
El resultado de las elecciones de Reino Unido deja muchas preguntas en el aire. ¿Hacia dónde irá el país? ¿Cómo afectará al Brexit? ¿Qué será de la primera ministra Theresa May? Estas son las claves de los retos que surgen ahora. EN DIRECTO | Siga las elecciones de Reino Unido al detalle
¿Quién podría formar Gobierno?
Al no conseguir ninguno de los partidos una mayoría de escaños en la Cámara de los Comunes, como ya ocurriera en 2010, la otra opción sería gobernar con una minoría, dependiendo de los partidos más pequeños para sacar adelante cada una de las leyes. ¿Pero a quién le salen las cuentas para formar efectivamente Ejecutivo? A pesar de que los resultados finales de estas elecciones con el 100% escrutado no se sabrán hasta este mediodía, por el momento las cosas están así.
Con un total de 649 asientos escrutados, los conservadores han logrado 318 escaños (12 menos que en las elecciones de 2015), los laboristas 261 (29 más que en 2015), el Partido Nacional Escocés 35 (21 menos que en 2015), el Partido Liberal 12 (cuatro más) y el Partido Unionista 10 (dos más que en 2015) y otro partidos, 13. Se necesitan 326 asientos para conseguir la mayoría absoluta. Ahora la incógnita reside en saber si May dejará el puesto o intentará formar gobierno.
En el caso de que decidiese formar gobierno, una alianza con el Partido Unionista Democrático de Irlanda del Norte le daría escaños suficientes para liderar. Las posibles alianzas de Corbyn no serían suficientes para superar en asientos a los tories.
¿Debe dimitir Theresa May?
El líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, ha pedido su dimisión, apuntando a la "pérdida de apoyos" en las elecciones parlamentarias. "La primera ministra convocó las elecciones porque quería un mandato. El mandato que ha logrado es que los conservadores han perdido escaños, votos, apoyo y confianza. Creo que eso es suficiente para que se vaya", ha dicho. Voces del Partido Conservador secundan la propuesta del líder de su rival político al entender que May es la máxima responsable de un retroceso notable en las urnas.
¿Renunciará a su cargo? En caso de dimitir, todas las miradas apuntaría ahora a Boris Johnson o Amber Rudd. El actual ministro de Exteriores y polémico exalcalde de Londres se ha convertido en el favorito de los conservadores para sustituir a una May que ha quedado en horas bajas y que podría dar un paso atrás tras su fracaso. Precisamente, a primera hora de esta mañana, el hombre que también estuvo en las quinielas para sustituir a David Cameron y que se erigió en gran defensor del Brexit, evitaba apoyar públicamente a la continuidad de May y señala que aún era demasiado "pronto" para posicionarse. Amber Rudd, ministra de Interior, también ha subido en las apuestas debido a la buena imagen que se ha ido labrando a lo largo de la campaña del Partido Conservador.
Recordemos que el 20 de mayo, May escribió en Twitter que si perdía más de seis asientos sería Corbyn quien se sentase para negociar el Brexit. Habrá que esperar para ver si cumple su palabra.
¿Cómo afectarían los resultados al Brexit?
El resultado de las elecciones en Reino Unido tendrá un impacto en el "espíritu" de las negociaciones del Brexit que el país debe gestionar con la Unión Europea, según dijo hoy el comisario de Economía y Finanzas de la Unión Europea, Pierre Moscovici. "Este resultado no dejará de tener impacto, sin duda, sobre el espíritu de las negociaciones, pero no pone en tela de juicio el inicio de la propia negociación", dijo a la radio Europe 1. "El calendario (del Brexit) no es opcional", dijo.
Los votantes británicos parece que han castigado a la primera ministra Theresa May negándole un mandato fuerte y debilitándola al frente de su partido. Las conversaciones sobre el Brexit deberían comenzar este mes. Guenther Oettinger, miembro alemán de la Comisión Europea, dijo que no está claro si las negociaciones podrían iniciarse el 19 de junio como estaba previsto.
Así pues el combate para Reino Unido empieza ahora, cuando la conexión entre Londres y Bruselas se convierta en la ruta más transitada por la maquinaria institucional británica para garantizar una ruptura digna en los apenas 16 meses que tiene para negociar.
Tras la activación formal de la cuenta atrás de dos años en marzo, las generales de Reino Unido constituyen el segundo gran hito de la travesía de salida, puesto que permite al nuevo Gobierno reivindicar que cuenta con la legitimidad de las urnas para la ardua misión. El problema es que ninguno de los aspirantes a formarlo ha querido resolver las incógnitas fundamentales, como a qué tipo de acceso al mercado común aspiran o qué factura están dispuestos a asumir tras su abandono.
Mientras la UE espera, la nueva administración cuenta con apenas diez días para hacer los deberes para enfrentarse a un bloque que se ha preparado oficiosamente desde que el referéndum del pasado año certificó la primera escisión en sus sesenta años. Más allá de la voluntad de May de abandonar el mercado común, la unión de aduanas y la jurisprudencia comunitaria, rompecabezas como la resolución del estatus de los ciudadanos, la respuesta a la nueva frontera con Irlanda y, sobre todo, la factura llegaron hasta los colegios electorales.