
El Partido Conservador de la primera ministra de Reino Unido, Theresa May, ha ganado las elecciones aunque ha perdido la mayoría absoluta, lo que puede complicar su estancia en Downing Street. Algunos diputados han pedido incluso su dimisión. Pese a que los sondeos a pie de urna daban una clara victoria a May, el líder laborista Jeremy Corbyn ha recortado distancias durante el recuento y ha demostrado una sorprendente fortaleza. La incógnita residía en saber qué haría May tras los resultados, si dimitir o intentar formar gobierno. Poco después se daba a conocer que le pedirá a la Reina Isabel II formar gobierno en minoría.EN DIRECTO | Siga aquí toda la información de la jornada.
Con un total de 649 asientos escrutados, los conservadores han logrado 318 escaños (12 menos que en las elecciones de 2015), los laboristas 261 (29 más que en 2015), el Partido Nacional Escocés 35 (21 menos que en 2015), el Partido Liberal 12 (cuatro más) y el Partido Unionista 10 (dos más que en 2015) y otro partidos, 13. Se necesitan 326 asientos para conseguir la mayoría absoluta.
El UKIP no ha conseguido representación en el Parlamento y su líder, Paul Nuttall, ha dimitido. El Partido Nacional Escocés (SNP) ha cedido bastante terreno, perdiendo más del doble del número de asientos esperados. Este resultado podría socavar el empuje para celebrar otro referéndum de independencia en Escocia.
De este modo, la apuesta de la primera ministra por el adelanto electoral ha resultado un fracaso porque su objetivo era ampliar la hegemonía de 17 asientos que ostentaba en Westminster y poder negociar así mejor el Brexit.
La propia May ha resaltado este viernes que el país "necesita un periodo de estabilidad", agregando que siempre ha actuado teniendo en cuenta los intereses de la nación. "El país necesita un periodo de estabilidad, y sean cuales sean los resultados, los conservadores garantizarán esa estabilidad para que podamos estar unidos como país", ha dicho.
May ha realizado estas declaraciones tras conseguir mantener su escaño por Maidenhead, reiterando que una de sus prioridades será trabajar para lograr una correcta aplicación del Brexit.
Tras los resultados la incógnita residía en saber si May dejaba el puesto o intentaba formar gobierno. El líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, ha pedido su dimisión, apuntando a su "pérdida de apoyos" en las elecciones parlamentarias. "La primera ministra convocó las elecciones porque quería un mandato. El mandato que ha logrado es que los conservadores han perdido escaños, votos, apoyo y confianza. Creo que eso es suficiente para que se vaya", ha dicho. Voces del Partido Conservador también han secundado la propuesta del líder de su rival político al entender que May es la máxima responsable de un retroceso notable en las urnas.
El 20 de mayo, May escribió en Twitter que si perdía más de seis asientos sería Corbyn quien se sentase para negociar el Brexit, cosa que parece que no va a cumplir
If I lose just six seats I will lose this election and Jeremy Corbyn will be sitting down to negotiate with Europe: https://t.co/OwbfDseOJh
? Theresa May (@theresa_may) 20 de mayo de 2017
Para formar gobierno, los conservadores cuentan con el apoyo del Partido Unionista Democrático de Irlanda del Norte. Las posibles alianzas de Corbyn no serían suficientes para superar en asientos a los tories. No obstante, el Partido Laborista ha informado de que intentará formar un Gobierno en minoría.
En caso de dimitir, cosa que ha sido descartada de momento, todas las miradas apuntan a Boris Johnson. El actual ministro de Exteriores y polémico exalcalde de Londres se convertía en el favorito de los conservadores para sustituir a una May. Precisamente, a primera hora de esta mañana, el hombre que también estuvo en las quinielas para sustituir a David Cameron y que se erigió en gran defensor del Brexit, evitaba apoyar públicamente a la continuidad de May y señala que aún era demasiado "pronto" para posicionarse, según recoge el diario The Sun.
Amber Rudd, ministra de Interior, también había subido en las apuestas debido a la buena imagen que se ha ido labrando a lo largo de la campaña del Partido Conservador.
Fracaso de los tories
May convocó elecciones anticipadas para aumentar los apoyos y la mayoría en el Parlamento, ayudada por la división en un laborismo que no acababa de aceptar el liderazgo de Corbyn, hasta su ascenso un veterano raso más preocupado por la coherencia ideológica que por la disciplina interna.
La notable ventaja que disfrutaba en las encuestas fue el detonante de que se animara a un adelanto electoral al que era reacia, pero los más de 20 puntos se fueron reduciendo a medida que avanzaba la campaña.
La participación era clave para la suerte de los dos grandes partidos, pero se trata una variable que en Reino Unido no se conoce con precisión hasta que el escrutinio ha quedado prácticamente completado bien avanzada la jornada posterior a la votación.