Invertir en un inmueble de lujo supone una gran oportunidad para aquellas personas que buscan un destino para su capital. La compra de una nueva vivienda permite a los propietarios mejorar sus condiciones de vida trasladándose a un espacio moderno y adaptado a sus necesidades. Además, se trata de propiedades con tendencia a la revalorización, siendo inversiones seguras que no solamente amplían el patrimonio personal, sino también permiten obtener una rentabilidad prácticamente inmediata si se opta por el alquiler.
Los expertos auguran que la tendencia alcista en el sector de las viviendas de lujo se mantendrá más allá del momento actual. Debido a las restricciones y confinamientos impuestos por la pandemia, el teletrabajo se ha convertido en una alternativa prioritaria para muchas personas, una situación que ha hecho que los inversores busquen residencias donde poder trabajar de forma remota y cómoda, y que ofrezcan servicios adicionales que mejoren la comodidad y el bienestar familiar.
La tendencia alcista de las viviendas de lujo se mantendrá más allá del momento actual
No obstante, la decisión de invertir en una residencia de alto standing debe ser meditada y basada en el análisis, el estudio y el conocimiento del mercado. Esto garantizará la conveniencia y rentabilidad de la inversión, incluso para aquellos que buscan la venta de la propiedad en el medio plazo. Existen algunas claves a tener en cuenta para que la inversión sea realmente provechosa, rentable y segura.
Estudiar y seleccionar una localización adecuada. La ubicación es uno de los aspectos clave a valorar al seleccionar posibles viviendas. Esta debe cubrir las necesidades de los propietarios y adaptarse a sus gustos. Tradicionalmente, la inversión en una segunda residencia estaba muy ligada al concepto vacacional y de ocio, situándose en zonas costeras o de alta montaña, dejando en un segundo plano el entorno, el diseño y los espacios interiores. Sin embargo, tal y como detallan desde el Consejo General de la Arquitectura Técnica de España (CGATE), la nueva normalidad ha llevado a los usuarios a buscar espacios en contacto con el exterior, con jardines, terrazas y azoteas, donde la construcción sea lo menos invasiva posible y se integre con el paisaje de forma armónica. También quieren ambientes más versátiles y polivalentes que permitan realizar distintas actividades de forma cómoda, como trabajar, estudiar o disfrutar del ocio. Asimismo, cobran relevancia las comunidades que comparten los valores de los propietarios y que incluyen servicios y comodidades exclusivas y privadas.
La decisión de invertir debe ser meditada y basada en el análisis, el estudio y el conocimiento del mercado
Analizar el rendimiento esperado y/o plusvalía. Invertir en inmuebles de lujo no solamente es una forma de mejorar el estilo y la calidad de vida al disfrutar de mayores comodidades, también es una decisión que afectará directamente al rendimiento del patrimonio personal y familiar. Por este motivo, es esencial evaluar cuál será el valor estimado del inmueble tanto en el medio como en el largo plazo, y cuál será el margen de beneficio que se podrá obtener en el caso de una futura venta.
El diseño arquitectónico, las calificaciones medioambientales y energéticas, la calidad de los materiales y acabados, o las opciones de reforma o ampliación del inmueble son algunos de los factores esenciales a tener en cuenta. El nivel de desarrollo de la zona donde se ubique la vivienda también afectará a su valor, al igual que los servicios que ofrezca la comunidad.
Calcular el coste del mantenimiento de la propiedad. Valorar las necesidades de mantenimiento que puede tener la propiedad es también esencial. En el caso de viviendas de nueva construcción es esencial conocer las credenciales de las empresas promotoras y constructoras, así como conocer los detalles y planos para poder adaptarlos a los gustos personales. En el caso de edificaciones compradas a propietarios privados, es importante saber el uso que estos le han dado a la vivienda y conocer los desperfectos o problemas que hayan podido sufrir en el pasado. De esta forma se pueden anticipar los imprevistos provocados por el clima, el diseño o el paso del tiempo.
Conocer los servicios en instalaciones que ofrece la comunidad. Más allá de los complementos que ofrezca la vivienda, cuando se busca un inmueble de lujo se deben tener en cuenta los servicios y amenidades que ofrece el desarrollo, edificio o comunidad en la que se integra. Estos pueden limitarse a un servicio de portería, seguridad o recogida de basuras, o incluir equipamientos como piscinas, solariums y jardines. Los propietarios más exigentes van más allá y buscan Lifestyle Destinations que les ofrezcan todas las comodidades para trabajar de forma remota y disfrutar de su tiempo libre. Las comunidades más selectas cuentan con gimnasios, zonas spa y wellness, espacios naturales privados o actividades exclusivas que incluyen eventos y celebraciones.
Buscar asesoramiento de confianza y experimentado. Las exigencias de los nuevos propietarios de viviendas de lujo son máximas y las promotoras debemos estar a la altura. El asesoramiento con expertos del mercado permite realizar inversiones acertadas que estén a la altura de las expectativas, ofreciendo bienestar, confort y ocio superiores. Es necesario que aquellas personas que buscan una segunda residencia o una propiedad en un emplazamiento lejano a su lugar de residencia, ya sea una región o país distintos, se dejen aconsejar por expertos locales de confianza. De esta forma se asegurará una inversión inteligente en la que se cumplan todas las condiciones legales por todas las partes. También se podrán obtener mejores condiciones de financiación o precios exclusivos gracias a las conexiones del asesor.
Realizar una inversión inmobiliaria de lujo es una decisión cuya trascendencia va más allá de la simple compra. Debe adoptarse una perspectiva holística con tal de tener en cuenta todos los factores que entran en juego en el presente y en el futuro, buscando una comodidad superior y unos servicios exclusivos tanto para el momento actual como para el porvenir, hecho que garantizará la rentabilidad de la propiedad.