
Los inversores volvieron a llevar al dólar estadounidense a nuevos mínimos en el mercado de divisas. El cruce entre el euro y el dólar alcanzó los 1,16 dólares, lo que supone ver el cambio entre ambas en mínimos para el billete verde desde noviembre de 2021. Los precios al productor en EEUU fueron inferiores a lo previsto por los expertos, lo que desconcierta al mercado en plena guerra arancelaria y abre la puerta al esperado recorte de tipos de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos. Mientras tanto, el dólar no solo pierde contra el euro, ya que todas las grandes divisas del mercado sacan terreno a la divisa estadounidense en una clara dinámica bajista.
El índice de precios del productor (IPP) de mayo en Estados Unidos se situó en el 0,1%, la mitad de lo previsto por el consenso de mercado que recoge Bloomberg. Y el anterior fue incluso negativo. El indicador que tendría que estar recogiendo un incremento de los precios de los productores domésticos de bienes y servicios por la tensión arancelaria y la reestructuración de las cadenas de suministros está haciendo todo lo contrario. Eso afecta a la moneda nacional y a las decisiones de los inversores que prefieren comprar deuda (tanto dentro como fuera de EEUU).
El euro, por contra, encuentra en este contexto un nuevo motivo para arrebatar al dólar su condición de divisa predominante en las reservas de los bancos centrales. Aunque aún no se ha producido un sorpasso del euro frente al dólar, lo cierto es que la divisa común ya saca un 11,8% al billete verde desde que comenzó el año y supera el actual récord del 2025 que estaba en los 1,157 dólares. A cierre del mercado europeo de este jueves se situó en los 1,158 aunque llegó a superar los 1,16 dólares, un cambio que no se ve desde noviembre de 2021.
Este nuevo desplome del dólar es otra señal más del mercado apuntando a una intervención por parte de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos. El responsable de la política monetaria del país realizó el último recorte de tipos de interés en noviembre de 2024. Desde entonces, mantiene la referencia del precio del dinero sin cambios en el 4,5%.
Uno de los pretextos de Jerome Powell, presidente de la Fed, para mantener los tipos de interés sin cambios era el riesgo de ver un repunte inflacionista o una estanflación por la política impuesta desde la Casa Blanca. El propio Donald Trump empujó en varias ocasiones a Jerome Powell a retomar los recortes en lo que él negocia bilateralmente con cada país por los aranceles. "Las renovadas amenazas arancelarias de Trump están generando preocupaciones en la economía estadounidense, lo que se traduce en mayores probabilidades de que la Fed flexibilice sus políticas", comenta la experta de Monex, compañía especializada en cambios de divisa en EEUU, Helen Given.
El pasado miércoles el IPC de EEUU avanzó una décima, lo esperado por el mercado. Y con el nuevo dato del IPP de mayo, las señales a favor de un repunte de los previos en Estados Unidos pierden efecto y abren aún más la puerta a que la Fed reanude sus ajustes. No obstante, hay quienes consideran que los cambios en los índices de precios son tan poco significativos que, aunque sean a la baja, permitirán a la Reserva Federal pausar sus movimientos unos meses más. "Mientras la inflación no aumente o, mejor aún, disminuya de verdad, la Fed puede ser paciente y esperar a ver cómo avanzan las negociaciones comerciales", explica el responsable en Northlight AM, Chris Zaccarelli.
Por lo pronto, el mercado sí que habría adelantado el cambio de criterio de la Fed en una reunión. Los contratos financieros OIS (overnight indexed swaps) estarían apuntando a que el primer recorte de 25 puntos básicos del 2025 podría llegar en septiembre. Al cierre de la semana pasada (antes de los dos datos de inflación en EEUU de esta semana) se esperaba este ajuste en la cita de octubre.
No obstante, los flujos del capital del mercado estadounidense hacia otros como el europeo es una constante que también empuja al dólar a la baja si se compara con otras grandes divisas más allá del euro. Y es que el franco suizo, la libra esterlina o el yen nipón también empujan al dólar a la baja.
Si el euro marca máximos de cuatro años, el conjunto de las divisas del grupo de países dentro del G10 está en máximos de finales del 2023, aunque puntualmente se fue a niveles no vistos desde 2022, según el índice de Bloomberg que cruza al dólar estadounidense con una cesta de divisas ponderadas del G10. Así, según este indicador el billete verde cae un 8,5% en el año frente a las grandes referencias del mercado de divisas. "La inevitable realidad es que el dólar enfrenta un déficit de demanda por las políticas de la administración Trump. A donde irá a parar es una incógnita pero la dirección es clara: menor demanda de la moneda estadounidense y de sus activos", explica el analista especializado en el mercado de divisas, Simon White.