Banca y finanzas

El Santander prepara una ampliación por si realiza una oferta por el Popular

  • Santander ampliaría capital para fortalecer su balance tras la compra
  • JP Morgan llamó a las cinco mayores entidades para pedir una propuesta
Foto: Archivo

La agonía del Popular podría estar llegando a su fin. En medio de las descomunales caídas bursátiles del pasado viernes y del lunes, en las que el banco se dejó en cada sesión más de un 17%, JP Morgan, el banco de inversión encargado de sondear el interés por el Popular, pidió a la banca que formulara una oferta por la entidad antes del 10 de junio, aunque fuera a precios de derribo. El objetivo no es otro que evitar que el banco que preside Emilio Saracho logre eludir un proceso de intervención europea y según asegura Bloomberg, estos ruegos pueden haber encontrado eco.

Según esta agencia, el Santander estaría estudiando realizar una ampliación de capital de 5.000 millones para el caso de que presentará una oferta por el Popular, decisión que aún no estaría tomada.

Esta ampliación serviría para fortalecer los ratios de capital del Santander una vez que se deterioren por la absorción del Popular. El ratio CET 1 fully loaded del Santander se sitúa en 10,66%, mientras el del Popular, tras los ajustes realizados en las cuentas de 2016 es de 7,33%.

Según Bloomberg, esta cantidad podría ser insuficiente para el Santander, en caso de que finalmente puje por el Popular.

El favorito del Gobierno

Ya la semana pasada se daba por seguro que entre las entidades que habían mostrado un interés inicial por el Popular, el Gobierno sólo confiaba en que el Santander hiciera una oferta, tras rechazar esta posibilidad BBVA y Bankia, que inicialmente había formulado, junto a el Santander, una propuesta no vinculante. JP Morgan, entidad de la que procede el presidente del Popular, Emilio Saracho, habría dirigido sus llamadas a los cinco mayores entidades, y no sólo a las que en algún momento contemplaron lanzar una propuesta. Así, y con el debacle bursátil como fondo, JP Morgan contactó, según fuentes del sector, con el Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell y Bankia.

El Santander, según fuentes del mercado, realizó una oferta tan baja en su propuesta preliminar que, al incluir la conversión de determinadas emisiones de deuda, se traduciría en un precio negativo. La limpieza posterior que tendría que llevar a cabo el Santander explicaría la necesidad de realizar una ampliación de capital.

Los analistas se muestran poco optimistas a la hora de ver cómo las entidades podrían presentar una operación que resulte atractiva a los accionistas del Popular. Aún cotizando por debajo de los 32 céntimos por acción y con un descuento cercano al 90% sobre su valor en libros, creen que las entidades que pujen por el banco deben aplicar un recorte aún mayor.

Los analistas de Barclays estiman que "Santander podría obtener algún beneficio de una compra, pero tendría que hacerlo por debajo de 0,1 veces su valor tangible en libros". En la entidad británica calculan que este se sitúa en 1,97 euros por acción, por lo que una puja del banco cántabro debería situarse por debajo de los 0,197 euros. Esto supondría un descuento del 38% con respecto al cierre del martes, lo que se sumaría al desplome del 51% que acumula desde el pasado martes.

En diversas ocasiones los dirigentes del Banco Santander han reiterado que examinarían las posibles operaciones corporativas, pero que para llevarlas a cabo tendrían que ser positivas para los accionistas, solicitarían retornos de entre el 14 y el 16% y que fuese positivo para el beneficio por acción (bpa) a tres años.

De acuerdo con los números de Barclays, aún adquiriendo a la firma presidida por Emilio Saracho a precio de derribo, Santander no lograría mejorar su rentabilidad sobre el capital y la valoración del grupo solo se incrementaría un 6%. El bpa de la nueva entidad crecería un 15%, si bien en estos cálculos Santander no ampliaría capital y por lo tanto no emitiría nuevos títulos.

Aunque las últimas informaciones apuntan a que Bankia se ha retirado de la puja, los analistas aún insisten en que sería la entidad en la que una operación tendría más sentido. En Barclays estiman que la firma presidida por José Ignacio Goirigolzarri podría pagar hasta 0,2 veces el valor tangible en libros -menos de 40 céntimos por título-, con un impacto significativo -del 66%- en el bpa de 2019. "Bankia podría obtener el mayor beneficio potencial, pero solo a una valoración muy baja y con una ampliación de capital sustancial", concluyen.

El Popular, que podría recibir con el Santander esa solución urgente para evitar su intervención y detener el deterioro de la entidad, que se da por seguro, recibió este martes dos nuevos varapalos, esta vez de las agencias de calificación.

La norteamericana Moody's y la alemana DBRS rebajaban varios escalones la deuda senior, los depósitos, la deuda subordinada, los compromisos a corto y largo plazo, en definitiva, el perfil de riesgo del banco, que ahonda en bono basura y que dejan las dos en perspectiva negativa, es decir, con posibilidades de un nuevo recorte en el futuro.

Moody's considera que tras estos episodios en bolsa la entidad sufrirá una pérdida de confianza de clientes e inversores, que deteriorará más sus cuentas y su estado.

Este riesgo de deterioro, tras estar expuesta a la desconfianza del mercado sobre su futuro, es la razón principal de que se espera que la solución se adopte antes del plazo inicialmente previsto por JP Morgan. No sólo el previsible deterioro del Popular estrecha las opciones sobre su futuro, sino que le resta atractivo y le añade riesgo para el potencial comprador.

Mutismo de todas las partes

El sexto banco español por activos sumó su quinta sesión bursátil con recortes superiores al 6% y un anormal volumen de contratación, que el martes cuatriplicó el de un día habitual. A pesar de que su valor en bolsa ha menguado más del 50% desde el pasado miércoles, ningún regulador, ningún ministro, ni siquiera la propia entidad, han considerado conveniente lanzar mensaje tranquilizador alguno.

El colmo del absurdo llegó este martes con el gobernador del Banco de España, que preguntado en el Senado por la situación del Popular, respondió que "no es el momento ni vengo preparado para esto". Luis María Linde comparecía en la comisión de Presupuestos de la Cámara Alta y prefirió no desviarse un milímetro del tema de debate. Antecedentes de este mutismo, en Gobierno, supervisores (el BCE también rehúsa comentar nada) no hay ninguno en la larga y dolorosa crisis financiera española, ni siquiera en los peores momentos de Bankia. El estupor en el sector es tal que se explicaba por la búsqueda de una solución que rescate de su infortunio al Popular y de cualquier riesgo de contagio al resto de las entidades financieras españolas, como una compra exprés.

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