Economía

Los recortes son el plan B del Gobierno: la prioridad es que Bruselas sea menos dura

Foto: Reuters

El Gobierno se lo está tomando con calma tras el golpe de efecto de la subida de impuestos. ¿Dónde están los recortes prometidos para cumplir con los objetivos de déficit de Bruselas? Rajoy dice que hará lo que haya que hacer, pero lo cierto es que el Gobierno no deja de marear la perdiz porque su plan principal, como ya ha confirmado Rajoy, pasa por que Bruselas relaje los criterios de austeridad. Por eso no se han tomado más decisiones.

El discurso oficial es que se cumplirá con los objetivos de la UE, pero lo que no se ha dicho es que se va a intentar por todos los medios que esos objetivos sean más asequibles. Es decir, que el recorte de 40.000 millones de euros pueda hacerse en dos años o más. De hecho, solo así puede entenderse que se rechace sistemáticamente la subida del IVA, como ha vuelto a repetir hoy Luis de Guindos, o que no haya un adelgazamiento inmediato del sector público.

Así pues, el Gobierno se lo juega a una carta y de paso hace tiempo con la vista puesta en Andalucía, que celebra sus elecciones autonómicas a finales de marzo. Para evitar que la situación económica y social se resienta y pase factura, la alternativa más viable es repartir los ajustes que se necesitan para alcanzar los objetivos de deficit en dos años.

Mientras, Rajoy y sus ministros esgrimen las medidas que van a presentar el viernes para entretener a los sabuesos que siguen sus pasos. No es que la Ley de Estabilidad Presupuestaria sea una cuestión baladí, pero lo cierto es que no soluciona nada por sí misma. Y lo mismo ocurre con los avances de la reforma laboral y de la reforma del sistema financiero, las claves de bóveda del pensamiento reinante en el nuevo Gobierno.

De hecho, Rajoy lo fía todo a que la banca conceda créditos a empresas y particulares y que se genere empleo de forma más alegre gracias a la flexibilización del mercado laboral. Pero esta es una idea discutible en un país que necesita desapalancarse y no endeudarse más. Ni rastro de un cambio de modelo económico en un Gobierno que parece apostar por que las cosas cambien para que sigan igual.

¿La hoja de ruta? El Ejecutivo, apoyado ahora por instituciones como el FMI, descarta emprender una negociación para suavizar el objetivo de déficit en la Cumbre de la UE del 30 de enero. Esperará a que la Comisión Europea presente sus previsiones económicas el 23 de febrero tras haber recibido ya el primer no de Bruselas. Además, la reunión que Mariano Rajoy mantendrá mañana con la canciller Angela Merkel será una buena piedra de toque.

A la espera de cualquier movimiento, el Gobierno aprovecha toda ocasión para decir que es imprescindible cumplir con lo que diga Bruselas, que hoy por hoy es un déficit del 4,4% a final de año.

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