Empresas y finanzas

Gonvarri busca un crédito para entrar en Abengoa de 250 millones de euros

  • Dos semanas para acordar la financiación al grupo y lanzar la ampliación
  • La familia Riberas aportará 100 millones y quiere el préstamo sin recurso
Francisco Riberas, consejero delegado de Corporación Gestamp. Foto: Elisa Senra.

Gonvarri Steel Industries avanza en su plan para entrar en Abengoa. La compañía de la familia Riberas está negociando con la banca un préstamo de 250 millones de euros con la intención de financiar su desembarco en la ingeniería andaluza, según indicaron fuentes consultadas por elEconomista.

La propuesta de la familia Riberas, propietarios también de Gestamp, pasa por aportar de sus fondos propios 100 millones para la operación y conseguir el resto mediante un crédito con Banco Santander, Banco Popular, Caixabank y Banco Sabadell.

De esta forma, con un desembolso inmediato de sólo 100 millones, Gonvarri se convertiría en el primer accionista de Abengoa, con el 28% del capital, y tomaría una posición de control -tendrá cuatro asientos en el consejo de administración, más que ningún otro inversor- en el grupo, cuyo valor en bolsa se situó ayer en 875 millones.

Las posiciones entre los empresarios vascos y la banca, por el momento, están distanciadas, aunque, según señalan fuentes financieras, están condenadas a acercarse. La exposición de los bancos a Abengoa así lo obliga, toda vez que dejar caer la empresa que controla la familia Benjumea tendría severas consecuencias para sus balances.

Para articular el préstamo, Gonvarri ha planteado la creación de un vehículo a través del que las garantías del mismo sean las acciones de Abengoa, quedando a salvo de cualquier ejecución por parte de los bancos acreedores el resto de sus bienes. Es en este punto donde surge el conflicto, puesto que las entidades estiman que en este envite son las que más riesgos asumen. Por ello, proponen algún tipo de prenda adicional.

Esta negociación se produce en paralelo a la que Gonvarri mantiene con estas entidades financieras y otras españolas, como Bankinter y Bankia, así como con varios bancos extranjeros y con el Instituto de Crédito Oficial (ICO) para la concesión de una línea de crédito de entre 1.000 millones y 1.500 millones de euros. Este "importante apoyo financiero" era una de las cláusulas a las que quedó supeditada la entrada de los Riberas en Abengoa.

Bancos extranjeros e ICO

El planteamiento inicial es que el reparto sea equitativo entre las tres partes, con lo que cada una de ellas dispondría de un máximo de 500 millones. En este punto, de acuerdo con las mismas fuentes, la banca extranjera está planteando los mayores obstáculos. El ICO, por su parte, tampoco ha accedido por el momento a asumir dicho importe.

Todo esto se desarrolla bajo la presión que ejerce el reloj. El Santander, HSBC y Crédit Agricole, los bancos que coordinan la ampliación de capital de Abengoa, que alcanzará los 650 millones en dos fases, tienen señalado en el calendario la última semana de noviembre como fecha límite para lanzar la operación -las fuentes consultadas hablan del 25 de noviembre- y poder así culminarla antes de que acabe el año.

La cuestión de los plazos no es baladí, puesto que en el horizonte próximo están las facturas millonarios con proveedores pendientes de Abengoa, que tienen bloqueada prácticamente la mitad de la tesorería del grupo (unos 1.400 millones de euros).

La banca ha tenido sus más y sus menos con los directivos de la compañía andaluza. En septiembre, Banco Santander, Caixabank, Popular, Sabadell y Bankia facilitaron una línea de crédito de hasta 125 millones, que contempla una suma adicional de 40 millones más por parte de la entidad que dirige José Ignacio Goirigolzarri una vez culmine la ampliación.

Entonces, la cúpula de Abengoa, con el ya expresidente Felipe Benjumea a la cabeza, garantizó que las necesidades de financiación no eran urgentes. Sin embargo, al día siguiente de conceder la línea, la empresa dispuso de los 125 millones. Ante las dudas generadas, los bancos contrataron a KPMG para que analizara las necesidades reales de financiación de la compañía andaluza. El resultado de la auditora arrojó una horquilla de entre 150 millones y 350 millones de euros en función de los parámetros utilizados. Cifras que ahora Gonvarri, que ayer se limitó a señalar a este diario que las negociaciones siguen su curso, eleva hasta un máximo de 1.500 millones.

La entrada de Gonvarri en el capital de Abengoa se presenta como la última bala para sacar adelante este mismo año una ampliación de capital a vida o muerte para la compañía. Los empresarios vascos y todas las entidades financieras implicadas tienen, por tanto, dos semanas para entenderse.

La operación, siempre que el acuerdo comunicado el pasado domingo siga vigente, se desarrollará en dos fases. En una primera, ampliación sin derecho de suscripción preferente por un importe de 250 millones, Gonvarri suscribirá el total de las nuevas acciones.

A continuación, la firma andaluza lanzará un aumento de capital adicional por 400 millones. En este caso, sí habrá derecho de suscripción preferente. En virtud de esta condición, Gonvarri inyectará 100 millones más. El grupo de fondos Waddell & Reed Investment aportará 65 millones (el 10% del aumento conjunto), mientras que la familia Benjumea, que controla el 57,6% de las acciones, se comprometió a destinar 120 millones.

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