
El ministro de Economía y Competitividad en funciones, Luis de Guindos, aseguró ayer durante El Ágora de elEconomista que si Podemos logra llegar al Gobierno tras las elecciones del próximo 26 de junio el impacto negativo será "rápido, profundo e intenso sobre el crecimiento y la creación de empleo". "Lo mejor es un amplio acuerdo entre el PP y el PSOE que se puede revestir de diferentes formas", dijo. Guindos augura 18,5 millones de ocupados a finales de junio
También se refirió al referéndum sobre el Brexit y advirtió de que la victoria de esa opción daría alas al populismo, al tiempo que abrazó la tesis de que podría provocar un efecto dominó en otros países.
Ante decenas de medios de comunicación, empresarios y políticos, Guindos se mostró convencido de que terminará imponiéndose "la sensatez y la madurez del pueblo español" y no llegará al poder "quien puede poner en riesgo la percepción exterior sobre España". A su juicio, y pese a que "España no es Grecia" y contamos con algo de margen "para cometer equivocaciones", nuestro país "no ha salido de la zona de peligro", y con las medidas erróneas podría volver a vivir situaciones como las de 2010 y 2011, cuando la crisis de deuda y déficit estalló en la cara del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero. "No tengo la clave de lo que va a suceder el domingo, pero es necesario tener un Gobierno. Después de haber sido capaces de aguantar seis meses la incertidumbre política, ahora sí se puede empezar a notar el efecto de la incertidumbre", advirtió. Y en este sentido, matizó que el Ejecutivo que salga de las urnas debe seguir "con las medidas adecuadas, las reformas". "Porque si es un Gobierno que desborda el déficit público; plantea una banca pública de resultado incierto; y genera una falta de confianza en el exterior, nos encontraríamos de forma muy rápida con un deterioro de la actividad".
Aboga por la Gran Coalición
Por todos esos motivos, dijo Guindos, lo mejor que le podría pasar a España es "contar con un Gobierno de amplio respaldo parlamentario entre el PP y el PSOE con la participación de Ciudadanos", ya que la distribución actual de escaños "no parece indicar" que un Gobierno en minoría del PP, primero en todas las encuestas, pudiera sacar adelante las reformas que consoliden el crecimiento económico.
El acuerdo entre los que han sido hasta el año pasado los dos grandes partidos españoles, PP y PSOE, "podría revestirse de muchas formas", pero garantizaría que se prosigue la senda reformista iniciada ahora hace cuatro años y evitaría la llegada del "populismo al poder".
Al hilo del posible éxito electoral de la formación de Pablo Iglesias, a la que una mayoría de sondeos colocan segunda tras el PP por su acuerdo con Izquierda Unida, Guindos contestó a los periodistas que el sorpasso -es decir, que Podemos logre más votos y escaños que el PSOE- "sería una mala noticia para España". El ministro trufó su discurso de referencias al peligro de los partidos populistas. "Ahora mismo, la población tiene desafección. Tenemos que tomarlo en consideración", advirtió, reconociendo que los gobiernos afrontan un reto de gran envergadura: esquivar el auge de estos movimientos cuando lo que se necesita para avanzar en la recuperación económica "es seguir con las reformas". "Los cantos de sirena, los atajos, las recetas mágicas no existen en la zona euro. Es importante que nos fijemos donde nos lleva el populismo en Europa", advirtió, refiriéndose en este sentido al caso griego.
Guindos recordó como Syriza, de corte populista y vencedor en los comicios helenos por dos ocasiones, ha tenido que subir todos los impuestos, llevar a cabo un amplio programa de privatizaciones y reformar las pensiones con dureza. "Tsipras incluso ha tenido que reducir la pensión mínima de 480 a 360 euros y ha debido acometer un ajuste por valor del 3 por ciento del PIB heleno", remachó, insistiendo en la necesidad de que la ciudadanía tome conciencia de que el populismo "lo único que hace es crear ideas falsas".
Más allá de los comicios españoles del 26-J, quien ha capitaneado el Ministerio de Economía durante los últimos cuatro años reconoció que es la votación del 23 de junio en Reino Unido sobre la permanencia o no de este país en la UE "el asunto que va a marcar la agenda".
"Un Brexit sería muy negativo porque daría alas al populismo", advirtió, después de recordar cómo los partidos populistas han ido adquiriendo poder "en Europa e incluso al otro lado del Atlántico" en medio de la desafección ciudadana. En este sentido, Guindos reconoció que el informe "más terrorífico" sobre las consecuencias económicas de un hipotético Brexit es el del propio Tesoro británico, que da por sentada una recesión en Reino Unido si el adiós se convierte en un hecho. Más difícil, reconoció el titular de Economía, es cuantificar el impacto sobre Europa y España, aunque el impacto sobre nuestro país sería "importante" puesto que Reino Unido es uno de nuestros principales socios europeos, "con gran influencia en ámbitos como el del turismo y las exportaciones". "Una devaluación de la libra sería una mala noticia", insistió.
Pero hay más: Guindos ni siquiera es capaz de descartar que una hipotética salida británica de la UE genere un efecto dominó en otros países, máxime cuando los partidos populistas "están incrementado su poder". El ministro citó los casos de Austria -donde la ultraderecha estuvo al borde de hacerse con la presidencia hace ahora un mes- e Italia, donde el Movimiento 5 Estrellas, fundado hace cinco años por el cómico Beppe Grillo, ha obtenido unos registros históricos en las elecciones regionales. Pero también se refería al Frente Nacional francés, abiertamente antieuropeo; e incluso implícitamente a Podemos, que en ocasiones ha coqueteado con ideas "que se sitúan fuera de la agenda europea".
Guindos recordó que en estos días se celebra el 60º aniversario de la firma del Tratado de Roma, el primer paso de una integración europea que no ha dejado de avanzar desde entonces. Ahora, y con veintiocho socios, una moneda única en diecinueve países y un Espacio Schengen en tela de juicio, "el triunfo del Brexit supondría el primer paso atrás que da la Unión Europea después de estos sesenta años de avances", arguyó.
Sin embargo, el ministro tiró de optimismo y se mostró "convencido de que el Brexit, que en realidad no tiene ningún sentido, no va a salir adelante". "El pueblo británico votará con la cabeza", auguró, señalando que espera lo mismo para España tan solo tres días después, el día 26.