
La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha autorizado la OPA que la italiana Atlantia ha lanzado sobre Abertis para conformar uno de los primeros grupos de infraestructuras del mundo, según informó el supervisor. El plazo de aceptación para que los accionistas de Abertis se pronuncien sobre la oferta comenzará previsiblemente este martes y terminará a finales de octubre.
El órgano que preside Sebastián Albella da luz verde a la operación al "entender ajustados sus términos a las normas vigentes y considerar suficiente el contenido del folleto explicativo presentado tras las últimas informaciones incorporadas el pasado 5 de octubre".
La CNMV aprueba la OPA sobre Abertis casi cuatro meses después de que la compañía italiana la presentara formalmente el pasado 15 de junio, dos meses después de que a mediados de abril reconociera su interés por la compañía española de autopistas y satélites. El regulador bursátil indicó que Atlantia ha presentado avales de las entidades financieras de Unicredit, Intesa y BNP, que suman 14.700 millones de euros (la oferta es de 16.500 millones).
La aprobación de la operación coincide así con el cambio de la sede social de Barcelona que Abertis prevé aprobar este mismo lunes en consejo extraordinario ante la incertidumbre generada en Cataluña por el reto independentista.
Este es el plazo para ACS
El visto bueno del supervisor y el periodo de aceptación también marca el plazo con el que ACS cuenta a partir de ahora para lanzar su eventual OPA competidora. El grupo que preside Florentino Pérez tiene tiempo hasta cinco días antes de que concluya el plazo de aceptación que fije el supervisor.
De igual forma, Atlantia contará con la posibilidad de mejorar su actual oferta, en la que propone un precio de 16,50 euros por cada acción de Abertis, además de un pago en acciones equivalente al 23,22% del capital del grupo español. La contraprestación de la firma italiana quedó ya hace tiempo superada por la cotización de Abertis, que ha marcado máximos históricos en bolsa, sobrepasado la cota de los 17 euros por acción e incluso los 17,3 euros por título.
La autorización de la CNMV se produce justo cuando transciende que el Gobierno avisó a finales de septiembre al supervisor de que Atlantia no ha solicitado la preceptiva autorización del Ejecutivo a la operación.
Desde que el grupo italiano controlado por la familia Benetton anunció su intención de fusionarse con Abertis, el Gobierno ha sugerido en distintas ocasiones la capacidad legal con que cuenta para oponerse a la operación, alegando al "interés general", dado el carácter estratégico de las autopistas y satélites que explota Abertis que, en última instancia, son titularidad del Estado.
Guiños al Gobierno
Ante estas reticencias, en el folleto explicativo de la OPA que presentó en junio ante la CNMV, Altantia incluye varios 'guiños' al Gobierno. Así, la compañía controlada por la familia Benetton manifiesta expresamente su "voluntad de atender a los intereses estratégicos" que España tiene en los activos de la compañía. También se compromete a mantener la sede española de Abertis, a que esta empresa siga cotizando y a respetar su estructura de gestión y gobierno corporativo.
Con su OPA, Atlantia pretende conformar un líder mundial de infraestructuras, con presencia en 19 países, y que sumaría 14.100 kilómetros de autopistas, además de aeropuertos (los tres de Roma y varios del Sur de Francia) y la firma española de satélites Hispasat.
La compañía resultante sería el primer operador de autopistas de Italia, España y Francia, generaría un beneficio bruto de explotación (Ebitda) anual de 6.600 millones de euros y tendría una capacidad de inversión de 2.400 millones de euros anuales.
De su lado, una eventual contraoferta de ACS garantizaría la españolidad de los activos de Abertis, primer gestor de autopistas de España, pero que también tiene autopistas en Francia, Brasil, Chile, Argentina, India, y la propia Italia.
El grupo constructor ratificó hace apenas una semana su interés por Abertis, al notificar al supervisor que seguía analizando y buscando financiación para la operación, en la que no descartaba involucrar a su filial constructora alemana Hochtfief.