
El líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, ha pedido la dimisión de la Primera Ministra británica, Theresa May, después de haber perdido la mayoría absoluta en los últimos comicios celebrados ayer jueves en el Reino Unido. Voces del Partido Conservador secundan la propuesta del líder de su rival político al entender que May es la máxima responsable de un retroceso notable en las urnas, con una pérdida de 15 escaños. Los laboristas han crecido 30. También ha sufrido un duro batacazo el Ukip, el partido precursor del Brexit. En 2015 lograron el 12,6% de los votos. Ahora se han quedado con el 2%.
Pese a estas presiones, la primera reacción de May ha sido la de aferrarse al puesto. Su intención es la de formar un gobierno que garantice la "estabilidad" del país. Una postura que, aunque de partida, no se puede garantizar.
"La primera ministra convocó estas elecciones porque quería tener un mandato. Bien, pues resulta que el 'mandato' que ha recibido ha sido una pérdida de escaños, una pérdida de apoyo y una pérdida de confianza. Yo diría que es suficiente para marcharse y hacer sitio a un Gobierno verdaderamente representativo de lo que quiere la gente de este país", ha dicho Corbyn.
Anna Soubry, diputada del Partido Conservador, ha seguido un argumento similar en declaraciones a la BBC. "Es una pregunta para ella. Pero estos resultados son malos. Está en una muy difícil posición. Necesita considerar su posición. Es una noche terrible", admitió.