
El presidente del BCE, Mario Draghi, ha anunciado que la institución continuará realizando sus compras de deuda por importe de 60.000 millones de euros mensuales hasta finales de septiembre de 2016, como estaba previsto, o "más allá si fuera necesario". No obstante, ha dejado claro que aún no es el momento y la cuestión no se ha discutido durante la última reunión del Consejo de Gobierno, que ha mantenido los tipos de interés en el mínimo histórico del 0,05%. "El QE ofrece una flexibilidad suficiente para ajustarlo tanto en su duración como en su tamaño", ha apuntado Draghi. Tras sus palabras, el euro se desplomó en su cruce con el dólar.
En la más clara evidencia de la disposición del organismo a adaptar su programa a las necesidades de la economía, el presidente del BCE informó de que ha cambiado uno de los parámetros de funcionamiento de su programa, elevando el porcentaje máximo que la institución puede adquirir de cada emisión de bonos.
"Hemos decidido incrementar el límite del programa de compras de cada emisión desde el 25% al 33%", anunció Draghi después de que el BCE haya llevado a cabo la primera revisión semestral del programa de compra de activos. "El incremento de este límite emisor busca mantener una fluida implementación del programa (...) las cuestiones técnicas no frenarán su aplicación", explicó Draghi.
Sobre esta cuestión, el banquero italiano precisó que se estudiará "caso por caso" el incremento del límite emisor, destacando que el Consejo de Gobierno del BCE "ha subrayado su predisposición y capacidad para actuar" de cara a incrementar sus estímulos monetarios si fuera necesario "usando todos los instrumentos a disposición, en particular el programa PSPP".
Rebaja las previsiones de crecimiento e inflación
En cuanto a las proyecciones macroeconómicas, el BCE ha revisado sensiblemente a la baja sus previsiones de crecimiento e inflación para la Eurozona como consecuencia de las turbulencias que afectan a las economías emergentes y la evolución de los precios del petróleo.
En concreto, las nuevas previsiones del BCE contemplan un crecimiento del PIB de la Eurozona del 1,4% este año, una décima menos de lo esperado en junio, mientras que para 2016 prevé una expansión del 1,7%, dos décimas menos que el anterior pronóstico. A más largo plazo, el BCE espera que la economía de la zona euro crecerá en 2017 a un ritmo del 1,8%, dos décimas por debajo de la expansión prevista en junio.
Estas perores expectativas de crecimiento se deben, según Draghi, a la caída de la demanda externa y el crecimiento más débil estimado para los países emergentes. De este modo, el banquero italiano admitió que los riesgos de la previsión se inclinan "a la baja".
No se descartan "números negativos"
En cuanto a la evolución de los precios, Draghi no descarta que pueda haber "números negativos" sobre la inflación en los próximos meses. Con todo, el BCE espera que sean "transitorios", debido a las caídas del petróleo.
De cara al cierre de 2015, la institución espera que la inflación de la Eurozona acabe en el 0,1%, por debajo del 0,3% augurado en junio, mientras que para 2016 prevé que repunte un 1,1%, cuatro décimas menos que su anterior pronóstico. De cara a 2017, los nuevos pronósticos del BCE apuntan a un incremento de los precios del 1,7%, frente al 1,8% anticipado el pasado mes de junio.