
Casi una de cada cinco de las hipotecas que se firmaron entre 2004 y 2008 son de alto riesgo, es decir, han entrado en proceso de ejecución hipotecaria o lo harán en los próximos años, según las estimaciones de la Asociación de Afectados por Embargos y Subastas (AFES).
La asociación destaca que estas cifras son resultado del auge de compras de viviendas registrado en la época del boom del mercado residencial, cuando los precios marcaban máximos. Entre 2004 y 2008, el periodo de mayor auge de la burbuja inmobiliaria, se registraron 4.106.485 transacciones inmobiliarias.
Según indica AFES, del total de viviendas vendidas 170.627 ya han pasado por el desahucio por impago, mientras que otras 168.603 se encuentran actualmente inmersas en el proceso de ejecución hipotecaria -paso previo al desahucio-. Y de aquí a 2015, calcula que las ejecuciones hipotecarias habrán afectado a 373.912 viviendas más, con lo que el total de pisos ejecutados procedentes del boom inmobiliario ascendería a 713.142.
Para ilustrar las cifras, las compara con el volumen de transacciones inmobiliarias llevadas a cabo en 2007, cuando alcanzaron las 836.871. Esto quiere decir que el 85% de las viviendas que fueron adquiridas en un sólo año de la burbuja presentarían problemas para ser pagadas.
Por encima de sus posibilidades
"Se endeudaron por encima de sus posibilidades inducidos por una falsa expectativa de revalorización de la vivienda y la creencia de una estabilidad laboral indefinida. Nunca pensaron que perderían el empleo y que el precio de su vivienda caería en picado", indica en su comunicado.
Sin embargo, la crisis económica y financiera mundial y el pinchazo de la burbuja inmobiliaria en España cambiaron el escenario para un buen número de propietarios.
La pasada semana, el Banco de España constataba en su último boletín económico que uno de cada dos hogares españoles tiene deudas pendientes derivadas de la adquisición de la vivienda principal, otras propiedades inmobiliarias, inversiones y reformas en el hogar, así como por la compra de vehículos y de otros bienes y servicios.
De este endeudamiento, la contribución más importante, nada menos que el 90% del total, procede de la financiación de las inversiones en activos inmobiliarios o financieros.
Condonación de la deuda
En este punto, AFES propone que las entidades financieras condonen parte o la totalidad de la deuda de los afectados. Por una parte, porque "el gran dramea social es que después de perder la casa se quede con una deuda que no va a poder saldar de por vida", apunta el presidente de la asociación, Carlños Baños.
Y por otra, porque "a los bancos tampoco les interesa quedarse las casas y convertirse en las mayores inmobiliarias de este país", añade.
También piden una reactivación del crédito y un ajuste aún mayor de los precios de los inmuebles, "para ajustarlos a la demanda".