
España cerró el año 2024 con 940.000 menores de 30 años que ni estudian ni trabajan, la menor cifra para un cuarto trimestre de la serie histórica. La tasa de 'ninis' queda así reducidos a un 11,8% de los jóvenes, frente al 12,6% de un año antes. Eso sí, la tasa supera la media de la zona euro y mantiene una importante brecha con el grupo que lidera Países Bajos, que registra apenas un 5%, según los datos avanzados por Eurostat, que además revela una clara desaceleración en la mejora tras la pandemia. Las dos claves que lastran la evolución son el elevado desempleo juvenil y el abandono escolar, categorías en las que nuestro país sigue siendo el campeón europeo.
¿Hemos agotado el margen de mejora? ¿Ha alcanzado España su tasa estructural de 'ninis', es decir, el punto a partir del cual no puede bajar más sin lanzar ambiciosas reformas adicionales muchos más ambiciosas que las aplicadas en los últimos años?
La serie histórica de Eurostat, que se remonta a 2009, tras el estallido de la crisis financiera, alcanzó su máximo entre el cuarto trimestre de 2012 y el primero de 2013, cuando se superó el umbral del 23% de 'ninis', con 1,7 millones de menores de 30 años que ni estudiaban ni trabajaban. Desde entonces hasta 2019 el descenso ha sido intenso, interrumpido por un repunte en 2020. Sin embargo, superada la pandemia esta mejoría ha perdido empuje.
La ralentización de la mejora se nota más entre los menores de 25 años que ni estudian ni trabajan. A cierre de 2024 había 540.000, el 9,9% de los españoles en esa franja de edad, un mínimo también para un fin de año y un porcentaje dos puntos inferiores a la del total de menores de 30 años. Eso sí, en 2023 se registraron trimestres con datos aún inferiores.
En cualquier caso, los jóvenes entre 15 y 24 años suponen el 56,1% del total de los que ni estudian ni trabajan, el mayor porcentaje de la serie. Esto implica que la situación se concentra, cada vez más, entre aquellos que acaban de abandonar sus estudios (los hayan completado o no) y se lanzan al mercado laboral.
España reduce su distancia con la Unión Europea y la zona euro a su mínimo histórico, de apenas siete décimas, cuando en lo peores años la Gran Recesión llegó a rozar los siete puntos porcentuales. Aun así, nuestro país no ha mejorado sustancialmente su posición en el ránking. Ha pasado de ser el quinto país europea con la mayor tasa de ninis, al octavo.
En esta evolución ha mejorado los datos de Francia (que registra un 12,7%) y mantiene distancias con Italia (15,2%). Pero sigue a una enorme distancia de Portugal (8,6%, (Alemania (8,5%) y, por supuesto, Países Bajos, que con un 5% se confirma como el país con menos 'ninis' de Europa.
Los lastres de la mejora
A la hora de analizar el significado de estos datos, conviene recordar que el problema de los 'ninis' nunca ha sido demasiado bien entendido en España. Se identifica con jóvenes que dejan de estudiar y 'pasan' de buscar trabajo, pero lo cierto es que la mayoría son parados. Es decir, que quieren trabajar, lo que convierte la cuestión en un problema de desencaje entre el sistema educativo y las necesidades de las empresas.
España mantiene la mayor tasa de paro de la UE entre los menores de 25 años, un 25,3% frente a la media europea del 14,7%. Pero también llama la atención su distancia con la tasa general de paro en España, del 10,8%. Aunque igualmente es muy superior al 9,9% de ninis españoles de esa edad, lo que implica que la mayoría de estos jóvenes desempleados intentan formarse.
Que España tenga una tasa de ninis inferior a la de paises con una tasa de paro mucho mayor es sorprendente, ¿Es entonces un problema de falta de educación o de que esa educación no les sirve para nada?
Para intentar controlar este desfase, nuestro país ha intensificado su apuesta por la introducción de modelos de FP Dual, aunque aún sigue muy por detrás de economías como la alemana o la holandesa. Pero también hay 'ninis' universitarios que encuentran problemas para trabajar, aunque alarguen su etapa educativa. Por eso Bruselas amplia el foco hasta los menores de 30 años (cuya tasa de paro en España se sitúa en el 19,1%, frente al 11,25 de la UE).
España vs Alemania
Centrándonos en la tasa de abandono temprano de los estudios de los jóvenes entre 18 y 24 años, la española sigue siendo la más alta de la UE, con un 13%. Aunque es un mínimo histórico respecto al 32,2% alcanzado en 2004 (en plena burbuja inmobiliaria), supera en casi cuatro puntos la media de la UE. El problema es que la correlación entre este dato y la tasa de ninis no sigue el mismo patrón en toda la UE.
Curiosamente, el segundo país con mayor tasa de abandono es Alemania, con un 12,4%, aunque solo tienen un 7,4% de ninis menores de 25 años, 2,5 puntos menos que España, y una tasa de paro de ese colectivo del 6,5%. ¿Cómo se explica esta diferencia?
En ambos países, la primera causa de abandono escolar es un trabajo: en Alemania, el 54,8% de los que abandonan su formación están ocupados, frente al 50,7% de España. Pero el 49,2% de los españoles está desempleado, mientras que entre los alemanes el porcentaje se reduce al 44,3%. Un 14,6% de los jóvenes españoles que deja los estudios no quiere trabajar (que supone u n1,9% de total de personas entre 18 y 24 años), frente al 16,1% de Alemania (un 2% del total, en su caso)
A priori, los datos de abandono educativo parecen sorprendentemente similares, lo cual hace que el dato español sea aún más positivo. Nos situamos en línea con la primera potencia económica europea. Pero su evolución histórica no puede ser más diferente. En Alemania, la tasa de abandono (y de ninis) se han mantenido relativamente estable, incluso durante la Gran Recesión, para aumentar levemente solo en los últimos años, coincidiendo con la reactivación de la economía y la falta de mano de obra en la economía germana que ha desatado las expectativas salariales de muchos jóvenes.
Ecos de la burbuja inmobiliaria
Porque no olvidemos que el abandono escolar guarda una estrecha relación con los momentos de 'recalentamiento' del mercado laboral'. España es el mejor ejemplo de esto: el abandono educativo fue muy superior en los primeros años del siglo, por las facilidades de encontrar empleo (y altos sueldos) en plena 'burbuja inmobiliaria'.
Cuando llega la crisis financiera y pincha la burbuja inmobiliaria, muchos de estos jóvenes se convierten en 'ninis' por la enorme destrucción de empleo y un cierto efecto desánimo ante un panorama que les cerraba la puerta el empleo.
La recuperación económica redujo la tasa de paro juvenil, de ninis y de abandono educativo, aunque esta última porque sectores como la construcción perdieron su atractivo para los jóvenes, lo que les hace prolongar su permanencia en la educación, incluso en momentos de creación de empleo como el actual. Los tiempos de empleos con salarios altos y sin cualificación han quedado definitivamente atrás, a pesar de que nuestro país no es ajeno a los problemas de falta de mano de obra.
Teniendo en cuenta que en una economía eficiente en términos de empleo como Alemania, las tasas de abandono pueden subir sin penalizar el empleo juvenil, quizá el abandono en España no sea un problema tan comparable.
En todo caso, la evolución de los datos de desempleo juvenil y abandono escolar, aunque positivos, cuestionan que España tenga margen para reducir la tasa de ninis, como síntoma no del 'pasotismo' juvenil, sino de su falta de oportunidades.
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