Economía

El escándalo de corrupción de Ábalos, Cerdán y Koldo se produce en un momento de recorte de previsiones del PIB

  • Las entidades públicas y privadas rebajan el avance del crecimiento al entorno del 2,5%
  • BBVA research habla de una pérdida de dinamismo en la demanda interna 
  • El resto, lo achacan a la guerra arancelaria y la situación geopolítica
El gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá. / Foto: EFE.

El escándalo de corrupción que envuelve al PSOE, en el que están implicados los exsecretarios de Organización del partido, José Luis Ábalos y Santos Cerdán, llega en un momento en el que la economía del país está ralentizándose a causa de la guerra comercial y la situación geopolítica. Es cierto que todavía no se puede calcular el impacto que la corrupción que hay en el seno del partido del Gobierno de coalición tiene sobre la confianza en el país y en su economía, pero supone otro problema más para Pedro Sánchez.

En las últimas semanas, diferentes organismos internacionales, nacionales y centros de estudios económicos privados han realizado sus revisiones del avance de la economía española a la baja, algo que parecía impensable después de los buenos resultados que está arrojando desde el año 2023. Es cierto que el músculo macroeconómico del país sigue manteniéndose fuerte, pero no es ajena a la tensión geopolítica y comercial.

La Organización Para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) revisó a comienzos de este mes sus pronósticos de crecimiento para este año y el próximo. El think tank de las economías avanzadas situó el crecimiento de España en 2025 el 2,4%, esto supone dos décimas menos con respecto a las que avanzó en marzo. Para 2026, situaron el avance del PIB en el 1,9%, desde el 2,1% de finales del primer trimestre. Esta revisión trata de la primera rebaja del crecimiento desde noviembre de 2023, año en el que se esperaba que la economía española crecería un 1,4% para 2024, una estimación menor a la que daba el Gobierno.

Los expertos del organismo multilateral achacan esta bajada en el crecimiento a la desaceleración de las exportaciones debido al impacto de la demanda internacional y el efecto de los aranceles implementados por Donald Trump. A pesar de todo, siguen hablando de un avance "sólido" y muy por encima de lo estimado para las grandes economías avanzadas. Así, el impulso que va a recibir la economía española, según la OCDE, procederá de la demanda interna, respaldada por un mercado laboral sólido y un alto nivel de ahorro de los hogares.

Otro organismo que también revisó a la baja el dinamismo de la economía española fue el Banco de España (BdE). Igual que la OCDE, justificó este recorte en sus previsiones con la guerra comercial que inició Donald Trump.

El Gobernador de la entidad, José Luis Escrivá, presentó, también a comienzos de mes, el informe trimestral del BdE desde el Congreso de los Diputados en el que se dibuja un escenario algo más pesimista para la economía española por culpa de las políticas comerciales de Trump. Así, la entidad también se alinea con la OCDE y prevé que la economía del país avance este año un 2,4%, lo que supone un recorte de tres décimas con respecto a los pronósticos que habían hecho en marzo de este mismo año. Para el próximo ejercicio (2026), las previsiones se mantuvieron más o menos con respecto a las de comienzos de año, solamente las rebajaron una décima hasta el 1,8%.

Para llegar a este cómputo, la entidad situó a la economía española en un escenario en el que Donald Trump aplica un arancel del 20% para la Unión Europea, en vez del 10% con el que ha amenazado. En este escenario que plantea el equipo de Escrivá, Bruselas también tomaría acciones de penalización para EEUU.

El Banco de España también parte de la hipótesis de que los norteamericanos no van a ser capaces de cerrar un acuerdo con China y que la penalización para este país también sea peor a las empleadas hasta este momento.

"El riesgo arancelario tiene ese impacto a la baja por la inflación por el canal arancelario, pero vemos una disrupción de las cadenas de valor y una regionalización del comercio, que hace muy difícil ver el signo de impacto sobre la inflación", aseguraba Escrivá en su comparecencia en sede parlamentaria.

Tanto el BdE como la OCDE aseguraban que la exposición directa de las exportaciones de España a Estados Unidos es "limitada". El problema radica en que el mercado exterior español está muy integrado dentro de los 27 y por eso recibirá esos daños colaterales. A nivel directo, el Banco de España enunciaba sectores como el químico, debido al papel que ocupan las compañías españolas en las cadenas de valor internacionales.

A mediados del mes de mayo, la Autoridad Independiente de Responsabilidad (AIReF) también hizo una revisión a la baja del crecimiento de España, concretamente dos décimas para este año, situándolo en el 2,3%, y para el que viene lo ubican en el 1,7%, lo que supone un recorte de una décima. La presidenta del organismo, Cristina Herrero, atribuía esta rebaja al "clima de incertidumbre comercial y arancelaria" además de la "reducción global en la previsión económica y en las exportaciones".

Con todo, desde la AIReF creen, igual que el Gobierno, que la demanda interna servirá de puntal para este crecimiento sólido de la economía del país. En concreto, consideran que la demanda nacional aportará 2,8 puntos este año (frente a los 3,1 del Gobierno).

A nivel privado, el centro de investigación económica y análisis BBVAResearch, también hizo recientemente un recorte del crecimiento de la economía del país. El centro de estudios recorta tres décimas el avance del PIB para este ejercicio, al 2,5%, respecto a su previsión de marzo. Los analistas extienden este efecto a 2026, en el que esperan que el crecimiento se modere al 1,7% a medida que la economía pierda el impulso de la caída de los precios energéticos y de la contribución del sector servicios.

A diferencia del resto de organismos, BBVA Research achaca su recorte a un menor dinamismo de la demanda interna, a raíz de que el avance del consumo público y privado se ha moderado y destaca "la falta de sensibilidad de la inversión a la recuperación de la demanda y el empleo".

Las posibilidades de que el Gobierno pueda caer y se vaya a unas elecciones anticipadas existe. Ya existen varios ejemplos en países del entorno. En Portugal, sin ir más lejos, acaban de salir de unas elecciones anticipadas porque el primer ministro, Luís Montenegro, estaba envuelto en un caso de corrupción. En el caso del país vecino, la economía no se resintió demasiado, pero sí que la inestabilidad política mina la confianza en las instituciones y eso no gusta nada a los mercados.

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