Economía

Balance de los cien días de Gobierno Trump: lanza la mayor rebaja fiscal de la historia para esconder sus fracasos

  • No hay en marcha ninguna de sus grandes promesas electorales
  • Ha firmado 30 medidas pero a golpe de decreto
El presidente de EEUU, Donald Trump, en el despacho oval de la Casa Blanca. // Getty

El pasado 20 de enero, Donald Trump tomaba posesión de su cargo como presidente de EEUU con la promesa de acabar con la "carnicería estadounidense aquí y ahora". La construcción de un muro en la frontera con México, el objetivo de calificar a China como un manipulador oficial de su divisa, un elusivo compromiso con la OTAN y la intención de cancelar y reemplazar el actual sistema de salud se perfilaron como algunas de las batallas más inmediatas para su Administración. l Trump accede a no retirar "por el momento" a Estados Unidos del NAFTA

Sin embargo, a punto de culminar el periodo de gracia de los primeros 100 días en la Casa Blanca, Trump se ha visto obligado a enfrentarse con la realidad del juego político de Washington, donde, pese a que los republicanos controlan ambas cámaras del Capitolio, las reyertas internas de su propio partido impidieron en marzo que pudiera embolsarse su primer tanto legislativo. La falta de apoyos para cancelar y reemplazar la reforma de salud de su predecesor, más conocida como Obamacare, provocó un traspiés que obligó a su Administración a retrasar el pilar clave de su agenda, la reforma fiscal.

Aún así, el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, y el principal consejero económico de Trump, Gary Cohn, optaron ayer por edulcorar la falta concreta de avances en la hoja de ruta del presidente con la presentación del marco que guiará la esperada reforma del sistema tributario estadounidense, una hazaña que ningún otro mandatario ha conseguido culminar desde 1986. Mnuchin estimó que el plan para la reducción de impuestos más grande de la historia del país rebajará la tasa tributaria de las empresas a un 15%, incluyendo a los pequeños negocios.

"Ésta será la reducción de impuestos más grande y la mayor reforma tributaria en la historia de nuestro país", dijo, al mismo tiempo que añadió que existe un acuerdo fundamental entre la Administración Trump y el Congreso sobre los objetivos de la reforma tributaria. De esta forma se intentó incidir en la sintonía que existe con el Congreso, en un momento en que el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, afirmó haber revisado la propuesta y apoyarla a grandes rasgos: "Nos gusta mucho, nos pone en la misma página, estamos de acuerdo en un 80% y, sobre el 20% restante, estamos en la misma cancha".

Más gráficos en Statista.com.

Estas palabras dejan entrever cierto margen para negociar con los legisladores, pero, al mismo tiempo, indican que la colosal propuesta no conseguirá aprobarse antes de agosto. De hecho, la mayor parte de los analistas consideran que habrá que esperar hasta finales de este año o incluso comienzos del que viene para sacar adelante la propuesta. Cohn hizo un llamamiento a los demócratas para que apoyen "una oportunidad única" en un momento en que la falta de avances en este y otros sentidos ha generado cierto desazón entre los inversores.

A golpe de decreto

El S&P 500 acumula una rentabilidad del 5,7% desde que Trump tomase las riendas del país, una subida que se ha moderado a medida que los escasos logros tangibles del presidente se traducen en la confirmación del juez Neil Gorsuch al Tribunal Supremo o la retirada oficial de su país del Tratado Transpacífico de Cooperación Económica (TPP). Consciente de las trabas registradas hasta la fecha, el propio mandatario echó mano la semana pasada de Twitter para criticar "el estándar ridículo de los primeros 100 días" y defender sus múltiples avances.

Logros en su mayoría alcanzados a golpe de decreto, un total de 30 hasta la fecha, el mayor número que cualquier otro mandatario estadounidense haya rubricado en los 100 primeros días en la Casa Blanca desde la II Guerra Mundial. Entre ellos se incluye la revisión de la regulación medioambiental beneficiando así a la industria del carbón o la del petróleo, la intención de desregular la industria financiera y el intento de reducir el exceso normativo y burocrático del Gobierno federal.

De todas formas, Trump está teniendo multitud de problemas no solo en el Capitolio, sino también por el pulso que libra su propia Administración para implementar sus promesas electorales en un momento en que sus niveles de aprobación rondan el 40%, dependiendo del sondeo.

La promesa del muro

Pese a insistir el martes en que el muro con México acabará por construirse, no ha conseguido que el Congreso incluya una primera partida para estos menesteres en la resolución que debe aprobarse mañana para evitar un cese temporal de las operaciones del Gobierno por falta de financiación. Sus sendas órdenes ejecutivas que prohibían la entrada de individuos de ciertos países, en su mayoría musulmanes, han sido bloqueadas judicialmente, al igual que su decisión de cesar la financiación a las ciudades que protegen a los indocumentados.

Al mismo tiempo, la investigación del FBI sobre presuntos vínculos entre los agentes de la campaña de Trump y Rusia ha generado cierta polémica sobre la eventual relación entre la Casa Blanca y el Kremlin. La Administración Trump perdió a su primer asesor de Seguridad Nacional, Michael Flynn, cuando mintió sobre sus relaciones con Rusia a menos de un mes después de haber tomado posesión de su cargo.

Pero si hay algo que define a la nueva Administración estadounidense es su imprevisibilidad. Trump ha virado su posición sobre multitud de temas en las últimas semanas, incluidas sus críticas a la OTAN y su amenaza de catalogar a China como un país que manipula su divisa. En la esfera internacional, el mandatario sorprendió a comienzos de este mes a los líderes de todo el mundo con su decisión de lanzar un ataque en Siria, al tiempo que endurece su presión sobre Irán y Corea del Norte. Las visitas de líderes como la primera ministra británica, Theresa May, su homólogo nipón, Shinzo Abe o el presidente chino Xi Jinping culminaron con un trato más agradable que el ofrecido a la canciller Angela Merkel.

En materia comercial, la Casa Blanca sigue considerando seriamente su salida oficial del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, según adelantaron ayer medios estadounidenses. El Gobierno revisa una posible orden ejecutiva donde se declararía la intención de EEUU de abandonar su acuerdo comercial con México y Canadá, lo que instigaría cambios inmediatos. Durante una entrevista con el Wall Street Journal, el secretario de Comercio, Wilbur Ross, adelantó que el Gobierno podría emprender acciones comerciales para proteger a las industrias locales de semiconductores, construcción naval y aluminio. Un mensaje emitido poco después de que EEUU impusiera una tarifa del 20% a la madera blanca importada de Canadá.

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