Economía

La debilidad del dólar puede torpedear el giro monetario del BCE en la Eurozona

  • "El BCE es el banco central más preocupado por las tendencias en divisas"
  • Un euro muy fuerte podría lastrar el crecimiento de los precios
  • Una política monetaria más dura sería procíclica respecto a la fuerza del euro
Foto de Dreamstime

Una parte importante de los bancos centrales de los países desarrollados ya ha comenzado a cambiar el tono de su política monetaria. La Reserva Federal de EEUU anunció el principio de la normalización de su política monetaria a finales de 2013, con el famoso tapering, y a comienzos de diciembre de 2015 inició la subida de tipos. Ahora, el Banco Central Europeo está emprendiendo el camino hacia la normalización, una travesía que la que la debilidad del dólar (también fortaleza del euro) y la baja inflación serán los grandes obstáculos. Si el BCE 'endurece', el euro podría apreciarse mucho más contra el billete verde con efectos no deseados para la economía del área euro. l El BCE solo retirará los estímulos cuando esté satisfecho con la inflación

El índice dólar, que pondera el tipo de cambio del billete verde frente a una canasta de divisas, ha caído cerca de un 4% desde máximos desde 2018. Desde diciembre de 2016, este índice ha caído más de un 9%, una depreciación considerable. "El BCE es probablemente el banco central más preocupado por la tendencia del mercado de divisas", aseguran en su informe semanal los economistas de Bank of America Merrill Lynch (BofA). El euro se encuentra ahora por encima de los 1,24 dólares por unidad.

El BCE está vigilando de cerca el mercado de divisas, porque a la debilidad del dólar se le esta uniendo la fortaleza del euro, lo que puede alejar aún más la consecución del objetivo del 2% de inflación. Gilles Moec, economistas para Europa de BoFAM, y su equipo señalan que "la apreciación del euro en la primera parte de 2017 estuvo justificada por los buenos datos económicos, pero la apreciación que ha sufrido desde entonces se debe a que los agentes están sobrevalorando el endurecimiento de la política monetaria".

Varios factores están empujando del euro frente a buena parte de divisas, pero sobre todo contra el dólar. Por un lado el ya mencionado crecimiento de la Eurozona, que atrae sumas importantes de capital que buscan sacar partido de ese crecimiento y de las expectativas sobre la apreciación del euro. La robustez de las exportaciones europeas también ejercen presión al alza sobre la divisa única, ya que la compra de bienes y servicios europeos por parte de agentes extranjeros requiere la 'compra' de euros y la 'venta' de la divisa que use el importador.

Por otro parte, el BCE ha comenzado su particular tapering (reducción de estímulos) y la fecha final del QE (programa de estímulos) está establecida en septiembre de 2018. El balance del BCE dejará de crecer a la espera de que comiencen las subidas de tipos.

Esta combinación de factores, que están aupando al euro a máximos de más de tres años, complica la tarea de Mario Draghi y su equipo que buscan dar un leve giro a la política monetaria en la Eurozona sin hacer mucho ruido y sin crear turbulencias en los mercados.

Los analistas del banco suizo UBS creen que la clave a día de hoy es cómo va a "gestionar Draghi el complejo equilibrio de un entorno macroeconómico fuerte y una rápida apreciación del euro. Draghi lo hizo lo mejor que pudo en la reunión de la semana pasada, pero el euro se ha apreciado más".

Desde el banco suizo explican que "Draghi sabe que un euro fuerte podría amortiguar el impacto de la subida del precio del petróleo... esta cuestión será uno de los temas claves en la próxima reunión de política monetaria, en la que el BCE presentará nuevas proyecciones macroeconómicas".

¿Qué puede hacer el BCE y Draghi?

"Nosotros creemos que la única opción es una comunicación que deje muy claro que las subidas de tipos sólo llegarán después de que el QE haya finalizado", sostienen desde BoFAM. Aunque la baja inflación se contempla como un fallo desde el BCE, la cara positiva es que mientras que los precios continúen dormidos, Draghi y su equipo pueden prolongar el tono expansivo de la política monetaria.

Desde UBS esperan que el BCE difunda una retórica que busque apagar las expectativas de subidas de tipos que se han instalado en los agentes del mercado. "Draghi debe mostrarse muy firme en la comunicación, tiene que reiterar que los tipos de interés sólo subirán cuando bastante después de que el QE haya terminado".

El BCE puede hacer más por evitar que la apreciación del euro prosiga, pero las palabras para lograrlo pueden interpretarse como una violación del acuerdo entre los países desarrollados para no alterar el tipo de cambio de las divisas.

Draghi destacó en la reunión de la semana pasada que vigilarán las fluctuaciones del euro, pero "se negó a declarar de forma explicita si se moverán en un sentido u otro en caso de que el impacto o los efectos sean considerables", destacan desde BofA.

El Consejo de Gobierno del BCE deberá buscar la forma más adecuada de evitar que la fortaleza del euro aleje aún más el objetivo de inflación del 2%, pero sin que sus palabras ni acciones sean tomadas como una amenaza a la flotación limpia del euro.

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