pensiones de los empleados de British Airways, alcanzado el pasado octubre, "que le permitirá realizar una mejor gestión de la tesorería". El déficit del plan de pensiones de BA es, precisamente, el culpable de la abultada deuda de esta aerolínea.

En octubre, British Airways valoró el agujero de su fondo de pensiones en 3.100 millones de euros y se comprometió a aportar 336 millones extra al año con el objetivo de haber tapado el agujero en 2027.

Teniendo en cuenta su paulatino desendeudamiento, ¿en qué proyectos podría embarcarse IAG? "Los dividendos serán bienvenidos, pero si una operación corporativa tiene encaje, se aprovechará el momentum", opina Ruiz de Garibay. "El grupo siempre ha buscado complementar su red en todo el mundo", añade. La compañía no ha querido realizar comentarios.

Desde Self Bank no prevén operaciones corporativas y ven más probable un aumento de la remuneración, vía dividendo o recomprando acciones. IAG -que es uno de los integrantes del Eco10, el índice de ideas de inversión de calidad de elEconomista, y ostenta una de las once recomendaciones de compra del Ibex- empezó a pagar dividendos en 2015. El pasado mes de octubre anunció que elevaría en un 10% su primer pago con cargo a 2016, el que abonó en diciembre, hasta los 0,11 euros, y se espera que la segunda entrega sea por un importe similar. Ello se traduce en una rentabilidad del 3,7%. Con cargo a los resultados de 2017, el consenso que recoge Bloomberg espera una nueva alza del dividendo, hasta 0,24 euros, que rentarían un 4%, y otra en 2018, que llevaría el rendimiento al 4,3%.

Un relevante cambio contable

No obstante, y "aunque la tendencia es a sanearse", la analista de GVC Gaesco Beka pone en cuestión que IAG alcance una situación de caja neta debido a un cambio en la normativa contable europea, la NIIF 16, que ya está aprobada y que entraría en vigor en 2019. Su principal consecuencia es que los arrendamientos, tanto inmobiliarios como de otros activos (en el caso de IAG, los de aviones, fundamentalmente, pero también los de terrenos, entre otros) pasarán a ser considerados como deuda (hasta ahora, muchos alquileres recibían el tratamiento de arrendamientos operativos, no financieros, y por tanto no computaban como pasivo).

Según Gregorio Labatut, de Aeca (Asociación Española de Contabilidad y Administración de Empresas), este cambio normativo "afectará sensiblemente a la ratio de endeudamiento y al cálculo del ebitda de las compañías".

A cierre de 2015, IAG tenía, según sus cuentas anuales, compromisos de arrendamientos operativos por 7.187 millones de euros con un vencimiento a más de cinco años (de ellos, 4.168 millones correspondían a aeronaves y otros 3.019 millones a otros activos).

Una vez que la norma reciba la autorización europea, se aplicará a las cuentas de las empresas cotizadas a partir del 1 de enero de 2019. IAG ya hacía referencia a este cambio contable en su informe de resultados de 2015, donde señala que estaba "evaluando su impacto".

Las previsiones vuelven a crecer

IAG presenta mañana sus cuentas de 2016. El consenso de mercado que recoge FactSet espera que el beneficio del grupo roce los 1.770 millones de euros (ver gráfico), cifra un 18% superior a la del ejercicio anterior. Las estimaciones de ganancias no han hecho sino crecer desde que empezó 2017: las de 2016 se han elevado un 0,6%, las de 2017 lo han hecho un 3,3% (hasta los 1.740 millones) y las de 2018 un 3,6% (hasta 1.820 millones de euros).

Una mejora que llega después de que, en 2016, la compañía se viese obligada a realizar un profit warning a raíz del británico al Brexit. El grupo, que genera el 36% de su negocio en Reino Unido, revisó a la baja su previsión de beneficio el 24 de junio, sólo un día después de la consulta. Unos meses más tarde, en noviembre, IAG anunciaba un recorte de 1.000 millones de euros en la inversión que preveía realizar para el periodo 2016-2020, tras aplazar la incorporación de nuevos aviones a la flota.

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