
El ministro de Economía e Industria, Luis de Guindos, hizo una defensa férrea de la fortaleza de la economía española que, además, atribuyó a las reformas realizadas por el actual Gobierno en funciones, y se mostró optimista en el corto plazo, augurando un 2016 incluso mejor que 2015. "La economía española tuvo un magnífico año 2015 y en 2016 tiene un crecimiento muy similar, incluso puede registrar un crecimiento medio superior al del año pasado", destacó ayer, durante su intervención en El Ágora de elEconomista.
Es decir, De Guindos ve factible que el actual ejercicio no sólo cumpla con las previsiones de crecimiento, sino que las supere holgadamente por más de medio punto, desde el 2,7% de las previsiones oficiales hasta superar el 3,2% de avance registrado el año 2015. "Si nos hubiesen dicho hace seis meses que íbamos a estar sin Gobierno y que, sin embargo, la economía iba a seguir creciendo por encima del 3% en el primer trimestre de este año, no nos lo hubiésemos creído", resaltó.
Que se cumplan o no las buenas perspectivas dependerá, siempre según De Guindos, de dos factores clave: el contexto internacional y lo que pase en las elecciones del próximo 26 de junio. Sólo un Gobierno estable que continúe con las reformas y mantenga a raya las cuentas públicas puede rentabilizar la buena salud que luce la economía nacional. "No tengo la clave de lo que puede suceder el domingo, pero es necesario tener un Gobierno. Y debe ser uno que tome las medidas adecuadas: si desborda el déficit, plantea una banca pública fallida y genera una falta de confianza en la actividad, habrá desaceleración", remachó Guindos.
En esa línea se expresó el presidente de EY y patrocinador del evento, José Luis Perelli, que remarcó la preocupación por la inestabilidad política que le transmiten empresarios e inversores. "Todos esperamos que el próximo domingo salga un Gobierno estable que pueda tomar medidas para seguir creciendo".
De Guindos destacó especialmente la evolución del empleo, vaticinando cerrar este segundo trimestre del año con 18,5 millones de ocupados. Los datos que se van conociendo sobre el mercado laboral en los últimos meses "permiten calcular que a finales del segundo trimestre llegaremos a los 18,5 millones de ocupados", adelantó De Guindos, que destacó que la próxima EPA demostrará que este periodo "será mejor en creación de empleo" que los tres trimestres anteriores, "incluso en términos desestacionalizados". De esta manera, el país habrá alcanzado el ecuador del recorrido de la recuperación laboral, recuperando ya la mitad de los 3,5 millones de afiliaciones que la Seguridad Social se dejó por efecto de la crisis económica.
Ganancia de competitividad
El ministro destacó además las fortalezas "estructurales" que ha ganado la economía española. "Los fundamentos son mucho mejores", explicó. "Por cuarto año consecutivo tenemos superávit por cuenta corriente de balanza de pagos y además, durante los dos últimos años, con una recuperación de la demanda doméstica", abundó el titular de Economía, recordando que además se ha reducido el déficit, ha bajado considerablemente la deuda privada y la ratio deuda/PIB también ha comenzado a disminuir.
Todo ello ha permitido una ganancia de competitividad estructural. De Guindos, que destacó cómo, en lo que llevamos de año, hemos reducido un 30% nuestro déficit comercial, subrayó los pilares competitivos del país. En esta ocasión, "los salarios están creciendo alrededor del 1%, en un contexto de inflación negativa, con mejora de la productividad y de un recorte de los costes laborales, por lo tanto será más duradera en el tiempo".
Respecto a la conveniencia de que suban los salarios, el ministro señaló que si España sigue creciendo, lógicamente los salarios tendrá que crecer, "pero el Gobierno no es nadie para determinar la evolución de los sueldos en la empresa privada", insistió.
Por último, cuestionado sobre el problema del desvío del déficit autonómico, el titular de Economía, que no quiso hablar de su futuro político, ahondó en la propuesta de un modelo que mejore la financiación autonómica pero con una contrapartida: que el déficit de las CCAA sea cero por ley. "Eso nos quitaría muchas sorpresas negativas".