
El economista jefe del Banco Central Europeo (BCE), Peter Praet, ha anunciado que el Consejo de Gobierno de la institución abordará la próxima semana la discusión de cuándo finalizar el programa de compra de deuda, conocido como el Quantitative Easing (QE). El banquero indica que la inflación está encaminándose hacia el objetivo del 2%. La crisis en Italia no ha aparcado la idea del BCE de comenzar la retirada de estímulos económicos.
La cotización del euro frente al dólar ha recibido las palabras de Praet con un significativo repunte, alcanzando los 1,1770 dólares, su mejor cruce frente al dólar desde el pasado 23 de mayo.
"Las señales que muestran la convergencia de la inflación hacia nuestra meta han ido mejorando", ha destacado Praet durante su intervención en un evento celebrado en Berlín, donde ha añadido que la fortaleza subyacente de la economía de la zona euro y que esta esté cada vez trasladándose más a los salarios "respaldan la confianza del BCE en que la inflación alcanzarán un nivel inferior, pero cercano al 2% en el medio plazo".
En este sentido, el economista jefe del BCE ha señalado las crecientes evidencias de que la buena situación del mercado laboral se está traduciendo en alzas salariales, con un incremento medio del 1,9% de los salarios negociados en la eurozona en el primer trimestre de 2018, frente al 1,6% del cuarto trimestre de 2017.
Praet recordó los tres criterios que han marcado la aproximación del BCE a la evolución de la inflación (convergencia, confianza y resiliencia), señalando que "la disminución de las expectativas del mercado sobre una expansión considerable del programa de compras ha venido acompañada de unas expectativas de inflación consistentes con el objetivo".
De este modo, el economista jefe del BCE ha apuntando que el Consejo de Gobierno del BCE, que se reunirá la semana que viene en Riga (Letonia) "tendrá que evaluar si el progreso hasta el momento ha sido suficiente para justificar una retirada gradual de las compras"."Las señales que muestran la convergencia de la inflación hacia nuestra meta han ido mejorando", ha destacado Praet durante su intervención en un evento celebrado en Berlín, donde ha añadido que la fortaleza subyacente de la economía de la zona euro y que esta esté cada vez trasladándose más a los salarios "respaldan la confianza del BCE en que la inflación alcanzarán un nivel inferior, pero cercano al 2% en el medio plazo".
Las observaciones de Praet son importantes para el mercado porque el economista jefe elabora las propuestas de políticas para el Consejo de Gobierno, que se reunirá el próximo 14 de junio. El QE tiene vigor hasta septiembre. Pero Draghi siempre ha asegurado que si es necesario se extendería. A finales del año pasado, el potencial de fuego del programa de compra de deuda se redujo a la mitad hasta los 30.000 millones mensuales. De terminarse en septiembre el BCE habrá adquirido 461.173 millones de euros en deuda pública y corporativa europea.
Los halcones del BCE presionan
El presidente del Bundesbank y miembro del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE), Jens Weidmann, ha afirmado que que los mercados llevan anticipando desde hace algún tiempo que las compras de activos del BCE terminen antes del final de 2018. "Tal como están las cosas considero plausibles etás expectativas", ha añadido.
No obstante, el presidente del Bundesbank ha asegurado que, de producirse, esta retirada de estímulos sería el primer paso de un largo camino hacia la normalización de la política monetaria del BCE, destacando que el banco contará así con mayor margen de reacción ante futuras recesiones.
Según informa Bloomberg, citando a fuentes internas del BCE, en el cónclave se debatirá sobre la reducción de la compra de bonos. El presidente Mario Draghi puede usar la conferencia de prensa posterior a la reunión que la decisión se tomará el próximo mes de julio.
Posible hoja de ruta
Hasta ahora el BCE ha evitado abordar esta cuestión en el Consejo pese a la presión de algunos miembros. Abrir el debate ya es un gran paso para el proceso de vuelta a la normalidad de la política monetaria.
La reunión de junio también es clave porque la institución publicará sus nuevas previsiones económicas, que son anunciadas trimestralmente. Si las predicciones respaldan el crecimiento económico y una evolución positiva de los precios, el mercado puede interpretar que el BCE puede estar preparado para iniciar la reducción de los estímulos económicos, que deben empezar con la retirada del QE.
La decisión de poner fin al programa de compra de deuda no significa que el BCE frenará en seco las compras. Los miembros del banco no cesan en recordar que el BCE seguirá adquiriendo deuda soberana por la reinversión de los activos que vencen en cartera, con lo que la retirada del QE será gradual.
A pesar de ello, la decisión es crucial. Los miembros más dovish temen que la retirada descarrile la recuperación económica. La economía de la zona euro ha entrado en una fase de desaceleración y con un repunte del intereses de la deuda por la crisis de Italia.
La tasa de inflación interanual de la zona euro se situó en mayo en el 1,9%, frente al 1,2% del mes anterior, lo que representa el mayor incremento de los precios desde abril de 2017 como consecuencia del fuerte repunte de la energía y los servicios.