
Estados Unidos vive su tercer día de cierre parcial del Gobierno, el primero en 17 años: todas las actividades no esenciales están paralizadas, se ha enviado un millón de funcionarios a sus casas... Y por si fuera poco se aproxima la fecha clave: el 17 de octubre. Demócratas y Republicanos deben llegar a un acuerdo antes de ese día para elevar el llamado techo de endeudamiento y evitar en última instancia la suspensión de pagos.
Nadie imagina ni espera que se llegue a ese límite, pero lo cierto es que cada día que pasa supone un gran coste para la economía de EEUU, todavía en una delicada situación.
En un intento de presionar a los políticos para cerrar un acuerdo cuanto antes, el Departamento del Tesoro de EEUU ha elaborado un informe en el que asegura que llegar a una situación tal "podría tener efectos catastróficos iguales o peores que los que produjo la crisis de 2008".
"Un incumplimiento de pagos no tendría precedentes y tiene el potencial de ser catastrófico: los mercados de crédito podrían congelarse, el valor del dólar podría desplomarse, las tasas de interés estadounidenses podrían dispararse", ha advertido.
"Una extrema idiotez"
Al margen de hasta qué límite se lleve la situación, son muchos los que han criticado en estos tres días la falta de sentido común de los gobernantes por permitir el cierre parcial del Gobierno.
Pero lo cierto es que las posturas de unos y otros siguen muy alejadas y el primer intento de diálogo para resolver el cierre de Gobierno ha concluido sin éxito. Los republicanos se mantienen firmes en su demanda de convocar una negociación bicameral y los demócratas responden que sólo lo harán cuando los republicanos permitan la reapertura de la Administración, y que no tolerarán ninguna amenaza a la reforma sanitaria, el quid de la cuestión.
Las críticas a la falta de sentido de los políticos se ha traducido en numerosas expresiones: desde la "extrema idiotez" del multimillonario inversor Warren Buffett, al "azote que merecen ambas partes" de Jack Welch, el polémico y mítico exconsejero delegado de General Electric, pasando por "EEUU se ha convertido en una Tierra de Oz dirigida por hombrecillos" de Citi.
Consecuencias a nivel global
"El cierre parcial de la Administración (federal) es suficientemente malo, pero el fracaso a la hora de elevar el techo de deuda sería mucho peor y podría dañar seriamente no solo la economía estadounidense, sino toda la economía global", ha afirmado hoy la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde. "Es una misión crítica que esto se resuelva lo antes posible", subraya la directora gerente del FMI.
Hoy mismo, el presidente estadounidense, Barack Obama, ha advertido de que si Estados Unidos no aumenta su techo de deuda e incurre en impagos, "todo el mundo tendrá problemas", al tiempo que ha defendido la buena acogida que está teniendo su reforma sanitaria en sus primeros días de aplicación. "Hay que terminar con esta farsa", ha añadido.
¿Y el siguiente paso?
Sin señales de cuándo acabará el cierre del Gobierno, de momento el Ejecutivo ha anunciado este jueves que sería imposible dar prioridad a pagos de deuda por sobre otras obligaciones si el Congreso no logra aumentar el techo de deuda de 16,7 billones de dólares y el Tesoro se queda sin efectivo.
Un alto funcionario del Tesoro ha indicado que favorecer el pago a acreedores por delante de otros compromisos es impracticable y que el Gobierno se opone completamente a esa posibilidad, que ha sido sugerida por algunos republicanos en el Congreso.
Con todo, solo queda recordar el precedente más cercano, el duro debate vivido a principios de año, que sucedió al que EEUU experimentó en 2011. La inminente batalla tiene visos de repetir la vivida en agosto de 2011, cuando ambos partidos alcanzaron un acuerdo para subir el techo de deuda "in extremis" y eludir así la suspensión de pagos del Gobierno federal.