
Fiel a la filosofía con la que nacieron, en Panza Capital (la gestora que fundaron en 2022 algunos ex Bestinver y que concentra ya 230 millones de euros en activos bajo gestión) siguen con el foco puesto en buscar compañías con tesis de inversión sencillas, con poca deuda y precios baratos. Esto se traduce, en la práctica, en que en su cartera habitan compañías "buenas, baratas, pero que hoy no son bonitas porque están en momentos de ciclo muy difíciles", en palabras de Beltrán de la Lastra, presidente y director de inversiones de esta gestora.
Durante la presentación de su última carta trimestral, correspondiente al segundo trimestre del año, de la Lastra ha explicado que un ejemplo de esto es BMW. Tiene a su favor un balance muy potente, así como que ya ha hecho la mayor parte de las inversiones necesarias para la transición al coche eléctrico. "Esto les permite, en momentos difíciles del ciclo como actual, dar un retorno del 10% al inversor al año, dos tercios como dividendo y un tercio como recompra de acciones. Ese 10% que recibimos en 2025 se puede convertir en un año normalizado en un 14%, y eso sin hacer hipótesis agresivas", señala.
Otro ejemplo en el área de la automoción se encuentra en Forvia. "Con el cambio de equipo gestor y la entrada de Martin Fischer como CIO, a comienzos de año, hemos construido una posición significativa, del entorno del 3%. Es una compañía que viene de cotizar por encima de los 60 euros, y nosotros hemos construido la posición a 8 euros cuando el precio al que debe tener está sobre los 30 euros. Si miras la compañía en PER normalizado está muy barata, en 2 veces", explica el director de inversiones de Panza Capital.
También confían en Johnson Matthey, que pertenece al sector químico y, como la anterior, también tuvo un cambio en su equipo gestor. Esta cotizada anunció el 22 de mayo la venta de un segmento que representa el 20% del Ebitda, por un valor equivalente al 60% de su capitalización bursátil. "Y eso es representativo del valor enorme que hay en algunos sectores del mercado", dice Beltrán de la Lastra. "La acción comenzaba el año en 13 libras y está por encima de 18, no hemos vendido ninguna acción. Cuando se complete la venta de ese 20% del Ebitda, se va a quedar una compañía con poco crecimiento, pero con un rendimiento por dividendo del 14%. Si algo nos paga un 14% estamos dispuestos a asumir que no crezca", indica.
Además de Johnson Matthey, también han incrementado posiciones en otras cotizadas del sector químico, como Arkema, Huntsman, Brenntag; y han incorporado a Clariant, un fabricante de aditivos químicos para usos diversos (cosmética, pinturas, plásticos). Su valoración es atractiva debido a la debilidad del ciclo químico. Devuelve más del 50% en dividendos y recompras, el resto lo destina a comprar compañías de mayor margen no reflejado en su valoración.
Dentro del sector automoción han subido el peso, además de en Forvia, en Continental y han introducido a Visteon, un fabricante de pantallas y sistemas electrónicos para coches. Es líder en clientes occidentales y gana cuota con asiáticos. "Devuelve 30% del beneficio y el otro 70% lo invierte históricamente con mucha sensatez", explican.
"Estas compras se han financiado vendiendo compañías que han resistido mejor el ciclo, o bien se han beneficiado de la incertidumbre, como Next, Dassault Aviation Babcock, Thales o Buzzi", detallan en la carta trimestral dirigida a inversores.
En el sector de la banca ya habían reducido parte de su posición en trimestres anteriores, hasta quedarse con un 4%-5% actualmente. Siguen invertidos en Unicredit, y en Commerzbank. "Es un sector que está en un momento muy dulce del ciclo por un motivo muy básico: el sector había adaptado su modelo de negocio para ganar dinero en un entorno de tipos cero y eso significa ganar dinero subiendo las comisiones. Y ahora tienen el dinero que ganan por esta vía, y un margen de intermediación financiero en máximos históricos con los tipos ya normalizados. Es una situación idónea, pero hay que ver si los beneficios son sostenibles en todos los entornos, porque en algún momento el margen de intermediación bajará y la mora subirá", explica de la Lastra.
En bolsa española invierten en CIE, "que es atractivísima, dentro del sector de la automoción", valora de la Lastra, y también en Vidrala. En este entorno, "CIE ha generado ventas máximas, beneficios máximos, márgenes máximos, y la acción sigue penalizada por el sector en el que está. Vidrala es mucho más estable porque somos más predecibles en los botellines de cerveza que bebemos que en los coches que compramos. Vidrala hace muy bien las cosas, pero no es tan barata como CIE", explica.
El 'efecto autopista' en la próxima temporada de resultados
Aunque si algo define a Panza Capital es su visión de largo plazo, en el corto reconocen que el aumento de incertidumbre está reduciendo la visibilidad: "Para mí, el resumen sería que las previsiones de ventas de las compañías, sobre todo en segmentos industriales de ciclo corto, han pasado de ser anuales a semanales", reconoce De la Lastra. "En pocos días las compañías empiezan a reportar los resultados del segundo trimestre, y habrá algunas con sorpresas negativas, es decir, que van a tener shocks de cómo han vivido los frenazos. Lo describimos como el efecto autopista. Por ejemplo, en el caso del sector automoción, las compañías harán menos ventas y las ordenes que ponen para sus suministradores serán menores, y así secuencialmente. Cuanto más atrás se encuentre una compañía en la cadena, más se notarán los patinazos. Lo que no es predecible es la reacción del mercado a estos shocks, porque esas compañías que están más atrás en la cadena de suministro son las que más están descontando en el precio las malas noticias que han vivido y están por reportar. Los aranceles no salen gratis y se van a notar", expone.