Empresas y finanzas

"Con un beneficio de 1.600 millones, en 2018 el dividendo crecerá un 12%"

La compañía ha comenzado 2017 mejor en bolsa que el resto del sector, gracias a la mejora en las perspectivas del gas natural y de las divisas latinoamericanas. Carlos Álvarez Fernández, director general económico-financiero de Gas Natural, cree que el plan esbozado por la empresa es realista y cumplirlo permitiría que la retribución de la firma supere el 6% en 2018

Tras presentar sus cuentas del año 2016 el pasado miércoles -en el que se anotó 1.347 millones de euros, en línea con las estimaciones del mercado-, Gas Natural enfoca 2017 con un lastre menor por la mejora en las perspectivas de las divisas latinoamericanas y en las expectativas del precio del gas natural. Carlos Álvarez Fernández, director general económico-financiero, califica el plan estratégico de la compañía como "realista" y espera cumplir con los objetivos marcados para 2018 -que contemplan un beneficio de 1.600 millones-, lo que permitiría a la empresa aumentar su retribución -está comprometido 1 euro o el 70 por ciento del beneficio- un 12 por ciento, con una rentabilidad superior al 6 por ciento.

En el año 2016 el negocio de gas supuso aproximadamente 2.600 millones del beneficio bruto de la empresa y el eléctrico, 2.300 millones. ¿Puede cambiar el equilibrio?

Yo siempre digo que somos una compañía de 50-50. No es exactamente ese número, pero nuestro negocio base es aproximadamente 50-50, España e internacional también y regulado y no regulado lo mismo. Es una de las claves que nos ha permitido navegar mejor en el mundo de la energía y es lo que vamos a seguir haciendo. Va a crecer el gas porque en el ámbito regulado el negocio puede hacerlo de forma orgánica en los países no gasificados y, además, en el gas natural licuado también mejoraremos. Pero en paralelo también va a crecer la electricidad. Tenemos una apuesta, sobre todo internacional, con Global Power Generation y eso va a hacer que a la larga vayamos a seguir manteniendo esas proporciones en todos los sentidos.

¿Han notado un acercamiento del inversor internacional después de que las perspectivas de la economía hayan mejorado?

En nuestro sector sí que ha existido. En general, en los últimos 2 o 3 años, hemos sido atractivos en cuanto los tipos bajos hacen que las utilities con un componente regulado ganen atractivo al comparar su rentabilidad por dividendo con la del bono. Ese movimiento ha existido, pero en los últimos meses algunos fondos empiezan a mirar con una lupa distinta porque hay miedo a la subida de tipos. Este año estamos librando bastante bien, vamos mejor que el resto del sector y creo que eso tiene que ver con que los dos males que eran el gas y los tipos de cambio han desaparecido o casi lo han hecho [ver información de la derecha].

Una de las grandes operaciones del pasado ejercicio fue la entrada de GIP en Gas Natural con un 20 por ciento del capital comprado a Repsol y CaixaBank, ¿con eso se ha eliminado el 'flow back', la presión vendedora de los accionistas de referencia?

La entrada de GIP nos da la estabilidad de que no exista la presión bajista de unos accionistas que querían desinvertir, sobre todo de Repsol por las presiones que había sufrido. El interés de los fondos por nosotros es muy alto y tanto los tradicionales como los de infraestructuras llaman a nuestra puerta. Lo que pasa es que nosotros tenemos un limitado free float, el capital cautivo es muy alto, por lo que a muchos fondos no les gustan los valores que no tienen un capital liberado que les permita entrar y salir con facilidad. En muchos casos, penaliza a la acción y, en ciertas ocasiones, los fondos lo manifiestan como una preocupación.

En el año 2016 han logrado ganancias de 1.300 millones, para este año se prevé una horquilla de entre 1.300 millones y 1.400 millones y el próximo 1.600 millones. ¿Cómo esperan dar este salto?

Nosotros en el plan estratégico avisábamos de que íbamos a tener en 2016 y 2017 unos años duros porque veníamos de unas ganancias después de impuestos de 1.500 millones y una pregunta lógica es cómo se va a superar ese valle. Además del tema operacional con la mejora de gas y de la electricidad de la que ya hemos hablado, están el plan de eficiencias y la mejora del coste de la deuda. En el primer caso, en 2016 y 2017 para conseguir eficiencias tienes que gastarte algo de dinero, por lo que el efecto en la cuenta de resultados no es tan relevante, pero en 2018 el efecto ya va a ser neto al no tener gastos de captura de ahorro de costes. La segunda es el tema financiero por la continua mejora de la situación de nuestra deuda [ver información de la derecha]. Creemos que es un plan estratégico realista.

Sobre la retribución al accionista, existe la posibilidad de pagar en 'scrip'...

El pago en scrip no le gusta al accionista institucional. Lo hemos puesto como alternativa, pero el de 2016 se ha pagado y se va a pagar todo en efectivo. Hasta ahora el consejo siempre ha elegido retribuir en cash, aunque hasta 2018 va a existir la posibilidad de que haya scrip, pero el inversor institucional está tranquilo. Nosotros nos hemos comprometido a como mínimo pagar un euro por acción o un payout [porcentaje del beneficio destinado a retribuir] del 70 por ciento. Si llegamos a los 1.600 millones de beneficio en 2018 entraría en juego esto último y supondría pagar 1,12 euros por acción, un 12 por ciento más que ahora mismo. En 2016 y en 2017, en principio, iremos al suelo del euro por acción. Si tú compraste una acción el 31 de diciembre de 2015 y la has vendido el 31 de diciembre de 2016 tu rentabilidad por dividendo ha sido del 7,1 por ciento porque hemos acumulado tres pagos de dividendos.

En las últimas semanas se han multiplicado las noticias sobre la posible venta del negocio en Italia, ¿en qué punto está el proceso?

Nosotros en 2016 hemos llevado a cabo desinversiones por 756 millones y hemos realizado inversiones por algo más de 300 millones, más o menos nos ha generado 400 millones. La optimización de nuestro porfolio es uno de los vectores de nuestro plan estratégico y vamos a continuar haciéndolo. Nuestra obligación es poner en valor todo lo que tenemos. Sobre Italia no es que se vaya a vender, igual sí se hace, pero lo que hacemos es una revisión estratégica y hemos contratado asesores para que nos ayuden a interpretar nuestra presencia en el país. Hay tres opciones: que nos quedemos como estamos -que no es muy viable-, que nos vayamos o que nos consolidemos, pero aún no hay ninguna decisión tomada.

A finales del pasado año, el Gobierno colombiano intervino la filial de la compañía en el país, ¿cómo les ha llegado a perjudicar la inseguridad jurídica?

De momento, no ha pasado nada más allá de esta inseguridad jurídica. Aquí hay una inversión que tiene una serie de problemas que es verdad que regulatoriamente tendrían que haberse solucionado para facilitar el problema real de la compañía, que es la falta de cobro y las pérdidas que se tienen allí. El Gobierno lo que ha querido hacer antes de tomar las medidas necesarias es realizar un análisis y frenar la sangría. Nosotros lo que hemos querido ser es transparentes. Hemos mantenido nuestra voluntad total de quedarnos allí siempre que se den las circunstancias, porque lo que no vamos a hacer es perder dinero. Cuando llegue el momento nos defenderemos si las cosas no van por buen camino en los tribunales (...), en 2017 no veo que tengamos que hacer una provisión. Si llegamos a un acuerdo y las cosas van bien seguro que no hay que hacerla. Si van mal y, por decirlo de alguna manera, nos echan, el proceso irá por vía judicial y creemos que tenemos todas las de ganar.

En España en las últimas semanas ha habido mucha polémica por la subida en los precios de la electricidad y se ha convertido en un tema social, ¿qué beneficios les reporta?

Hay que hacer algunas precisiones. En el negocio de electricidad en España, las firmas integradas tienen dos patas, la de comercialización y la de producción. Puedes estar solo en una, pero eso tiene unos riesgos altísimos. La integración te protege, pero un matiz de la comercialización es que de este negocio solo en una pequeña parte-al menos en nuestro porfolio- se altera el precio de venta del pool [precio medio del sistema]. Esta proporción es la más pequeña y es la única que refleja las variaciones en los precios. Hay otra parte que se fija a través del precio liberalizado que normalmente se establece una vez al año. Lo que sucede es que con este componente, el hecho de que suba el pool hace que puedas forrarte en generación, pero que pierdas la camisa en la parte de comercialización. Si produces electricidad con un gas muy caro, evidentemente no vas a ganar tanto dinero. En nuestro caso, el componente básico de la producción son centrales térmicas, por lo que no aprovechamos que con la energía hidráulica y la nuclear se gana más.

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