
Los expertos llevan décadas asegurando que la inversión excesiva en ladrillo es un error. Que muchos de los problemas económicos pasados y presentes de España se deben a que la vivienda parece ser el único activo en el que todo el mundo está dispuesto a invertir. Sea un error o no (en términos 'macro' para la economía, probablemente lo es), la elevada tasa de propiedad de los españoles está generando un interesante y llamativo efecto en los rankings mundiales de riqueza. Primero porque los españoles aparecen por encima de varios países que en 'teoría' son mucho más avanzados. Y segundo, porque esta elevada tasa de propiedad permite que la desigualdad de la riqueza en España sea muy inferior a la de la mayoría de los países analizados. Que casi todo el mundo tenga vivienda parece ser más una bendición que una calamidad, al menos, en lo que a términos de riqueza se refiere.
Dentro de los países con más renta per cápita de Europa (si metemos a España en ese saco, que no lo está), España tiene la tasa de propiedad de vivienda más alta por mucho. En España, según los datos de Eurostat, más del 73% de los hogares tienen una vivienda en propiedad, una tasa que solo es igualada por Italia y los países del este. Esta particularidad junto al boom del precio de la vivienda está llevando a que la riqueza de los españoles no pare de subir, incluso partiendo ya de niveles estadísticos elevados.
Así, la riqueza media por adulto en España alcanzó en 2024 la cifra de 233.739 dólares (202.651 euros), según la estimación del banco suizo UBS, lo que representa un avance anual del 3,6% respecto del promedio estimado el año anterior y permite al país mantenerse en el puesto 22 del ranking incluido en el 'Informe Global de Riqueza' publicado por la entidad suiza. De este modo, la riqueza media de los españoles es superior a la estimada para los italianos, con 214.663 dólares (186.112 euros); japoneses, con 205.221 dólares (177.926 euros); y finlandeses, con 183.367 dólares (158.978 euros).
En el caso de la riqueza mediana, España registró un avance de dos posiciones respecto de 2023 y figura en la decimotercera posición de la lista, con un patrimonio estimado de 126.290 dólares (109.493 euros) por adulto, lo que implica un avance anual del 13,5%. En este ranking, España aparece por encima de EEUU, Alemania, Japón, Finlandia o Suecia, lo que refleja que en principio la riqueza en España está mucho mejor repartida. Todo hace indicar que esta buena 'repartición' es producto de la vivienda en propiedad que incrementa el patrimonio neto de familias con escasos recursos financieros (familias que sin apenas ahorros en liquidez o activos financieros tienen un piso pagado con un valor de más 100.000 euros, por ejemplo).
De hecho, los propios economistas de UBS han publicado un apartado en el que se analiza por separado las tendencias de España, Portugal y Grecia, donde destacan que "la proporción de la riqueza bruta asignada a activos financieros es relativamente baja en la comparación internacional en los tres países, oscilando entre el 32% en España y poco más del 35% en Grecia, y el 36,5% en Portugal. Los activos no financieros (viviendas y terrenos) representan aproximadamente el 75% en cada uno de ellos", sentencian.
Estos datos secundan los publicados trimestralmente por el Banco Central Europeo (BCE). La secuencia del eurobanco ha venido mostrando a los españoles como más ricos que los alemanes. En los últimos años, los hogares españoles han adelantado también a los italianos y los franceses. Este sorpasso tan llamativo (recordemos que la renta per cápita de España es más baja que la de todos ellos) se debe a la fuerte subida que ha experimentado el precio de la vivienda en España de 2014 a esta parte. Los inmuebles han subido con mucha más intensidad en España que en Francia, Italia o Alemania, lo que está provocando este importante adelantamiento en términos de riqueza. Un ejemplo similar se encuentra también en Portugal, uno de los países en los que más rápido ha crecido la riqueza neta por el rápido aumento del precio de los inmuebles.
Da la casualidad, en este caso, de que los ciudadanos con una renta per cápita más elevada son los que tienen una riqueza inferior. Esto se debe a los que hogares alemanes han mostrado una tendencia histórica hacia el alquiler que les ha impedido disfrutar de la fuerte revalorización de la vivienda que también se ha vivido en ese país. En Alemania, al contrario que en España (y en la mayoría de los países del sur), la vivienda en propiedad está concentrado en varias empresas y fondos que se dedican al alquiler en masa. En España, por el contrario, la vivienda está relativamente mejor repartida entre los hogares.
Mientras España, como se decía, tiene una de las tasas de propiedad más altas de Europa, en Alemania, por ejemplo, esta es del 40%. Esto implica que una mayor proporción de la riqueza de los españoles está ligada a activos inmobiliarios, cuyos valores han tendido a apreciarse a lo largo del tiempo. En cambio, los alemanes y franceses dependen más de alquileres y de sistemas de pensiones públicas, sin grandes patrimonios privados acumulados en inmuebles.
Qué nos dice la riqueza
La riqueza media neta se calcula sumando la riqueza neta total de todos los individuos (activos menos deudas) y dividiendo ese total entre el número de personas o adultos del país; al ser una media aritmética, puede verse influida por los valores extremos, es decir, por las grandes fortunas. En cambio, la riqueza mediana neta es el valor que divide a la población en dos mitades iguales: el 50% de las personas tiene una riqueza neta inferior a ese valor y el otro 50% superior. Para obtenerla, se ordenan todos los individuos por nivel de riqueza y se identifica el valor central, lo que la convierte en un indicador menos sensible a la desigualdad y más representativo del ciudadano "típico".
Por tanto, ninguna de estas cifras, por sí sola, puede ofrecer una visión completa de lo que está ocurriendo con la riqueza, explican desde UBS. Solo al observar todos estos indicadores en conjunto y compararlos entre sí puede acercarnos a una imagen significativa sobre cómo está evolucionando la riqueza en el mundo. ¿La riqueza media o la mediana: cuál de estos valores representa mejor la evolución de la riqueza en los últimos cinco años? "Las cifras medias suelen estar distorsionadas al alza por unos pocos individuos con una riqueza desproporcionadamente alta, mientras que las cifras de la mediana tienden a ofrecer una visión más precisa de los niveles de riqueza en la parte central de la escala", aseguran desde UBS.
La clave está en los mayores
Es precisamente en la riqueza mediana donde España destaca, aunque algunos economistas de cierto prestigio explican que esto se debe a una población muy envejecida. "Los únicos que acumulan riqueza en España son los mayores de 75 años. Y me imagino que es todo consecuencia de tener pisos en propiedad en el centro de las ciudades, cuyos precios se están disparando", reflexiona en un hilo en la red social X Jesús Fernández-Villaverde, reputado catedrático en Economía de la Universidad de Pennsylvania, a colación de la posición de España en las tablas de riqueza por país.
Haciendo referencia a un gráfico de la tradicional Encuesta Financiera a las Familias del Banco de España, Fernández-Villaverde ve respaldada su tesis de que la mediana de riqueza en España sea tan alta es simplemente un efecto de tener una población muy envejecida que ha acumulado propiedades inmobiliarias durante décadas.

En un gráfico del informe se aprecia cómo, desde 2014, la riqueza mediana neta se ha mantenido prácticamente plana en todas las cohortes de edad (por edad del cabeza de familia) excepto en la de los mayores de 75 años, donde ha repuntado en la última década desde los 150.000 aproximadamente hasta quedar por encima de los 200.000 euros. Un nivel al que solo llega la otra cohorte de edad más provecta, la de 65-74 años.
"Aquí se ve muy bien mi argumento sobre la mediana de la riqueza en España y cómo el efecto de los precios elevados de la vivienda cambia muchas cosas. Que la mediana de riqueza en España sea tan alta en comparación con nuestra riqueza total es un problema, no una virtud", añade el economista y académico. "Estas no son buenas noticias para el futuro de España: son malas", concluye su disertación.
Aunque el fuerte aumento del precio de la vivienda ha permitido que la riqueza neta se expanda con fuerza, esto no ha tenido un impacto positivo en la gran mayoría de los hogares, puesto que la vivienda en propiedad se concentra de forma clara en los hogares de edad avanzada, certifica el propio Banco de España. "Es destacable, en cambio, que la deuda destinada a la adquisición de vivienda suponga en España un porcentaje más reducido de la riqueza bruta de las familias que en el área del euro. Estos desarrollos se deben, en gran medida, al peso de las viviendas en nuestro país, que están en manos de propietarios mayores de 65 años sin deudas", sentencia el supervisor en un informe.