Bolsa, mercados y cotizaciones

Las cifras del miedo: la tensión entre Israel e Irán amenaza con hundir las bolsas un 20%

  • RBC alerta de presiones inflacionarias por la volatilidad del petróleo...
  • ... y de un sentimiento inversor debilitado tras la guerra comercial
Explosión provocada por misiles iraníes en Tel Aviv (Israel). EFE

Israel ha vuelto a atacar la capital iraní, Teherán, mientras el gobierno de los ayatolás estaría buscando -según fuentes estadounidenses- poner fin a las hostilidades en Oriente Medio. Una región clave que ya ha hecho subir el precio del crudo a máximos desde enero, por encima de los 78 dólares.

A pesar de la gravedad del conflicto, los mercados parecen no inmutarse, al menos por ahora. El S&P 500 ha recuperado recientemente los 6.000 puntos, quedando apenas a un 2% de los máximos históricos de febrero. Pero este frágil equilibrio podría romperse de golpe.

Así lo advierte RBC Capital Markets, que señala que si el conflicto escala, el mercado podría caer como un castillo de naipes. Según Lori Calvasina, jefa de estrategia para EEUU, "cuando aumenta la incertidumbre en política de seguridad nacional, el PER del S&P 500 tiende a contraerse, igual que ocurre con la política económica".

Este es un factor particularmente importante y más ahora que acaba de 'sacudirse' el mercado la resaca de la crisis arancelaria del Día de la Liberación. Por eso, los problemas en Oriente Medio llegan en un momento en el que los inversores "deberían ser más vulnerables a las malas noticias".

Pero RBC Capital Markets mira mas allá y coloca el foco en la siguiente cuestión: el sentimiento sobre lo que puede venir y lo que esperan inversores, consumidores y empresas. Fluctuaciones de parecer del mercado "claves en el reciente repunte bursátil", en referencia a la recuperación de las bolsas tras la debacle arancelaria de abril.

El beneficiado: el petróleo

Un camino de crisis que tendrá réplicas, dice RBC, en el petróleo y que llevan al Brent a colocarse a poco de borrar las pérdidas en el año. Algunos ya dicen que lo hará sin problema.

Complementariamente, Goldman Sachs ha subido la apuesta sobre los niveles actuales y dice que el barril estará en los 90 dólares - Deutsche Bank lo pone en los 120 dólares- si se recrudece la crisis entre Tel Aviv y Teherán. La firma norteamericana incorpora desde ya una mayor prima de riesgo geopolítico en su senda de precios para el verano, aunque su escenario central sigue asumiendo que "no habrá interrupciones del suministro de petróleo en Oriente Medio" y que persistirá un fuerte crecimiento de la oferta, exceptuando el esquisto estadounidense.

También se contempla como escenario alternativo que la infraestructura exportadora de Irán se podría ver dañada en los ataques con misiles y que se pierdan unos 1,75 millones de barriles diarios durante seis meses. A partir de ahí, habrá una recuperación gradual del stock. ¿Llevaría esto a una presión inflacionista más amplia? Probablemente no. Desde Schroders sugieren que cada subida del 10% de los precios del petróleo añade sólo un 0,1% a la inflación subyacente.

"Todo apunta a un valor razonable para el S&P 500 a finales de 2025 en el rango de 4.800 a 5.200", comentan desde RBC Capital Markets. Niveles que implican una posible caída del mercado de hasta el 20% en los seis meses que restan del año, acorde al modelo de estimación del banco de inversión.

Queda un año "complicado"

"Aún no estamos fuera de peligro", advertía hace unos días el equipo de estrategia de JP Morgan en una nota a sus clientes, poco antes de suceder el choque de trenes en Oriente Medio. Los responsables de estrategia cuantitativa del banco de inversión estadounidense entienden que la crisis de los aranceles no está ni mucho menos acabada y que la "narrativa macroeconómica global debería contar con que EEUU se quede en 2025 al borde de la recesión".

Si se ha acabado el excepcionalismo de Estados Unidos o no en el mercado es todavía una incógnita, aunque ya se sabe que los inversores, lejos de estar más pendientes que nunca de Washington, muestran una fatiga 'arancelaria' cada vez más palpable.

Un acuerdo comercial con China podría mitigar el impacto de los gravámenes en la economía. Mientras tanto, un tribunal de apelaciones estadounidense debe tomar aún una decisión final sobre el fallo del Tribunal de Comercio Internacional que determinó que Donald Trump se excedió en su autoridad a imponer trabas arancelarias alegando una emergencia nacional. Sea como fuere, lo seguro es que el arancel medio aplicado a la importación de productos por parte de EEUU va a ser más alto que el de los últimos años.

Mientras todos intentan digerir la fatiga geopolítica y comercial, se apunta a un semestre cargado de riesgos. La Fed, por ahora, no moverá ficha. Pero un shock adicional, como una guerra comercial que frene el consumo, podría obligarla a actuar con mayor agresividad.

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