Empresas y finanzas

Los bancos expulsan a los Benjumea y las Koplowitz de Abengoa y FCC y salvan a Villar Mir

  • La entrada de Gestamp en Abengoa reduce el riesgo para la banca
Felipe Benjumea (Abengoa), Juan Miguel Villar Mir (OHL) y Esther Koplowitz (FCC).

Abengoa, FCC y OHL, tres de los mayores grupos empresariales de España, integrados dentro del Ibex 35, con decenas de miles de empleados en todo el mundo y cuyos orígenes se sustentan sobre tres de las familias españolas más ricas, han visto cómo sus abultadas deudas les dejaban a la suerte de los bancos acreedores.

En el caso de las dos primeras, las consecuencias de las ampliaciones de capital forzosas han sido estruendosas: los Benjumea y los Koplowitz han perdido el control de Abengoa y FCC, respectivamente. Por el contrario, las entidades financieras supeditaron la ampliación de OHL a que su fundador y accionista de referencia, Juan Miguel Villar Mir, conservara la mayoría del capital.

Entrada de Gonvarri

Abengoa comunicó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el domingo por la tarde, que Corporación Gestamp, a través de su filial Gonvarri Steel, se convertirá en el primer accionista de la compañía, con el 28% del capital, una vez se culmine la ampliación de 650 millones de euros aprobada el 10 de octubre.

La compañía vasca, propiedad de la familia Riberas, inyectará en dos fases 350 millones para arrebatar a la familia Benjumea, una de las mayores fortunas y con más raigambre de Andalucía, el control de Abengoa. No en vano, Gestamp tendrá cuatro de los 13 asientos del consejo de administración de la firma especializada en energía solar. Exactamente los mismos que pierden los Benjumea, que sólo conservarán una silla.

Ya en septiembre, la banca acreedora, liderada por el Santander, HSBC y Crédit Agricole, se cobró la cabeza de Felipe Benjumea, el presidente ejecutivo durante los últimos 24 años del grupo que había fundado su padre, junto con otros ingenieros en 1941. José Domínguez Abascal, secretario general técnico de Abengoa, fue elegido como presidente no ejecutivo, acompañado por Santiago Seage como consejero delegado, mientras que Benjumea pasó a ocupar la presidencia de honor.

Un valor de 1.250 millones

El acuerdo comprometía a los Benjumea a aportar al menos 120 millones de euros en la ampliación de capital, cuya fecha todavía no se ha fijado, mientras que 65 millones de euros adicionales correrán a cargo del fondo Waddell & Reed Invest- ment Management. Santander, HSBC y Crédit Agricole firmaron el aseguramiento del resto de la operación. Tras el acuerdo con Gestamp, la banca tendría que aportar 115 millones en el caso de que no haya suficiente demanda. Una vez culminada la ampliación, la familia sevillana ostentará en torno al 20% del capital, frente al 57,4% que tiene en la actualidad.

El pacto con Gestamp, que está sujeto a un apoyo financiero "importante" a Abengoa por las entidades financieras, supone valorar la compañía en 1.250 millones de euros, frente a los 944 millones de capitalización con que cerró ayer, en una sesión en la que el mercado premió la operación con un alza del 10,87% -hasta 1,09 euros por acción-.

Con la ampliación, Abengoa quiere profundizar en el abaratamiento de los costes financieros y el recorte del endeudamiento. El ratio de deuda neta consolidada sobre ebitda (resultado bruto de explotación) se situó en junio en 4,5 veces. De los 650 millones, la compañía pretende destinar 300 millones a disminuir el apalancamiento.

El caso FCC

El caso de los Benjumea se suma al que hace un año protagonizó Esther Koplowitz en FCC. La constructora atravesaba un momento delicadísimo por los elevados costes de financiación que enfrentaba y se vio obligada a lanzar una ampliación de capital de nada menos que 1.000 millones de euros, lo que equivalió al 57% de su valor de mercado entonces. Asfixiada por los pagos atrasados con sus acreedores personales, su accionista de referencia, que a través de la sociedad patrimonial B 1998 controlaba el 50,1% de FCC, no podía hacer frente a la operación, por lo que era necesaria la entrada de uno o varios socios.

En aquel escenario, el mexicano Carlos Slim, uno de los hombres más ricos del mundo, apareció en escena. El multimillonario asumió la mitad de la ampliación -500 millones de euros-, de forma que se hizo con el 25,6% del capital. Con este porcentaje desbancó a Esther Koplowitz como primer accionista del grupo de construcción y servicios, cuyo origen se remonta a los años 40, cuando Ernesto Koplowitz, padre de Esther Koplowitz, creó Cycsa.

Tras aquella operación, Koplowitz, que previamente había vendido a George Soros el 3,8% de la compañía a través de derivados, limitó su presencia en el capital de FCC al 22,49%. Mantuvo, eso sí, cuatro miembros en el consejo de administración, los mismos que Slim, y su hija Esther Alcocer Koplowitz conservó la presidencia no ejecutiva de la multinacional española, dirigida desde el pasado mes de agosto por el también mexicano Carlos Jarque.

FCC negocia una nueva ampliación

En este momento, FCC negocia con la banca una nueva ampliación de capital por la que previsiblemente Koplowitz volverá a diluir su participación sensiblemente, por debajo del 20%. La horquilla que se baraja en el mercado oscila entre los 450 millones y los 800 millones, en el objetivo de conseguir recursos para amortizar deuda.

Hace unos días, OHL culminó una ampliación de capital de casi 1.000 millones de euros, equivalentes al 58% de lo que valía la constructora el día que se anunció. Como con Abengoa y FCC, la operación respondía a las exigencias de la banca para reducir su deuda -ha destinado 632,1 millones-.

Ahora bien, en su caso, los bancos la supeditaron a que el Grupo Villar Mir conservara el control de la compañía. En el marco de la ampliación, el fondo luxemburgués Tyrus ha tomado el 8,3%, mientras que Juan Miguel Villar Mir, presidente y fundador de la empresa, ha situado su participación en el límite de control, el 50,01%, frente al 59,58% previo a la ampliación.

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