
Algo más de un 8% sube el S&P 500 desde el mínimo que tocó el pasado 5 de agosto, tras la sangría bursátil desatada a primeros de mes. El europeo Stoxx 600, más de un 6%. Las últimas semanas están siendo positivas, después de ese susto con el que arrancó agosto, motivado por los temores a una recesión inminente en EEUU. La cuestión clave de las bajadas de tipos ya está aclarada: el primer recorte del precio del dinero en Estados Unidos, tan largamente esperado, se da ya por hecho para septiembre. En Jackson Hole, la gran cita de banqueros centrales que acaba de celebrarse, el presidente de la Fed, Jerome Powell, reconocía que "el tiempo para ajustar nuestra política ha llegado". Estas declaraciones han dado gasolina a las bolsas y explican, en gran parte, que los dos principales índices mundiales, el MSCI World y su hermano MSCI ACWI (All Country World Index) hayan alcanzado máximos históricos (los tocaron el viernes, y sus anteriores altos databan de mediados de julio). Pero esa no es la única razón.
El optimismo desatado tras los resultados empresariales en Wall Street también tiene mucho que ver en estos máximos. En el segundo trimestre, las empresas del S&P 500 batieron las expectativas del mercado: las principales cotizadas de EEUU publicaron beneficios superiores, de media, a lo que preveían los analistas. De hecho, todos los sectores, salvo uno -el del consumo discrecional- cerraron el semestre con mejores ganancias de las esperadas antes de comenzar la temporada. Ahora, todas las miradas se dirigen ahora hacia Nvidia: el gigante tecnológico, que sigue un calendario fiscal algo distinto, aún presenta este miércoles sus cifras. El mercado espera que la compañía haya cerrado el mejor segundo trimestre de toda su historia.
Pablo Fernández de Mosteyrín, equity research analyst en Renta 4, destaca que esos positivos resultados empresariales suponen uno de los principales vientos de cola para la renta variable, "ya que continúan apoyando el mantra del nuevo paradigma de la Inteligencia Artificial, especialmente en las Magnificent 7 (Alphabet, Amazon, Apple, Meta Platforms, Microsoft, Nvidia, and Tesla), aunque probablemente podríamos excluir a Tesla", señala. Wall Street sube la mitad en 2024 sin las grandes tecnológicas.
En cualquier caso, para Fernández de Mosteyrín el primer aspecto clave para entender los máximos bursátiles son "las expectativas de bajadas de tipos a nivel global, y especialmente en EEUU, en un escenario de normalización de la inflación y estabilidad en los mercados laborales", lo que, explica, "podría considerarse un soft landing de la economía americana, con la esperanza de unas elecciones en noviembre sin sobresaltos y un rebote de la economía el próximo año". "El MSCI World continúa muy apoyado por el buen desempeño de la bolsa americana, mientras que el mal comportamiento en China se ve compensado por otros mercados emergentes", añade.
Por su parte, el analista de mercados Joaquín Robles señala: "Las bolsas han estado impulsadas por la expectativa sobre los recortes de tipos y la resiliencia económica. A pesar del reciente enfriamiento económico, la solidez del mercado laboral y la confianza de los consumidores ha permitido a los bancos centrales estabilizar la inflación cerca de su objetivo del 2% sin provocar una fuerte contracción". Este entorno, apunta Robles, ha permitido a gran parte de las empresas cotizadas registrar un crecimiento en sus beneficios, lo que ha elevado sus valoraciones. "También cabe destacar la irrupción de la Inteligencia Artificial, ya que se ha convertido en uno de los principales motores que ha llevado a las bolsas a máximos", añade.
En lo que llevamos de año, la revalorización del MSCI World alcanza el 15,2% (con los últimos datos que ofrece Bloomberg, correspondientes al viernes 23 de agosto). Este índice refleja el comportamiento de más de 1.400 cotizadas de 23 mercados desarrollados. Más amplio es el espectro del MSCI All Country World (Acwi), que cuenta con más de 2.700 integrantes de 23 mercados desarrollados y de 24 países emergentes. En el año, el Acwi sube un 14,3% (de nuevo, con datos del pasado viernes). Los principales índices de EEUU suben a ritmo de doble dígito en 2024, con el S&P rondando el 18%, el Nasdaq 100 el 17%. También el Nikkei japonés sube a dos dígitos, cerca de un 14%, mientras que el CSI 300 continúa en pérdidas en el año, al dejarse un 3%, aproximadamente.
En el Viejo Continente, el Ibex 35 logró coronarse, la semana pasada, como la bolsa más alcista en 2024. El indicador español de referencia se anota ya un 11,5% en lo que llevamos de año, tras destronar al Dax alemán, que repunta un 11,1%. Desde el mínimo que tocó el 5 de agosto -tras la debacle bursátil-, el Ibex sube ya un 8,5% (este lunes cedió un tímido 0,1%). Esta recuperación del Ibex 35 se ha producido al calor de los máximos históricos en bolsa que alcanzaron la semana pasada dos de sus gigantes: Iberdrola e Inditex. La textil, de hecho, se ha convertido en la primera empresa española en llegar a los 150.000 millones de euros de capitalización bursátil.
Optimismo 'cauto'
De aquí en adelante, los analistas son optimistas, aunque con cautela. En palabras Fernández de Mosteyrín, de Renta 4, "de cara al futuro, nos mantenemos cautos en renta variable ante un escenario que consideramos incierto, con una economía europea débil y una elevada incertidumbre geopolítica. Aunque en España creemos que hay valores muy atractivos por valoración, pensamos que hay que ser muy selectivos por valores y mercados".
Por su parte, Joaquín Robles explica que "de cara a los próximos meses, creemos que el inicio de un ciclo de recortes de tipos será positivo para los mercados financieros. Aunque parte de este beneficio ya ha sido descontado, aún queda espacio para que los mercados suban si la Fed y el resto de bancos centrales manejan bien el aterrizaje económico". Aún así, este experto advierte de que, si bien los recortes de tipos sirven de impulso, "la transición a una política más flexible puede venir acompañada de volatilidad, especialmente ante cambios en las condiciones económicas y geopolíticas". A esto se suma que en los meses venideros los mercados se enfrentarán al resultado de las elecciones en Estados Unidos, la evolución de los conflictos geopolíticos, el enfriamiento de la economía europea y la débil recuperación en China, señala.
"El año 2024 ha vuelto a demostrarnos que todo puede pasar. Solo en las últimas semanas, vivimos el mayor colapso informático del mundo, un intento de asesinato de Donald Trump y un cambio del candidato presidencial del Partido Demócrata", agrega Charlotte Daughtrey, equity investment specialist en Federated Hermes, quien añade que las próximas semanas serán clave para el Partido Demócrata, que ha sufrido desde el debate presidencial de junio. "Los inversores deben tener en cuenta que, aunque la política puede causar volatilidad, ésta suele ser a corto plazo y lo importante, es que la economía triunfa sobre la política. Desde la administración Hoover, el S&P 500 ha registrado una rentabilidad media anualizada del 6,2% en todos los años electorales", advierte. Daughtrey aprovecha para apuntar a las pequeñas y medianas cotizadas: "El Russell 2500 no dispone de datos que se remonten a los años 30, pero desde su creación en 2003, ha superado al S&P 500 en todos los años electorales", señala.