
El fundador y consejero delegado de Tesla, Elon Musk, ha decidido reducir la estructura de gestión de la compañía para "mejorar la comunicación" y mejorar su desempeño en las funciones que son vitales para el éxito de la compañía, especialmente en la producción del Model 3 y el diseño de productos futuros.
El correo electrónico enviado a sus trabajadores este lunes sigue la línea de lo que anunció hace unos días, en la conferencia posterior a la presentación de resultados trimestrales, donde incidió además en la necesidad de prescindir de compañías externas, algo que considera que "se ha salido de control".
Musk ha afirmado que la compañía seguirá contratando empleados, aplacando los miedos de que la reorganización acabara con parte de los puestos de trabajo actuales dado que la compañía sigue sin cumplir las expectativas del mercado ni sus propias previsiones. El riesgo de quedarse sin liquidez sigue presente, mientras Musk divide su atención con otros de sus proyectos empresariales, como los lanzamientos de SpaceX o las excavaciones de The Boring Company.
En este sentido, los expertos auguran que una vez que la automovilística fabrique 5.000 vehículos Model 3 a la semana, un objetivo que la compañía tiene desde hace tiempo pero que aún no ha logrado, empezará a generar efectivo para poder mejorar el proceso productivo e implicarse en la fabricación de otros vehículos como el Semi o el Roadster.
La decisión, que ha dado a conocer este lunes a sus empleados, se produce en medio de unos meses en las que Tesla parece estar en el ojo del huracán. Así, en las últimas semanas se han conocido varios accidentes de vehículos de la marca; se ha sabido que uno de sus ejecutivos principales, Matthew Schwall, dejaba Tesla para trabajar en la división de coches sin conductor de Alphabet; que el ingeniero jefe de Tesla se tomaba unas semanas de descanso en un momento crítico para la producción; que Musk admitió que ha confiado demasiado en el proceso de robotización de la producción de sus vehículos y que el propio CEO hundió a la compañía en bolsa por sus ataques a los periodistas en la conferencia posterior a la presentación de resultados del primer trimestre.
Mientras tanto, la compañía ha perdido buena parte del valor bursátil que atesoraba hace unos meses. En lo que va de año, Tesla se deja casi un 4% en bolsa, y cotiza muy lejos de sus máximos históricos, situados hace menos de un año en los 389,61 dólares. Desde principios de abril, sin embargo, cotiza en el entorno de los 300 dólares tras haber marcado mínimos anuales en los 244,59 dólares.