
En las últimas 48 horas se han sucedido las alusiones de distintos miembros de los bancos centrales de todo el mundo sobre una posible acción coordinada para paliar los efectos que tendría un Brexit en el mercado. Todos se dicen "listos" para actuar en caso de que sea necesario el próximo 24 de junio, el día después del referéndum en Reino Unido, y lo harán en torno al núcleo central de esta posible intervención que coordinarán el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de Inglaterra (BoE). El mercado se cubre con bonos británicos mientras vende periféricos.
"Se debe dar a entender que estamos totalmente preparados para hacer aquello que sea necesario para mantener una adecuada liquidez en el mercado", reconocía este martes un alto responsable del BCE. Tal y como filtraba Reuters, tanto Bruselas como el Banco de Inglaterra habrían acordado rescatar al mercado de divisas dando contrapartida. Para salvar a la libra será necesario, tan sólo, una llamada que, según estas mismas fuentes, se producirá el día 24 entre ambas instituciones cuando se conozca el resultado de la votación.
"El mayor riesgo"
En su reunión de ayer, el Banco de Inglaterra insistió en que la incertidumbre generada por el referéndum representa el "mayor riesgo inmediato" para los mercados financieros y reiteró que los efectos de abandonar el bloque comunitario serían nocivos para Reino Unido, tanto por su impacto sobre el crecimiento como por la evolución de la libra. Tras mantener los intereses en el 0,5%, se refirió a los "arriesgados efectos secundarios" de la votación y asumió que la divisa británica sufriría notablemente si el no triunfa.
Desde el pasado 25 de mayo la victoria de los partidarios de abandonar se impone en las encuestas, elaboradas por Bloomberg, casi de manera ininterrumpida. Y también desde entonces, la libra cae casi un 4 % en su cruce frente al euro. "Tratarán de impedir que la libra se desplome y quien va a hacerlo es el mayor creador de euros del mundo, el BCE", apunta Miguel Ángel Bernal, profesor del IEB, convencido de que los bancos centrales están preparando una acción conjunta.
Fuentes del mercado apuntan a otras medidas en caso de que un Brexit se lleve a término tales como "una rebaja de tipos de interés por parte del BoE, la compra de deuda pública y privada, o aumentar la frecuencia de subastas a los bancos para que puedan acceder a crédito a menor coste".
Respaldo internacional
El hecho de que esta misma semana la Reserva Federal incluyese a la posibilidad de Brexit entre los motivos para retrasar la subida de tipos en Estados Unidos es suficiente como para pensar, dicen expertos de un importante banco de inversión americano, que la opción de ver a Reino Unido fuera de la Unión Europea "está en la agenda".
En el mapa internacional quien sí ha mencionado explícitamente esta acción coordinada ha sido el gobernador del Banco de Japón. Haruhiko Kuroda reconoció ayer que su organismo "no vacilará en impulsar estímulos si fuera necesario".
Y continúa: "Estamos monitorizando el impacto de la votación en Reino Unido y mantenemos un contacto muy cercano con el resto de banqueros centrales y, por supuesto, con el Banco de Inglaterra". Este mismo mensaje fue suscrito por los bancos centrales de Canadá, Suiza y Dinamarca: "Listos para actuar en caso de que sea necesario estabilizar sus divisas".
Refugio ante la incertidumbre
Kuroda aseguró abiertamente estar dispuesto "a entrar en acción si una salida de Reino Unido pudiera desatar cualquier tipo de turbulencia financiera, bien por medio de inyecciones de liquidez, bien a través de una intervención directa". Y es que el BoJ, tal y como afirmó, está muy preocupado por mantener la estabilidad de su economía ahora que parece haber controlado la "deflación" y con el yen en la posición más alcista de los últimos 4 años frente al euro.
La divisa nipona se ha convertido en refugio ante la inestabilidad del mercado, del mismo modo que lo han hecho otros clásicos como el oro - en máximos 2014-, el franco suizo o el bund alemán, que cotiza, incluso, en rentabilidades negativas. Es más, cinco de las siete mayores economías del mundo tienen su deuda a diez años en negativo, con la sola excepción de Italia y de Estados Unidos, debido a la búsqueda de activos seguros ante el aumento de los partidarios al Brexit y de la volatilidad. El Eurovix, índice que mide este parámetro en la zona euro, se ha disparado un 94% desde mínimos y cotiza ya en niveles no vistos desde el crash chino de agosto del año pasado.
Lejos de ver un panorama tranquilizador, el Fondo Monetario Internacional (FMI) aseguró que esta situación podría prolongarse en el tiempo en caso de un resultado desfavorable a la Unión Europea. Gerry Rice, portavoz del organismo, alertó este jueves de "un periodo prolongado de alta incertidumbre, volatilidad en los mercados y menores tasas de crecimiento" a nivel mundial. Con el foco puesto sobre el referéndum, ese mismo día (el próximo 23 de junio) el gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, tiene prevista una reunión con el presidente del BCE, Mario Draghi, y el resto de banqueros centrales europeos. No será hasta la madrugada del 24 cuando se empiece a conocer el resultado de la votación.
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